5.

2 1 4
                                    

5. Caída

Volvió a la habitación sintiendo que la presión en su pecho se había disipado, se acostó y contó los minutos mientras regulaba su respiración, mitigar las emociones negativas fue algo que Yue marcó en su ser, ella tenía un alma tan pura que pudo dejarle aquello a la pequeña y ahora que todo estaba en calma pudo recordar tan importante lección. Cuando estuvo segura de que todos dormían, sacó el maletín con cuidado, se acomodó la caperuza rogando la protección de Yue y se dispuso a caminar sigilosamente hacia el jardín trasero, no se permitió pensar en otra cosa que no fuera hacer el escape perfecto y mientras se decía así misma que podía hacerlo con repetidas frases de motivación, se detuvo de golpe al ver a Briana junto a sus hijos en el mismo lugar en el que estuvo con Yue la noche anterior.

—Madre tienes que evitar hacer algo como esto otra vez—dijo Brook acercándose con cuidado al borde—tuviste suerte de no caer con ella, debemos poner una valla.

—Pobre, debió decirte antes y así se hubiera evitado esto—Nebra se mantenía alejada del borde por el vértigo—vamos a dormir ya madre, no vaya a ser que Yue haga una aparición como fantasma y busque venganza—agudizó la voz con la última frase generando burla en su hermano mayor, Amaris se mordía los labios tratando de ignorarlos mientras se escondía entre los arbustos más grandes del jardín.

—De todos modos, hay algo que me inquieta—Briana se dio la vuelta—me pareció haber visto a una mocosa, pero no estoy segura, todo el tiempo, Yue miraba tras de mí así que eso me pone a pensar, no fue capaz de dirigir hacia mí una última mirada—Amaris cerró los ojos imaginando que seguramente, al caer, lo último que vió Yue fue a Ur.

—¿Crees que Amaris sabe algo?— preguntó el hijo menor con repentino interés.

—Tengo un mal presentimiento, así que mañana hablaré con ella

—¿Por qué no la llamamos de una vez?—Brook comenzó a caminar hacia los pasillos—iré por ella—La pequeña sintió un escalofrío al ver la espalda de Brook alejarse "No voltees" le rogó.

—Espera Brook iré contigo—Bricio detuvo a su hermano y Amaris agradeció a Ur porque el orco menor tampoco se dio la vuelta.

 Briana se alejó del borde para acercarse a su hija y Amaris vio la oportunidad para saltar, lentamente se acercó hasta el último arbusto lo suficientemente grande como para cubrirla "Si me arrastro haré mucho ruido" pensó viendo los arbustos más pequeños frente a ella, entonces se planteó simplemente correr y lanzarse "pero tengo que mirar donde están las enredaderas" el tiempo corría y se llenaba de terror al pensar en qué hacer, de pronto, instintivamente levantó la mirada hacia el cielo, la hermosa luna llena comenzaba a brillar con fuerza y a ella vino una enorme tranquilidad junto a la canción de Yue "está bien" pensó cuando estuvo a punto de correr.

—¡Madre!—Brook corrió molesto—No está, esa mocosa no está en la habitación—Amaris aprovechó el descuido y corrió al borde, se dio el tiempo para mirar hacia abajo y gracias a la luz divisó perfectamente el lugar en el que debía caer.

—¿Qué tienes ahí?—La voz de Briana como siempre no la inmutó, se dio la vuelta enfrentando al enorme orco—Ven aquí, dame eso—se acercó y Amaris sonrió para ella lanzándose, Briana, en un arranque de desespero se lanzó estirando el brazo alcanzando a tomarla por el vestido, Amaris soltó el Maletín pensando en el peor de los casos, pero la gorda no pudo con su propio peso y cayó junto a ella después de tambalearse un poco, exhalando lentamente ignoró los exagerados movimientos del orco por sostenerse de algo y acomodando su cuerpo se preparó para agarrar con fuerza las enredaderas, el calor en sus manos generado por la fricción mientras se amortiguaba la caída pasó a segundo plano al percibir el ruido sordo ocasionado por el beso que la enorme mujer le dio al suelo.

Caperucita de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora