Bajo Su Piel

Capítulo 38 : Tendencia

Observo el ultrasonido en mis manos, todavía con asombro, mientras Alex da vueltas a mi alrededor, hablando emocionado sobre todo lo que hará cuando nazcan nuestros pequeños.

"Mellizos."

Mis padres saltarán de alegría cuando sepan la noticia. Están ansiosos por saber el sexo, pero aún más por el momento en que nazcan.

—Nena, ¿me escuchas? —Su voz me saca de mis pensamientos.

—Lo siento, ¿qué decías?

—Que tenemos que alistarnos. Esta noche es la cena de aniversario de Mika y Edrik.

—¿Hoy? Las chicas no me dijeron nada esta tarde cuando las vi en la oficina.

—Es una sorpresa que les preparamos sin que lo sepan —dice, mientras toma mis manos y me ayuda a levantarme—. Arréglate y ponte más hermosa de lo que ya eres. Te amo.

Me da un beso suave y se dirige hacia su despacho. No puedo evitar sonreír mientras camino hacia la habitación, buscando qué ponerme.

Vamos en el auto, camino al lugar de la cena de aniversario de Edrik y Mika. Me resulta extraño que no se celebre en la mansión Ivanóv ni en su casa, sino en una villa frente a la playa, a las afueras de la ciudad.

No me sorprende viniendo de un Ivanóv; están acostumbrados a ser extravagantes en sus celebraciones.

El pequeño Thony va en el asiento trasero, tarareando una de sus canciones infantiles mientras mira por la ventana. Al llegar, Alex me ayuda a bajar del coche y luego saca a Thony, llevándolo en brazos.

Con su otra mano toma la mía y me guía por el sendero iluminado con antorchas hasta llegar a la orilla de la playa, donde una gran decoración de velas y luces rodea una única mesa.

—¿Y los demás? —pregunto, sorprendida.

Alex me sonríe, toma mi mano, la besa suavemente y me ayuda a sentarme.

—Alexander, ¿qué hacemos aquí?

—Quería preparar algo romántico para nosotros. Hace tiempo que nos lo debíamos para hablar sobre nuestro futuro.

—¿Nuestro futuro?

—Sí, cariño —dice, tomando mis manos con una sonrisa genuina pero nerviosa—. Creo que me he tardado demasiado en hacer esto.

—¿De qué hablas, Alexander?

Suelta mis manos, respira hondo, saca algo de su bolsillo y se arrodilla frente a mí, abriendo una pequeña caja de terciopelo que revela un hermoso anillo.

—Tiara, ¿me harías el honor de casarte conmigo y hacerme el hombre más feliz de la Tierra?

Mi pecho se comprime y hasta olvido cómo respirar de la emoción. Mis ojos se llenan de lágrimas y, entre risas nerviosas y un sollozo, respondo:

—¡Sí!, acepto, Alex, acepto casarme contigo.

Él sonríe mientras me pone el anillo, y todos a nuestro alrededor comienzan a aplaudir. Se levanta rápidamente, me besa y me abraza, mientras trato de procesar la ola de sentimientos que me invaden.

"¡SE NOS CASA EL CODICIADO EMPRESARIO IVANÓV!"

El codiciado empresario Alexander Ivanóv, dueño de las empresas multinacionales Ivanóv S.A., se compromete con su hermosa novia, que además se encuentra en la dulce espera.

Alexander sigue los pasos de sus hermanos, Dante y Edrik Ivanóv, quienes ya están felizmente casados, siendo así el último de su dinastía en dar este paso.

Dejo el periódico sobre la mesa mientras tomo un sorbo de mi jugo y escucho cómo mi teléfono suena una y otra vez con notificaciones de mensajes.

Alexander y yo somos tendencia en las redes sociales por nuestro compromiso, y la familia Ivanóv vuelve a ser el centro de atención.

—¿Tu teléfono tampoco ha dejado de sonar? —Levanto la mirada y me encuentro con mi flamante prometido—. Buenos días, nena.

Me da un beso suave y luego deja otro sobre mi vientre, sentándose a mi lado con su taza de café.

—No sé cómo encontraron mis redes sociales, pero están saturando mi teléfono con tantas menciones, comentarios y mensajes.

—En unos días se les pasará el entusiasmo, mi cielo —dice, dejando un beso en mi mano—. ¿Piensas ir a la oficina hoy?

—Solo hasta el mediodía, ya que tengo una reunión con Braxton y luego saldré con Zoé y Mika el resto de la tarde.

—¿Sobre la campaña publicitaria?

—Sí, tenemos que organizar los últimos detalles antes de lanzarla y preparar la pasarela de presentación de la nueva colección.

—Está bien, mi cielo. Igualmente, estaré pendiente de ti por si necesitas algo.

—¿Thony irá a la empresa hoy?

—No, mi cielo. Lo llevaré a casa de Dante para que pase la tarde con sus primos, y luego, al salir de la oficina, pasaremos a recogerlo.

—Cariño, creo que es hora de preparar una habitación para Thony aquí. Es evidente que pasará más tiempo con nosotros y debemos hacerlo sentir en casa.

—¿Quieres prepararle una habitación? —Asiento—. Está bien, me encargaré de...

—Las chicas y yo nos encargaremos de decorarla —lo interrumpo—. Déjanos eso a nosotras, cariño.

—Está bien, mi cielo.

Al terminar de desayunar, salimos rumbo a la empresa. Como de costumbre, al cruzar la puerta, todas las miradas se posan en nosotros. Alexander entrelaza su mano con la mía y caminamos hacia el ascensor.

Me despido de él al llegar a su piso y subo al mío. Al llegar, noto que el escritorio de mi secretaria está vacío; suspiro y sigo mi camino hasta entrar a mi oficina.

Dentro me encuentro con Braxton, que sostiene un ramo de flores en sus manos, y al verme, se gira con una gran sonrisa.

—Felicidades por tu compromiso, hermosa —dice, mientras me acerco a tomar el ramo y recibo un beso en la mejilla—. Lamento no haber podido acompañarlos, pero tuve una emergencia.

—¿Algo grave?

—Nada que no pudiera solucionar —me invita a tomar asiento en el pequeño sofá y se sienta a mi lado—. ¿Qué tal te sientes? Vi que son tendencia en este momento.

—Sí. De hecho, se me había olvidado que estar con un Ivanóv es estar en el ojo público y mediático.

—Es el precio de andar con un empresario joven, exitoso y guapo.

—¿Lo dices por experiencia propia?

—Por supuesto que sí —responde con una sonrisa fanfarrona, y reímos.

—Igual o más engreído que mis queridos cuñados.

—Lo sé, nena —reímos—. Pero dime, ¿para cuándo será la boda?

—Dentro de dos meses. Queremos celebrarla antes de que nazcan nuestros mellizos para así poder dedicarles todo nuestro tiempo.

—Entonces tendremos boda muy pronto.

—Así es, querido...