cap 26

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── Lo siento mucho, n-no lo sabía. ── confesó Sunoo con mucha pena. ── Se me ha adelantado.

── No te preocupes, lo importante aquí es que tenemos que salir pronto.

── Pero, pero mi aroma es fuerte. Los demás van a sentirlo. ── llevó una mano a su vientre y empezó a sobarse. Su celo siempre había sido complicado.

Jungwon chasqueó la lengua tratando de no angustiarse por no saber qué hacer. Rápidamente se sacó la chaqueta y se la puso a Sunoo.

── La ropa me incomoda, Jungwon. ── balbuceó tratando de regular su respiración. Se encogía levemente por los hincones que empezaban a escocer su abdomen.

── Es necesario y lamento lo que voy a hacer a-ahora. ── habló algo avergonzado y Sunoo frunció levemente el ceño por la confusión.

Jungwon lo abrazó con delicadeza, rodeando los brazos del omega y dejándolo inmóvil, posicionando su mentón en aquel pequeño hombro. Por más que pareciera atrevido o mal intencionado, Sunoo no se alejó. El pelinaranja confiaba en el alfa y sabía que nunca podría hacerle daño, hasta su lobo gimoteó gustoso por el cálido tacto y se regocijó con calma.

El alfa ladeó su cabeza y acercó su pequeña nariz al cuello de Sunoo, rozándola contra aquella lechosa piel expuesta. El omega no pudo evitar dar un leve sobresalto al sentir algo húmedo y suave tocar aquella zona donde su aroma era más intenso.

── Lo s-siento, Sunnie, pero tengo que impregnarte mi aroma de alguna forma. ── avisó Jungwon tímido, con las mejillas sonrosadas al igual que las del omega.

El alfa dio un par de besos más por toda la extensión del cuello de Sunoo y luego frotó con suavidad su mejilla con la contraria.

Se separaron lentamente y el omega bajó la cabeza, se sentía algo cohibido por estar una de las etapas más complicadas junto a Jungwon. El alfa sonrió por la ternura que el pelinaranja emanaba, tomó el mentón de Sunoo con delicadeza y dejó un casto y lento beso en su frente.

Ambos conectaron sus miradas y Jungwon trató de trasmitirle toda el apoyo posible.

── ¿Puedes caminar? ── el alfa se levantó y tomó la mano derecha de Sunoo.

El omega intentó reprimir las muecas de dolor y trató con todas sus fuerzas poder levantarse. Mas no pudo lograrlo. Las insistentes punzadas en su vientre volvieron y sintió como sus piernas
temblaban y perdían fuerza absoluta. Jungwon tuvo que sostener su cintura para que no cayera al
suelo.

── Soy un inútil. ── murmuró y sus ojos volvieron a aguarse por la acumulación de lágrimas. Estaba demasiado sensible.

── Hey, no digas eso, es propio y normal de tu cuerpo el reaccionar de esa manera.

Sunoo iba a desmentir aquello, pero ninguna palabra salió al sentir cómo Jungwon lo sujetaba hasta no sentir el piso bajo sus pies, rápidamente y por inercia, enredó la cintura del alfa con sus piernas.

── ¿Qué haces? ── murmuró.

── No puedes caminar con normalidad y no pienso pasar un minuto más aquí estando tú en celo. ── Sunoo abrazó y escondió su rostro en el cuello adverso. ── Soporta un poco más hasta que salgamos, prometo buscar todos los supresores necesarios. ── hablaba en tono suave para no hacer preocupar al omega.

El alfa rodeó con posesividad la cintura de Sunoo y empezó a caminar lo más rápido posible.

Al bajar al primer piso, el pelinaranja se tensó y aprisionó aún más los hombros de Jungwon, llevando todo su rostro a la curvatura del cuello del alfa para esconderse.

Le incomodaba la idea de que pudieran verlo. Sin embargo,el aroma de Jungwon también lograba calmarlo, por lo que suavemente frotaba su naricita en el cuello del contrario.

Yang se sintió calmado al estar totalmente fuera de la gran casa. A pasos constantes se dirigió al automóvil y abrió la puerta del copiloto para con mucho cuidado dejar sentado a Sunoo. El omega se negaba a soltarlo, su olor calmaba los fuertes dolores de su cuerpo a la vez que lo hacía sentir muy seguro. No quería que se alejara.

── Pero Jungwon... ── balbuceó para luego hacer un pequeño puchero, sus ojos brillaban por la tristeza de estar sin la cercanía de su alfa.

── Debo comprar supresores y llevarte a casa, bebé. ── dijo con dulzura. ── Luego de eso te prometo abrazarte y darte muchos mimos. ¿Está bien?

Sunoo sorbió su nariz de botoncito y asintió con lentitud. Soltó la camisa del alfa y dejó que este cerrara la puerta. Jungwon rodeó el auto rápidamente y se subió en el asiento de copiloto, sonrió levemente al ver que el omega se había sacado la chaqueta que le pertenecía a él, para taparse todo lo que podía. Su cabeza se inclinó en la ventana y solo podían apreciarse aquellos preciosos orbes color miel.

El alfa emprendió el camino y rogaba por encontrar una farmacia abierta a tal hora de la noche.

Luego de varios y largos minutos de búsqueda, encontró un local farmacéutico junto a un mini market. Detuvo el coche y pudo notar que Sunoo estaba durmiendo, decidió no demorar mucho en las compras.
                                                                       

── Gigi, bebé... Despierta.

El omega sintió leves toques en su brazo, así como la suave voz de Jungwon. Abrió lentamente los ojos y pudo ver como estaba sentado al lado suyo.

── Necesitas tomar esto.

Sunoo hizo un gesto de pereza como también de un leve dolor adormecerle el cuerpo. Con dificultad tomó las pastillas que Jungwon le ofrecía a la vez que agarraba una botella de agua para tragar el medicamento con más facilidad.

── Muchas gracias. ── susurró algo débil y cansado. Sus ojitos luchaban por no cerrarse y volver a dormir ahí mismo.

Jungwon solo asintió y tomó una de las mejillas de Sunoo, acariciando con su pulgar aquella nívea y tersa piel. ── Ya llegamos a tu casa, necesitas seguir durmiendo.

El omega se apegó más a la mano del alfa, disfrutando de las cálidas y suaves caricias. ── No quiero. ── habló algo triste. ── No quiero estar solo ahí.

── Pero no estarás solo, bebé. ── explicó con paciencia. ── Tu mamá va a recibirte, puede que la idea de que yo esté ahí no le agrade.

── Mi mamá no está en casa, viajó hoy en la mañana por su trabajo. ── su voz seguía sonando decaída. ── No me dejes solo, por favor.

Jungwon suspiró lentamente, la idea de dejar solo a su omega no era realmente buena. Pero sabía estaba en celo y no quería sobrepasarse con él, ya que muchas veces los alfas son impulsivos por naturaleza.

── Tu cercanía me mantiene tranquilo y seguro, eres lo único que quiero, alfa.

El pelirrojo admiró la suave actitud de Sunoo a la par que aquellos pequeños ojos brillaban con cariño y suplica. Jungwon sabía que ahora que sus lobos se habían reconocido, necesitaban estar
juntos pasara lo que pasara.

Y no podía ir contra aquello, su omega lo quería y negarse no era la solución.                             

𝘁𝗿𝗲𝗮𝘁 𝘆𝗼𝘂 𝗯𝗲𝘁𝘁𝗲𝗿! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora