➛ 𝐇𝐈𝐆𝐀𝐍𝐁𝐀𝐍𝐀 || ➵ ᴜ. ɪᴛᴀᴄʜɪ

𝐱𝐢. 𝚕𝚊 𝚒𝚕𝚞𝚜𝚒𝚘́𝚗 𝚎𝚗 𝚎𝚕 𝚎𝚜𝚙𝚎𝚓𝚘

Otro día más...

｡ﾟﾟ･｡･ﾟﾟ｡
ﾟ。11 ｡ﾟ Mei tenía que seguir adelante.
ﾟ･｡･ﾟ Al principio, no sabía cómo hacerlo. No tenía habilidades básicas para cocinar ni para hacer las tareas de la casa. Era bastante mimada cuando sus padres aún vivían, pero ahora, todo lo tenía que hacer ella misma.

Día tras día, se sentía como si estuviera siempre en un campo de batalla.

Vivir solo nunca es fácil.

Aunque nunca tuvo que preocuparse por todo, ya que el Tercer Hokage le aseguró que todas sus necesidades estarían cubiertas.

Sin embargo, nunca le gustó la idea de deberle algo en el futuro, por lo que fortaleció su quebrada resolución y decidió afrontar todo por su cuenta.

El dinero que poseía ahora mismo procedía del salario de Minato y Kushina. Ella también quería rechazarlo, pero tenía que actuar y pensar sabiamente, así que al final lo aceptó.

A partir de ese día vivió de forma independiente, necesitaba maximizar su tiempo para aprender todo lo esencial.

La razón por la que pudo entrar en la Academia fue porque: consiguieron manipular la verdad, diciendo que Mei venía del País de la Niebla y por algunas cuestiones se trasladó a la Aldea de la Hoja.

Durante el primer mes en la Academia, se dedicó a aprender el Jutsu Clones de Sombra. Sería muy conveniente que lo hiciera.

Ciertamente, era un jutsu de nivel jōnin, y mantener la forma perfecta durante un largo periodo de tiempo era bastante difícil, y lo era aún más porque no tenía a nadie que le enseñara, dependiendo sólo de ella misma.

Ir a la escuela se volvió algo normal para ella, pero no hacía ninguna interacción con nadie. A excepción de Izumi del Clan Uchiha, que seguía apareciendo una y otra vez.

Sin mencionar que Izumi era el puente por el cual Mei se había cruzado con la persona con la que quería estar desesperadamente.

Ella escuchó todo sobre Itachi, sus admirables logros, y el hecho de ser ya un candidato para graduarse este año escolar. Incluso de los rumores que se extendían contra su clan.

Mei quería hablar con él y contarle todas las aflicciones que la atormentaban a diario. Sólo Dios sabía cuánto deseaba decirle que Saory seguía viva...

Sin embargo, guardaba todos sus pequeños deseos dentro de su pecho, aunque le estrangulara el alma. Suspirando, pensó que en el futuro esto se convertiría en tal sólo un recuerdo.

Al igual que Saory se había convertido en un recuerdo para Itachi.

Ella siempre había tenido la vista puesta en él.

Siempre.

Pero parecía que Itachi ya había superado la desaparición de Saory en este mundo.

Le dolía, pero debía ser así.