--Capitulo 4.--

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Ni el sol ha salido, y las estrellas siguen iluminando junto a la luna el campo de entrenamiento de la más prestigiosa academia de héroes, donde tal parece ser que algunos de sus estudiantes no quieren perder el tiempo, y se dedican a entrenar y fortalecerse incluso fuera de clases, o antes de que estas empiecen, como es el caso de cierto caballero de rojo. A las tres cuarenta y cinco es que Takeru ha salido del dormitorio de la clase B, listo para una nueva sesión de entrenamiento, el chico levanta y sube su cuerpo lentamente con su pulgar y su dedo índice sosteniéndose mientras sus pies apuntan hacia el estrellado cielo.

- Ciento noventa y siete...Ciento noventa y ocho...Ciento noventa y nueve...Doscientas.

Eso hacen doscientas flexiones, doscientos abdominales, doscientas sentadillas. Un simple calentamiento. Ahora el chico se impulsa con la fuerza de sus dedos para girar en el aire y ponerse de pie, empezando a estirar su cuerpo. Viste de un uniforme deportivo que consta de estos pantalones negros y sudadera negra con detallados blancos. Se apoya sobre su pierna derecha bajando el resto de su cuerpo para estirarla haciendo lo mismo con la izquierda y dando un par de saltos antes de emprender carrera por la pista olímpica que rodea el campo de entrenamiento número 4. A toda marcha, no desacelera y busca mantener el ritmo de su respiración para no perder aguante y reducir su velocidad hasta haber recorrido veinte kilómetros. Pasan los minutos, y su velocidad se mantiene en ese mismo punto en el que no baja gracias a su técnica de rendimiento y preservación que él y su madre han trabajado todos los años que han entrenado juntos. Finalmente, los veinte kilómetros se completan en tan solo quince minutos, y Takeru al llegar a su meta suelta un amplio respiro saliendo humo de su boca cual vavor mientras pequeñas gotas de sudor se deslizan por su piel. El chico jadea sacando vapor de su boca mientras sus pensamientos se llenan con los recuerdos del día anterior en el que él y sus compañeros dieron esa prueba con el profesor Isamu.

- (Habré sido quien sugirió la idea de trabajar juntos...Pero aun así no puedo dejar de avergonzarme, solo de pensar que si fuera por mí mismo no podría ni atravesar quince calles. Habrá veces también en que tendré que valerme de mi mismo y no habrá quien me ayude en esos momentos... Tengo que avanzar más por mí mismo. Debo hacerlo.)

El chico vuelve a salir de sus pensamientos, y al momento en que siente una eléctrica sensación recorrerle desde la mejilla hasta el cerebro se da la vuelta, llevándose una sorpresa al ver frente a el a Natsumi. Su hermosa amiga la cual le muestra esa sonrisa serena, y luce ese conjunto deportivo que consta de pequeños shorts de color gris con su sudadera blanca. La albina le ofrece al chico una botella de agua, y luego de asimilar la sorpresa de su aparición, Takeru sonríe aceptando con gusto el amable gesto de Natsumi.

- ¿Hace cuánto llegaste? –Abriendo la botella y bebiendo un poco de agua fría.-

- Acabo de llegar. –Responde la mayor con calma.- Te vi desde mi ventana y admito que verte aquí entrenando desde tan temprano me hizo sentir mal.

- ¿E-En verdad? Lo siento.

- Descuida, no es tu culpa. No pude dormir, creo que por la misma razón por la que empezaste a entrenar tan temprano. M-Me sentí mal por lo de la prueba. Nos tomó más de diez horas y a los de la clase A solo les tomo cinco minutos. Desperté como a las tres, y me quede dando vueltas en la cama hasta que te vi. –Caminando hacia el centro del campo estirando sus brazos y espalda.- Pensé que sería un desperdicio dejar que me comiera el remordimiento a levantarme para entrenar. Supongo que te pasa lo mismo. No tengo que leer tu mente para saberlo.

- S-Sí. Me sentí mal también, aunque fui quien les sugirió que trabajáramos en equipo. Aprecio mucho el esfuerzo que todos hicieron, pero igualmente, debemos ser más fuertes por nuestra cuenta. –Se acerca a su maleta en el suelo.-

BNHA - Genesis. ( BNHAxOC'S )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora