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Mía Vega

Ya paso casi un mes desde mi estadía en el rancho de Ovidio, siempre salgo con él y a veces vamos los cuatro a comer o ha cualquier lugar. Les estoy tomando demasiado cariño a esas pequeñas tan lindas .

Hoy se sabe si Ovidio se queda con las niñas que es lo más seguro ya que las niñas hablaron y contaron todos lo abusos que vivieron con esa mujer. Arreglo a las niñas para cuando llegue Ovidio estar listas ya que dijo que las iba a llevar a cenar y pues las niñas me insistieron en que fuera.

«Igual no me insistieron más de tres veces»

Las niñas y yo traemos vestidos combinados súper lindos, llevamos el cabello suelto y con ondas, ellas traen tenis blancos y yo tacones blancos (bajos).

—¿Quieres saber cuál es mi princesa favorita?—Gaby me mira mientras bajamos las escaleras

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—¿Quieres saber cuál es mi princesa favorita?—Gaby me mira mientras bajamos las escaleras.

—¿Quién?

—La bella, de la bella y la bestia porque se parece mucho a ti—Le sonrío dándole un abrazo.

—Gracias,¿Y la tuya, Odalys?—La miro mientras caminamos al sofá.

—Mmmm creo que Elsa porque ella es una reina, además porque se fue para no lastimar a su hermana. Yo haría eso por Gaby.

La pequeña abraza a su hermana mayor, en eso escuchamos el sonido del carro de Ovidio.

—¡Ya llegó mi papi!—Las niñas corren a la puerta para recibir a su papá mientras yo me quedo sentada.

—Hola princesas—Las carga con una sonrisa que jamás había visto en él. Una de completa felicidad.

—Papi¿Si nos vamos a quedar contigo?—Le pregunta Odalys.

—Así es—Las abraza más fuerte antes de venir conmigo—¿Están iguales?—Nos mira a las tres.

—Sí, vete a poner tu camisa amarilla que te compré—Le digo dándole un beso mientras lo abrazo por el cuello.

—Okey—Se separa de mí pero se devuelve—Se me olvidaba una cosita—Me besa y aprieta mi nalga con fuerza para después darme una nalgada.

—Hey—Le pegó en el  hombro.




Llegamos al restaurante y pedimos una mesa retirada para estar más cómodos aunque no hay gente pero uno nunca sabe además no puedo darme el lujo de que me tomen fotos. Cenamos tranquilos hasta que siento unas ganas terribles de vomitar. Voy al baño y saco todo lo que tengo que sacar, me enjuago la boca y me retoco el labial.

Salgo con un poco de miedo al pensar que estoy embarazada porque a la vez sí quiero pero me da mucho miedo. La mesera retira los platos de la mesa y le da una sonrisa a Ovidio lo que me hace recordar lo que mi abuela materna siempre dice, «Cuando la mujer está embarazada, el marido se hace volado»

Ovidio me mira y me sonríe.

—Ya pagué la cuenta, vámonos a la casa—Dice al ver que Gaby se está muriendo de sueño.

—Okey,¿Podemos llegar a una farmacia?—Le pido y él me mira preocupado.

—¿Te sientes bien?

—Sí solo necesito algo de ahí, por fis—Le hago ojitos y acepta.

Acomodamos a las niñas y agarramos rumbo a la farmacia más cercana. Me bajo y pido tres pruebas de embarazo, volteo porque siento la mirada penetrante de Ovidio sobre mí pero por el vidrio no veo si es o no.

—¿Eres Mía Vega?—Pregunta la cajera que es unos dos años mayor que yo.

—Eh sí.—Respondo dudosa.

—Que gusto conocerte, eres más linda que en fotos —Dice coqueta, en algún momento de mi vida le hubiera seguido el rollo porque está muy linda pero ahorita ando viendo si traigo un bebé en el vientre del hombre al que amo.

—Gracias,¿Cuánto va a ser?—Le meto prisa.

—Ah sí, serían...—Teclea—882 pesos.

Dios, están más caras que una pinche pizza. Le entrego el dinero y salgo de ahí.

—¿Son lo que creo que son?—Ovidio me mira con una sonrisa.

—Tal vez.

Pone la mano en mi muslo. Llegamos al rancho mientras platicábamos sentía náuseas, tomo en brazos a Gabriela para llevarla a su cama.

—¿Que haces?—Le habla al nini—no chula, usted no puede cargar cosas pesadas, nini llévate a Gaby.—Con su mano libre toma la mía caminando a la entrada.

Subo los escalones y me apresuro a llegar al baño de nuestra habitación para vomitar. Hago pipí para hacerme las pruebas y en lo que funcionan me meto a bañar. Me cambio y salgo con las pruebas en la mano.

Les tomo fotos y se las mando a Fernanda.

Fer🤍

¡Voy a ser tía!
11:47 p.m.

Esto puede fallar
11:47 p.m.

Ay sí, claro que pueden fallar pero no sé han cuidado así que no hay falla
11:48 p.m.

¿Ya se lo dijiste?
11:48 p.m.

No porque se está bañando, cuando salga
11:49 p.m.

Aunque ya se lo imagina, él me llevo a comprarlas.
11:50 p.m.

Bueno suerte, al menos ya se que mi hija va a tener un primito de su edad
11:50 p.m.

Cierro el chat cuando Ovidio sale del baño, se acuesta y le doy las pruebas sin mirarlo debido a los nervios.

—¿Tres semanas?—Me mira entusiasmado.

—Mjmmm.

Pone las pruebas en la mesita de noche y me envuelve en sus brazos.

Comienzo a llenarle la cara de besos.

—¿Que irá a ser?¿Niño o niña?—Pregunta besando mi mandíbula.

—No sé, ¿Que quieres tú?—Le pregunto observandolo a sus ojos que me vuelven loca cada que los veo.

—Lo que sea es bueno, aunque me gustaría un niño para cuando estén grandes cuide a sus hermanas de los hombres aprovechados—Me rio ante su comentario.

Nos quedamos unos minutos en silencio, abrazados hasta que el vuelve a hablar.

»—Cumplí mi promesa, te embaracé para que te cases conmigo y no me dejes.

—Y yo me deje para tenerte aquí conmigo siempre.

—¿Cuando nos casamos?


—Nota autora —

Aaaaah¡Bebé Guzmán Vega!

Que emoción, ya casi terminamos con la temporada uno y empezamos con la dos dónde ¡SAS! Empieza lo potente.

Un amor clandestino//Ovidio Guzman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora