cap 10

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Tal y como Sunghoon le dijo a sus padres, resultó por ser aceptado. Aquel alfa no volvería a la universidad en un par de meses porque su ego había ido a la basura cuando Jungwon lo agredió, jamás iría a estudiar con el aspecto que actualmente tenía.   

La inseguridad lo invadía al pensar que todos ahí soltarían rumores y bromas que él no quería soportar.   

Sunoo, luego de la última conversación incómoda que tuvo con su aún novio, decidió no verlo por un par de días, por lo menos hasta que aquel desagradable sentimiento de estar cerca de él desapareciera.   

── ¡Hey, Sun!   

El mencionado que sujetaba entre sus brazos un par de cuadernos, dio media vuelta ante el llamado, no creyendo que aquella voz era la que él ansiaba escuchar desde hace mucho tiempo
atrás.   

── ¡Ni-ki~! ── exclamó con emoción y una sonrisa amplia.   

El pelinegro sujetando más el tirante de su mochila, se acercó lo más rápido posible hacia el omega. Ambos se sonrieron genuinamente y se dieron un fuerte abrazo.   

── Te extrañé tanto. ── confesó con timidez.   

── Y yo a ti. ── se separó levemente y le dio un sutil beso en la frente. ── Escuché lo que pasó con Sunghoon. ── soltó con disgusto. Sunoo no puedo evitar hacer una mueca desagradable ante el recuerdo de aquella conversación. ── Pero eso no importa. ── dijo cambiando de expresión. ── Lo importante es que ahora podremos pasar el tiempo juntos. ── el omega sonrió ante la propuesta. ── Todo el que podamos o el que quieras. Dios, hay tantas cosas que quise contarte pero no pude. ── bajó levemente el tono de su
voz.   

── Oye, ya no digas eso. ── intentó esbozar una pequeña sonrisa para no dejar que los ánimos de su amigo desciendan. ── Como dices tú, ahora lo importante somos nosotros, ya puedo
hablarte sin ganarme problemas luego, me siento tan...   

── Libre. ── afirmó el alfa con sinceridad.   

¿Cuándo podrá Sunoo detener todo aquello y ser feliz?   

── Libre. ── repitió para sí mismo.   

── Ven. ── tomó delicadamente su muñeca. ── Vamos al comedor, hay alguien que quiero que conozcas.   

── De acuerdo.   

Sunoo se sentía muy bien. ¿Cuándo había sido la última vez que había disfrutado de la compañía de Ni-ki? No lo recordaba y tampoco creía conveniente saber quién era el culpable de aquello.   

Una vez estando en el marco de la entrada, el pelinegro tanteó con la mirada hasta buscar a su amigo alfa, quería pasar el tiempo con ambos, quería que Jungwon y Sunoo pudieran compartir más momentos sin que el omega temiera de alguien que ya no estaba ahí por el momento.   

Ni-ki sabía todo lo que Jungwon estaba empezando a sentir por el omega y, luego de tantas conversaciones, él mismo pudo analizar toda la situación. Estaba más que seguro que su amigo alfa estaba enamorado de Sunoo y él, él como buen amigo solo quería ayudarlos.   

Porque Jungwon es un gran alfa.   

Porque Sunoo es la persona más especial para él y merece ser tratado y amado de una manera especial.   

Y sabía de sobra que ambos podían vencer futuros problemas, tenía la esperanza de que algo entre ellos fluyera de manera natural. Quería verlos sonreír también.   

── Hey, Jungwon.   

El mencionado alzó la mirada que anteriormente estaba en un pequeño libro y se sorprendió al ver a Sunoo junto al más alto.   

── Hola. ── mostró una genuina sonrisa que más iba dedicada al lindo omega.    

Ni-ki pudo percatarse de ello y sonrió ante la mirada brillante que el alfa rojizo tenía en esos instantes.   

── Veo que ya se conocen. ¿Cierto? ── el omega asintió levemente, esbozando una pequeña sonrisa también. ── Okey, entonces creo que iré a comprar algo antes de que el timbre suene. ── Jungwon se tensó un poco. ¿Ambos estarían solos por unos momentos? ── ¿Quieres algo, Sun?   

── No, Kiki, gracias.   

── Toma asiento junto a Jungwon, vuelvo enseguida.   

Ambos conectaron sus miradas una fracción de segundos y luego el alfa bajó la cabeza algo apenado. La idea de estar juntos en un lugar más público le agradaba en demasía y no quería
incomodar al omega al lado suyo.   

── ¿Y bueno cómo estuvieron tus clases? ── cuestionó con normalidad. Pero antes de que Sunoo respondiera, no pudo evitar fruncir levemente el entrecejo.   

── ¿Qué pasa? ── preguntó totalmente extrañado.   

Jungwon se puso un poco nervioso ante la pregunta que simplemente no quería responderle. Había sentido el aroma de Ni-ki impregnado en Sunoo y aquello no le agradó tanto.    

El alfa deseaba poder tener algún contacto con el lindo omega, para poder así soltar su fragancia y se acoplara al precioso omega, se sentiría tan feliz si pudiera hacerlo.   

── ¿Jungwon, pasó algo? ── insistió.   

── Tú... ¿Tú podrías darme un abrazo? Por favor. ── pidió suplicante. Con una suave y lenta voz.   

El omega lo miró algo sorprendido por aquella petición, intentando sopesarla.   

── ¿Un abrazo? ── el alfa asintió efusivamente.   

¿Cómo decirle sin titubeos y timidez que quería impregnar su aroma en el omega? No, no sabía cómo hacerlo y tampoco lo creía prudente.   

── Es que me siento algo desanimado y..., y un abrazo siempre me reconforta. ── trató de no ponerse nervioso.   

Sunoo elevó levemente la comisura de su labio ante lo adorable que se veía el alfa, con un leve color carmín en sus mejillas y sus pequeñas manos jugueteando entre ellas.   

── Está bien. ── dijo con suavidad.   

── ¿E-en serio? ── Jungwon alzó su mirada rápidamente con algo de asombro. ── ¿Me dejarías abra-?   

Los delgados brazos del omega rodeando su cuello hicieron que dejara instantáneamente de hablar, su lobo se removió feliz y a gusto con la calidez que aquel contacto emanaba. Se sentía demasiado bien. Podría abrazarlo siempre.    

Jungwon parpadeó rápidamente tratando de reaccionar y sin dudarlo, correspondió el abrazo. Colocando cuidadosamente su rostro en la curvatura del cuello del omega y rodeando con sus brazos la pequeña cintura ajena.   

── Gracias. ── inhaló sutilmente el aroma del omega, deleitándose con lo dulce y agradable que era. Sunoo solo pudo sonreír sutilmente.   

── No es ningún problema. ── no pudo evitar sentirse avergonzado, y menos hacer desaparecer aquel rubor en sus mejillas. De cualquier forma, él amaba dar abrazos y Jungwon era alguien en quien podía aprender a confiar.   

Pero quizás el alfa no le agradecía solo por aquel contacto, sino por  los momentos que han estado compartiendo, desde aquella vez en la que el omega lo aceptó como su amigo, en la que ni evitó su cercanía ni rechazó su amistad.   

Con una sonrisa preciosa, Jungwon intentó soltar un poco más de su aroma, anhelando así que nadie se atreviera a fastidiar al omega al tener impregnado su potente aroma, al tener el aroma de su futuro alfa.

𝘁𝗿𝗲𝗮𝘁 𝘆𝗼𝘂 𝗯𝗲𝘁𝘁𝗲𝗿! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora