0.4

692 49 0
                                    

Ovidio

Platico con mi compa Gerardo Ortiz cuando veo que llegan varias camionetas conocidas al rancho.

—Ahí viene la cuñada —Dijo Iván viendo a mi chula bajar de la raptor ayudando a su abuela.

En eso sale José Angel y se apresura a ayudar a la abuela de Mía.

—¡Gera!—Mi chula salta a los brazos del Gerardo y siento como me hierve la sangre pero lo disimulo.

—Prima, que gusto verte.—Siento un alivio al escuchar eso.

—Igual. Hola Alfredito —Saluda a mi hermano con un abrazo.—Cuñis —Se pasa a los brazos de Iván .

—Cuñada, que guapa, a alguien se le va a salir la baba—Dice captando mi atención y una risita se le escapa a la muchacha.

—Hola Ovidio—Me abraza por el cuello —Gracias por el reloj, me gustó mucho.—Me susurra haciéndome sonreír.

—No es nada mi chula, todo lo que quiera se lo daré —Nos separamos cuando sus padres se acercan.

Me pongo nervioso, no por la mirada de Ricardo sino por la de su esposa que me da una mirada amenazante.

—Ovidio, ella es mi esposa Maribel Castañeda —Ella me extiende la mano y se la acepto—Cariño él es Ovidio.

—Un placer—Le sonrío. Tengo que ganarme a la suegra.

—El placer es mío, por cierto¿Eres tú el que le envía regalos a mi hija?—La mirada de todos se centra en mí.

—Sí.

—Hola familia —Fernanda sale para salvarme.

Todos entramos a la casa para empezar a disfrutar de la fiesta.

La fiesta va muy bien ahorita está una banda, me tomo un shot y saco a bailar a Mía que también ha estado bebiendo un poco.

—Te ves muy guapo—Me dice con una sonrisa.

—Tú también te ves bien guapa.—Le beso la mejilla.

Bailamos hasta que sube a cantar Julión Alvarez.

—¿Te quieres quedar a dormir aquí? porque ya nos vamos—Dice Ricardo sosteniendo a su mamá.

—Sí, no sé preocupen. Cuidense —Se despide.

Cuando se van ambos nos sentamos dónde están todos. Se recarga en mi hombro.

—¿Y ustedes que?—Pregunta Gerardo.

—¿De qué?—Mía lo observa.

—¿Ya se enoviaron?—Alfredo nos mira espectante.

Mía se endereza.

—No, ¿Tu ya te enoviaste con alguien?—Mi hermano se queda en silencio y Mía solo le sonríe victoriosa.—Vamos a ver qué hay de comer—Me levanta y caminamos hasta la cocina.

Cabe mencionar que estábamos a un lado de la casa, en un gran terreno donde está el escenario y las mesas.

Mi mente empieza a imaginar muchas cosas cuando entramos a la habitación de Fernanda.

—¿Que hacemos aquí?—Pregunto para salir de dudas.

—Me quitaré estás mierdas y me pondré unas pantuflas de Fer—Dice haciéndolo.—Dios ya no sentía mis pies.

Me toma de la mano.

»—Ya vamos a comer.

—Me encanta como te queda el blanco —Me mira sonrojada desde el último escalón —y el rojo en tus cachetes.

—Calláte, que me voy a enamorar de ti.—Se ríe.

—Es lo que trato de hacer—La agarro de la cintura pegándola más a mí.

—Pues vas muy bien —Abre la puerta de la cocina.—Mira, Cleme hizo pan de plátano¿Te gusta?—Me mira cortando una rebanada.

—No lo he probado.

—Ven.

Me acerco a ella recargando las manos en el mueble acorralandola. Estamos bastante cerca y fácilmente podría besarla pero me hace abrir la boca para darme a probar del pan. Está rico, pero más rico su perfume.

—¿Rico?—Asiento—¿Quieres que te sirva?

—No gracias, tú me vas a dar.

Sonríe haciéndome sonreír. La cercanía es tanta que podemos sentir la respiración del otro, la tomo de la cintura pegándola a mí para besarla. Empieza como un beso tranquilo en lo que agarramos confianza, pasa sus manos por mi cuello profundizando el beso. La alzo sentándola en la barra que está vacía y recorro sus suaves piernas con las manos sintiendo como su piel se eriza bajo mi tacto.

—Isa, te confundiste de postre—La voz de Sergio nos hace separarnos.

—Ay, lo siento...—Se disculpa agarrando el plato con el pan.

—No se preocupen, así encontré una vez a Fer e Iván, pero al menos ustedes están vestidos.—Saca una botella de Whisky y se va dejándonos solos otra vez.

—Vamos—La abrazo de la cintura saliendo con dirección a dónde están los plebes.

—Desde aquí vimos lo que andaban haciendo cochinos—Dice Iván.

Y efectivamente, desde aquí se ve la cocina por la ventana.

—Lamento haberlos antojado —Dijo mi chula haciéndonos reír.

Entre los dos nos acabamos el pan.

Ya son las cinco, ya se fueron todos solo quedamos mis hermanos, mi chula, el compa Gera y pues Fer, Sergio se fue porque tenía un jale.

—¿Que haces?—Le pregunté a la chula al ver que estaba en su cel.

—Estoy viendo que foto subir a mi insta, mira—Me da su celular —¿En cuál me veo linda?

—Esta difícil porque en todas sales bien hermosa.

Y no miento.

—Gracias—Me abraza y le muestro una que me gusto.

Veo que escribe algo antes de subirla.

—Ya a dormir —Todos nos metemos a la casa y Fernanda nos lleva a una habitación

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Ya a dormir —Todos nos metemos a la casa y Fernanda nos lleva a una habitación.—Ustedes se quedan aquí, ya le traigo una pijama.

Mía se quita el vestido quedando en ropa interior, no puedo evitar morderme el labio y me volteo cerrando los ojos.

»—Ten—Fer entra tambaleandose.

—Gracias—Se pone la pijama de un short y una blusa corta de color amarillo.

Y nos acostamos juntos.

Un amor clandestino//Ovidio Guzman Donde viven las historias. Descúbrelo ahora