Capitulo 1

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Capítulo 1

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Capítulo 1

Miro por la ventana mientras el autobús se dirige a la próxima parada, estar en este autobús se ha convertido en un hábito, uno que no me enorgullece.

Son las 2.30 de la tarde y me encuentro en el autobús el cual me lleva hasta mi barrio.

Conozco bien a los que se suben, a la anciana la cual trae a su nieto de la mano, al hombre de lentes, el cual siempre lleva un periódico, a la chica que siempre se la pasa escribiendo en su computadora, y al conductor el cual lleva una música ambientadora.

Observo por la ventana, sé que ya casi estoy llegando a mi parada, cuando sube al bus una chica, a simple vista no parece alguien muy llamativa, así que decido ignorar su existencia y perderme en la música de Olivia Rodrigo, pero me sorprende que se siente a mi lado lo cual me incomoda un poco, pero no voy a regatear ya casi estoy llegando, no vale la pena.

Su pierna toca la mía, esto me hace enfadar.

- lo siento mucho. Se disculpa rápidamente.

Asiento con la cabeza para que me ignore y siga su camino. Y vuelvo la mirada a la ventana tratando de ignorarla.

Escucho como ruidosamente busca algo en su mochila.

Trato de perderme en la calle y la música, la cual subo a todo volumen.

Cuando al fin creo que me ignorará y poder llegar a mi parada en paz.

Toca mi hombro suavemente.

La observo como habla, pero no logro escucharla, me retiro los audífonos.

- puedes repetir por favor. Expreso amigablemente.

- ¿Te gustaría un caramelo?. Expresa con timidez, extendiéndome el caramelo.

Lo acepto, para cortar este momento de conversación, el cual me incomoda.

Vuelvo a mirar hacia la ventana, puedo ver como los autos pasan a nuestro alrededor, como las personas cruzan el peatonal, es muy relajante.

Cuando voy a llegar a mi parada, el autobús se detiene y me preparo para bajar, sin antes tener que dirigirle la palabra al individuo que se encuentra a mi lado.

Y en ese momento es que me permito detallar claramente a la chica, es morena, con el cabello rizado y unos enormes ojos castaños, los cuales son demasiados claros y hacen que su tez se vea de un color caramelizado.

Lleva lentes de tapa cuadrada los cuales se encuentran un poco empañados, su nariz es refinada y sus labios se curvan en una gruesa, carnosa masa con forma de corazón.

No puedo dejar de mirarla, como su cabello sobresale de algunas partes de su moño mal hecho.

Me observa con confusión, y salgo del trance en el que estaba perdido, cuando escucho al conductor gritar para que me siente o me baje del bus, con mi cuerpo inundado en nervios salgo disparado del camión, pero antes de lograr salir me tropiezo con algo y caigo, observo el objeto que me ha hecho tropezar y son unas zapatillas converse azules las cuales le pertenecen a la chica de ojos saltones, me incorporo y salgo del camión. Cuando veo que este se aleja, escucho como mi respiración se encuentra entre cortada y agitada.

Sus ojos castaños aún siguen en mi mente, claramente como si estuviera en este mismo instante en frente de ella. Durante todo el camino a casa no puedo dejar de pensar en lo ridículo que me vi cayendo como un imbécil, por sus zapatos. Los cuales estaban muy sucios, ahora que lo pienso bien, parecía ser una chica bastante desorganizada.

Mis pensamientos se desvanecen cuando veo que ya estoy enfrente del complejo de apartamentos donde vivo.

Suspiro y observo la hora aún no son las 3, así que no debe haber nadie en la casa.

Subo las escaleras, en silencio, mientras apago la música, de la nada, la señora Núñez abre la puerta y me observa, con la típica mirada de asco que siempre me dirige desde aquel suceso.

- ¿Sabes?, aun estas a tiempo de limpiarte de ese pecado tan asqueroso. Expresa mirándome de arriba abajo.

Decido ignorarla y seguir mi camino hacia mi casa, y aunque no le estoy haciendo nada de caso, logro escuchar como grita.

- Por tu pecado condenarás a tu familia, monstruo.

Esto último, que me dijo, hace que trague grueso y me dirija a mi habitación con inquietud.

Mis manos no dejan de temblar, yo no quiero esto, no quiero hacerle daño a nadie. Con estos pensamientos me dirijo a la cama y me envuelvo en las sábanas, rezando el ave maría.

La chica de la zapatilla sucias (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora