Un nuevo hogar

7

Lira y Spring tenían una oportunidad, o eso parecía. Acababan de llegar al sitio anteriormente propuesto por la espeon y se veía una cueva, o algún tipo de grieta en el barranco, algo que les podía servir. 

Lira sonrió con un perfil un tanto siniestro. Mientras tanto, el sprigatito sonría con emoción, le brillaban los ojos y parecía a punto de gritar.

-¡¡Vamos!! ¡¡Puede que sea una cueva libre!!- Exclamó él, alegre.-

-Si!- Dijo ella sin tanta emoción, simplemente con un tono feliz.-

Ambos pokemon corrieron a la zona. La cueva era más grande de lo que ellos pensaban. Si solo la entrada era gigantesca, ni imaginar el interior. Spring la miró con una sonrisa, pero con temor. No sabía que se podía encontrar ahí dentro. Aunque por otra parte eso no le preocupaba demasiado. Lira lo hizo de forma inexpresiva, no parecía sentir nada, pero en su interior sabía que aquel era su momento.

-¿A que estamos esperando? ¡Vamos a entrar!- Dijo Spring empezando a meter una de sus patas en el interior.

-Espera- Dijo Lira de forma seca, haciendo que la pata del sprigatito se deteniese al momento.-

-¿Qué?- Dijo él de una forma un tanto brusca.-

-No entremos a la ligera. Voy a inspeccionar antes los alrededores.-

-¡No! Ahora que hemos encontrado un posible hogar vamos a entrar directamente.-

-Lo siento, pero sería más seguro que..-

-¡Venga, vamos a entrar ya!- Le interrumpió con un tono impaciente.-

-Te he dicho que no.- Le comenzó a decir ella con otra voz, una voz fuerte y profunda.-

-........- Spring no dijo nada, simplemente corrió hacia el interior, escuchando de fondo los gritos de la espeon. Estaba frustrado. ¿Por qué ella quería tener tantas precauciones en ese preciso momento?

-¡Eh! ¡¡Spring, vuelve aquí!!- Gritó con todas sus fuerzas, haciendo que su voz rebotase en las paredes de la cueva. 

Pero nadie respondió. La pequeña figurilla verde se adentraba en el interior de la cueva, hasta que ya solo se distinguía una mancha con orejas corriendo entre la oscuridad.

"Qué hago ahora?" Pensó Lira. Pero antes de ponerse a reflexionar, una acción por instinto hizo que empezase a correr en el interior de la cueva.