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Es otro día más que pasa, que me marca, como dije anteriormente mi abuelo, Walter, fue la tercer figura paterna que tuve a lo largo de mi vida, ya nombre a Marcos y a Pedro. Pero realmente no les haría justicia a ninguno de los tres contando estas historias. Fueron más en mi vida de lo que podría expresar en un simple libro.


Yo sé que no es así, pero por los recuerdos que poseo de mi infancia, siento que la mayor parte de la misma la pase junto a Walter, y también creo que me crie gran parte de mi juventud con sus consejos, con sus retos por las malas palabras, con su amor por los animales y su temperamento para muchas cosas.


Cabe destacar que él al igual que casi toda mi familia, estaba separado de mi abuela materna, es decir que el realizó su vida al lado de otra compañera, su mujer, Geraldine. 


 Además, es mi único abuelo hombre, dado qué, mi abuelo paterno falleció cuando yo tenía tan solo un año. Seguro cuando dije que falleció más de uno me estará compadeciendo, pero realmente no tengo recuerdos vividos con él. No sé que tan bueno o malo sea eso. Y si, me desvíe mucho del tema principal. Vamos a retomarlo.

Mi abuelo, Walter, vivió casi toda su vida con Geral en una casa que se ubicaba prácticamente en frente de la mía. Solo me hacia falta cruzar la calle, hacer dos pasos para la derecha y allí estaba la enorme casa que poseían juntos. Siempre fue mi sueño tener un hogar como el de ellos, aunque nunca se los dije y posiblemente se estén enterando ahora.


Cada tarde que pasaba, yo pedía permiso a mi familia y a él para poder escaparme hacia las pequeñas aventuras que me encontraba cada que iba hacia allí. Para mí así era porque él siempre estaba en un galpón, arreglando cosas de la casa o jugando conmigo. En su patio había un columpio exclusivamente para mí, además recuerdo cuando a los 7 me compro mi primera y única bicicleta, para después enseñarme a andar por su casa y por las calles que rodeaban la manzana de nuestros hogares.


Recuerdo las veces que Geral, intentaba hablarme de ciertas cosas tratando de educarme y Walter intervenía sacándome de aquel momento.Puedo hablar mil horas de él y aún así, siento que jamás voy a darle el crédito que merece. A Geral, la conocí desde que nací, entonces para mí, aunque no sea mi abuela de sangre, era MÍ abuela.Y aunque muchas veces chocábamos con opiniones e intereses opuestos, sé que ambos me quieren mucho más de lo que quizás yo pienso. 


Ambos, estuvieron en cada momento de mi vida, en cada paso que di, como mi hermano y mi padrino, aunque el ultimo no llego a verme crecer como los otros dos hombres en mi vida.

La plenitud en las sombrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora