Las luces de las lámparas iluminan las vidrieras del salón de baile de la mansión de los duques de Berry. El juego de colores acompaña a Annette, una joven dama de cabellos oscuros y tez tan clara que parece de mármol. Desde uno de los balcones observa el laberinto que se halla en el jardín trasero de la mansión. Vuelve al salón y después de otear por encima, como buscando a alguien, sonríe y se dirige hacia una de las puertas.
Se encamina hacia el laberinto y antes de entrar en él, mira una última vez hacia atrás para cerciorarse que no le sigue nadie.
Una figura observa a Annette desde el centro de la pista. Deja de bailar y se disculpa ante su pareja. Le pide a un sirviente su chaqueta y una vez puesta sigue a Annette manteniendo la distancia mientras procura que no le vea.
Una vez que Annette entra en el laberinto recorre sus pasillos con tranquilidad y segura de las decisiones que toma. No tarda en llegar al corazón. Ahí le espera un espejo con una gema incrustada como única decoración. Al tocarlo vibra y cuando cambia el reflejo, lo atraviesa.
Llega a un almacén con cientos de cuadros, cada uno diferente en tamaño y color. Algunos de ellos tienen incorporadas gemas como la del espejo. Annette se acerca a uno de esos cuadros que retrata una joven trabajando la madera con decisión y delicadeza.
Oye un ruido que proviene del espejo por el que ha entrado y del susto que se lleva se cae hacia el retrato.
El muchacho que estaba siguiendo a Annette corre hacia ella cuando oye un ruido muy fuerte. Cuando llega al lugar no ve nada más que cuadros caídos, ningún rastro de Annette. Vuelve al salón de baile y allí le espera un amigo.
—¿Dónde estabas Silvain? Mallory dice que la has plantado de repente y que te has ido. —Arrastra un poco las palabras mientras sostiene una copa de vino.
—Se ha ido Deroux al laberinto, pero luego la he perdido. ¿Por qué no es capaz de quedarse en el salón? En todas las fiestas se escabulle.
—¡¡Espera, espera!! ¿Has dado plantón a la hija del duque que ha organizado esta fiesta, por ir detrás de la hija de un barón? Tú tienes unas prioridades un poco raras.
—Bueno, Annette parece más interesante que Mallory. —Hace un gesto con la cabeza para señalar a esta última.
—Mallory está sentada con cara de disgusto mientras les cuenta indignada a sus amigas como Silvain la ha dejado en medio de su baile.

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Un accidente afortunado
RomanceAnnette Deroux, una joven noble apasionada por el arte, descubre un cuadro mágico que la transporta a un mundo desconocido. En su búsqueda por regresar a casa, se une a Nadine, una talentosa carpintera, y juntas enfrentan desafíos que las llevan a c...