Capítulo 7 : Su Hermano

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No sabía cómo lidiar lo sucedido estos últimas horas. Solo pensaba que mi trabajo se podía ver afectado por mi calentura.

¿Por qué tuve que hacerlo?

Alexander Ivanóv era un hombre muy atractivo y mintiera si dijera que no me sentí extremadamente atraída por él, pero cruce la raya que no debía.

Luego de su cercanía en mi habitación del hotel supe que tenerlo cerca sería mi perdición, por esto toma la decisión de viajar de regreso en un vuelo normal y no con él en su avión privado.

No soportaría tanta tensión y yo debía guardar compostura y no dejarme llevar por emociones de momento.

Al llegar tengo un poco de tiempo para descansar una tres horas, al levantarme me doy una ducha, me alisto y preparo un café cargado para ir a la oficina con todas las fuerzas.

Al llegar tomó asiento en mi escritorio y empiezo a colocarme al día con todo.

—Tiara, ¿No debías de llegar con el señor Ivanóv y su secretaria?

Luisa era una publicista la cuál yo trataba de soportar y sobrellevar. Su egocentrismo, sarcasmo y cierto grado de antipatía hacían de ella una mujer detestable para mi.

—Me adelante, pero ellos llegarán hoy , ¿Pasa algo?

—Nada, solo queríamos saber cómo salió todo con los clientes y la campaña.

—Todo salió excelente con ellos —Golpeo el escritorio acomodando unas carpetas —. Pero eso se lo debo notificar a la señorita Maxwell .

—¿Qué tonito?, te recuerdo que solo eres una simple asistente de publicidad y yo una publicista que esta por encima tuyo.

—No estoy de humor para tus peleitas tontas Luisa.

—Eres una idiota con ínfulas de la grandeza.

—¿Por qué se cree con la superioridad para hablarle de esa forma a la señorita Landuchi?

La voz de Alexander hace que mi cuerpo se erice, mientras que Luisa parece palizada y palida.

—Le hice una pregunta —Espeta demandante —. ¿Quién es usted?

—Yo,yo,yo soy Luisa Evans, publicista de la empresa señor.

—¿Y por eso se cree superior para hablarle a un compañero de esa forma?

Camina acercándose y Luisa retrocede.

—No señor, pido disculpas.

—Me enteró de otra falta de esa magnitud y la despido sin ninguna consideración señorita Evans, ¿Entendido?

—Si, señor.

— Retirese.

Asiente y se marcha rápidamente dejándonos a solas. Suspiró y retomo mi vista al computador.

—Señorita Landuchi, la espero en mi oficina ahora.

—Señor,yo...

—¡Ahora!.

Espeta serio y asiento. Se marcha subiendo el elevador; suspiró y arreglo todo sobre mi escritorio.

Dejo pasar unos minutos, tomo el elevador y marco su piso. Al llegar Helen me mira asombrada y rápidamente se acerca a mi.

—Fue a buscarte, ¿Cierto?

—Si, quiere hablar conmigo.

—Durante todo el viaje traía una cara de pocos amigos.

— Pensé se tomarían el día.

—De hecho me dió el resto del día libre, solo vinimos por unos pendientes pero ya me marcho, ¿Estarás bien?

—Si, no te preocupes.

Deja un beso en mi mejilla, toma sus pertenencias y se marcha yendo al elevador.

Suspiró dando unos toques a su puerta, la abro suavemente y lo veo en su escritorio observando unos papeles con un semblante relajado.

Levanta la mirada, al verme suelta los papeles y vuelve a su mirada dura.

—Adelante, cierre la puerta por favor.

Así lo hago y me acerco a pasos lentos frente a su escritorio.

Se levanta y a medida se acerca mi corazón se acelera. Se detiene a unos centímetros de mi y no tengo el valor para levantar la mirada y verlo fijamente.

Su mano toma mi mandíbula y la levanta haciendome mirarlo, sus ojos divinos me cautivan inevitablemente.

—¿Por qué lo hiciste?

Sabía muy bien lo que preguntaba .

—No podemos estar cerca —Musito con dificultad —. Es peligroso.

—¿Peligroso para quién?

—Para mi —Me mira asombrado —. No puede seguir esto señor Ivanóv.

Humedece sus labios, su mano sujeta mi cintura y me acerca a él acortando nuestra distancia, haciendo que mi corazón lata a mil por hora.

Con la otra mano hace a un lado mi cabello y acaricia mi mejilla. Sin perder más tiempo se acerca tomando mis labios besandolos de manera demandante.

Reacciono a su beso paseando mi lengua, me levanta hasta colocarme sobre su escritorio, sus manos desabrochan los botones de mi camisa a media yo también hago lo mismo.

Si boca pasea por mi cuello, me inclino dandole acceso a medida sus manos pasean por mis piernas.

Estoy apunto de soltar su cinturón cuando el ruido de la puerta abriéndose hace que nos separemos abruptamente.

Quedó palida al ver un chico corpulento, alto y de cabello negro mirarnos confundido.

Lleva ropa urbana, cuando lo miro fijamente un recuerdo de una revista viene a mi y rápidamente separó a Alexander de mi girandome para acomodar mi ropa .

"Maldita sea, es su hermano"

—Lamento interrumpir, no sabía que estabas tan ocupado hermano.

—¿No sabes tocar idiota?

Espeta enojado Alexander, agachó la mirada y camino rápidamente a la salida pasando a su lado como alma que lleva el diablo.

¿Perdí la cabeza?

Acabo de ser descubierta por uno de los dueños de la compañía, ¿Qué pensará de mi?

Oh sí Tiara, oficialmente eres una maldita estúpida.

No solo vuelves a caer encantada en los brazos de tu jefe y casi tienen sexo en su oficina; si no también que acabas de ser descubiertos por su hermano que seguramente se lo contará a su hermano mayor y esto colocará en peligro tu puesto en esta empresa.

—¡Maldición! —Siseo subiendo al elevador —. Eres una idiota Tiara Leire.

Mis calenturas últimamente me están nublando el juicio...

Bajo Su Piel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora