Los diamantes, piedras hermosas y sumamente valiosas. Un ejemplo de claro de cual sabia es la naturaleza cuando vemos el proceso por el que pasa hasta convertirse en una hermosa piedra, la misma que brinda elegancia y prestigio a quienes las portan...
- El negro te sienta – lo escucho decir mientras descargo mi mochila en el suelo caminado al escritorio que hay dentro de mi habitación.
- Es lo que más me gusta de esta universidad – dejo el teléfono apoyado contra unos libros para que me vea - ¿Cómo has estado? – pregunto quitándome la parte superior del uniforme quedando en una camisilla blanca antes de empezar a sujetarme el cabello.
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- Bien, extrañándote mucho – habla mirándome fijamente a través de la pantalla antes de volver la mirada al frente.
Empieza a contarme sobre la última competencia en la que estuvo y la que, por supuesto gano tanto individual como en grupo, lo escucho atenta mientras tomo mi portátil y iPad empezando con los pendientes que tengo.
Han pasado seis meses desde que me mude a Moscú, durante este tiempo he tenido la tranquilidad que no sabía que necesitaba, me he concentrado por completo en estudiar y tal como Micah me lo dijo mi madre no ha vuelvo a interferir en mi vida. Desde el primer día he tenido su apoyo y de Verena, su hermana que actualmente está iniciando su carrera en el modelaje y es que como si es preciosa.
- ¿Por qué no vienes a verme? – propongo a lo que él enarca una ceja.
- Suena como una propuesta indecente... - estallo en una sonora carcajada
- Imbécil – comento divertida
- Owen va a golpearme cuando se entere que todo este tiempo he estado en contacto contigo – inquiere como cada vez que hablamos a lo que yo niego con la cabeza.
Lo más difícil que he afrontado desde que me mude ha sido la ausencia de Owen, hay noches en las que he llorado hasta quedarme por ser tan cobarde, por culpa, por mi inmadurez ya que es por esto es que estamos separados. Luckyan unos días después de que me marchara me encontró y desde entonces hemos estado en contacto, ha venido a verme en varias ocasiones en las cuales no ha tocado el tema de lo que sucedió y en las que solo menciona a su hermano para decirme "él está bien" esas simples palabras son un bálsamo para mí.
- ¿vendrás para su graduación? – pregunta sacándome de mis pensamientos
- Aun no me siento prepara para volver – confieso a lo que él frunce el ceño – debo hacer algo primero...
- Siempre puedes infíltrate – comenta divertido evadiendo el tema como cada vez que lo sacó a colación, algo que le agradezco.
- ¿enserio? – pregunto con emoción
- Por supuesto, tu solo dime que sí y yo lo soluciono todo – responde como si nada – sabes que eres mi cuñada favorita...
- Soy la única que tienes y eso que en este momento no puedo considerarme eso... – respondo a lo que él rueda los ojos
