𝐎𝟏

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Una niña de tan sólo cinco años se paró ante el niño de seis, tomó las telas de su vestido y se inclinó en forma de respeto.

—Es un gusto conocer a su Alteza, el segundo príncipe, soy Violet Garnet. —sonrió, Heinrey observó a su madre y ella movió la mano como si le diera una señal de acercarse, tomar su mano para luego besarla.

El rubio trato de sonreír, pero parecía más bien una mueca llena de asco y desagrado, tomó su mano y la beso en forma de saludo.

—es un gusto conocer a la que será mi esposa en un futuro.. —Violet sonrió con emoción, ¡era tan elegante y agradable con ella! (O eso era lo que veía ella al menos, ya que Heinrey no lograba disimular su mueca de disgusto, pero ella prefería creer en lo que ella quería)

—Los dejamos solos para que se conozcan entre ustedes. —hablo la reina. —Y Heinrey comportate. —susurro en su oído con frialdad, el sintió un leve escalofrío y luego miro a la niña quien tenía una pequeña sonrisa inocente en sus labios.

—¿paso algo, su Alteza..? —pregunta Violet con inocencia.

—¿estas de acuerdo con este compromiso..? ¿Esto es lo que quieres..? —pregunta el de repente a la menor.

—no es que lo quiera o no, su Alteza.. Es mi deber como hija hacer lo quieren mis padres, después de todo no puedo darme el lujo de rechazar un compromiso, cuando muchas familias querrían casar a sus hijas con príncipes.

—entiendo, pero quiero que sepa que aún que yo quiera no podré romper este compromiso.. Ni usted tampoco, ¿entiende..? —la miro con desdén que ella no lograba notar.

Ella lo miro confundida, ¿como querría romper aquel compromiso que tanto le costó formar a su padre? No podía, no podría hacerlo y no lo haría tampoco.

—Entiendo, su Alteza.. —vuelve a sonreír con inocencia, vió como su padre llegó, junto con la emperatriz, ambos portaban una suave sonrisa y el duque tomó su mano.

[•••]

Seco sus lágrimas con  la palma de su mano, maldito estúpido, sabía que a penas se diera la vuelta sería traicionada por Heinrey y no podía evitar sentirse mal, porque fue ella quien decidió creerle con los ojos cerrados.

Pero eso ya no importaba, ella era más fuerte de lo que todo mundo piensa, se levantó de su asiento, se dirigió a ver las finas cortinas cubrir su balcón y las abrió rápidamente viendo todo el panorama en el jardín de la mansión Garnet.

Salió un poco más afuera, ahora recargandose en el barandal y observó a su gente, quien al verla se inclinaron deteniendo sus labores, ella alzó la mano e hizo un movimiento para que continuarán, lo cual lograron.

Ella iría a ver a su nuevo prometido, para planear el como anunciarán el compromiso ante todas la clases sociales, estaba segura de que muchos se opondrían, debido que le deseaban a ella como la nueva reina, vio nuevamente el lugar y se adentro en su habitación, con suspiro pesado.

“estoy seguro de que por lo menos, mi querida Navier no se acobardaria a la hora de tener relaciones”

Desgraciado..

Pensó con odio, ¿como las comparaba cada vez que tenía la oportunidad? Esa tal emperatriz tenía experiencia, después de todo ya estaba casada desde antes, ¿no era obvio? ¿Ah..? Sin embargo ha ella no se le ha dado la oportunidad.

[•••]

Heinrey sonrió burlón hacia el emperador de Oriente, quien lo miraba seriamente.

—Navier.. ¿No será con quien. .? —ella sonrió y asintió.

—Si, el es con quien quiero casarme.. —Rashta miro a Sovieshu.

—¿pero no se suponía que el estaba comprometido..? —dice la albina con preocupación. —con Lady Violet.. ¿No era así..? Lady Violet es mi amiga... Ella no puede estar así, debe dolerle mucho.

Sovieshu la observa y acaricia su cabello, asintiendo.

—Así es querida, se suponía..

Navier mira con sorpresa a Heinrey, ¿el estaba comprometido..?

—si, pero mi compromiso con Lady Garnet se ha roto..—Rashta oyó eso y rostro se mostraba lo suficientemente molesta, como para empezar a gritarle a ambos, pero se contuvo.

—su Majestad.. —dijo la de orbes onix entre dientes, la albina lo observó a los ojos, aun preocupada, pero se notaba que estaba enojada.

[•••]

—¿una carta..? —pregunto Violet confundida, mirando a los ojos de la sirviente.

—Si, es de Oriente.. Huele a jazmín.. —inmediatamente ella sonrió, ya sabía de quien se trataba.

—damela.. —extendió su mano a la sirvienta para recibir la carta, quien se la paso.

“Querida Lady Violet:

Soy yo, Rashta.

Rashta espera que te encuentres en buen estado de salud, ¿como estas tú? Rashta estaba preocupada cuando escucho que tu compromiso con el rey Heinrey se rompió, eso lo supimos en el juicio de divorcio de la emperatriz..

Te visitaré en cuando pueda, ¿si? Oh, si vienes a mi boda estaré feliz de verte, serás mi invitada de honor, por cierto.. ¿Quieres ayudarme con mi vestido? Conociéndome seré muy exagerada, así que prefiero que me ayudes, oh y en honor a nuestra amistad, el ramo tendrá algunos jazmines.

—con cariño, Rashta”

Violet estaba sorprendida de como los rumores recorrían rápidamente del reino hasta el Imperio oriental, luego al ver el contenido completo de la carta sonrió de manera suave, Violet sabía que jamás se equivocaba en elegir sus amistades, gracias a ella Ergy no tenía tanto poder sobre su amada amiga, ni menos el vizconde, de hecho Ian estaba resguardado en su mansión, con el obvio conocimiento de Sovieshu, quien le "ordenó"(parecía más bien una petición) que lo llevará siempre que fuera a Oriente, ta que ha Sovieshu le gustaba cargarlo, aparte, Violet escogió el vestido para el divorcio ambos emperadores, siendo sencillo, que le demostrará respeto a la emperatriz anterior, ahora la ayudaría con su vestido.

𝐆𝐀𝐑𝐍𝐄𝐓 - 𝐓𝐇𝐄 𝐑𝐄𝐌𝐀𝐑𝐑𝐈𝐄𝐃 𝐄𝐌𝐏𝐑𝐄𝐒𝐒Donde viven las historias. Descúbrelo ahora