Capitulo 6

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Namor llegó a la cueva, sabia que había tardado mas de lo previsto pero esperaba que Anna ya estuviera lista para salir a pasear por la playa, pero al llegar se encontró con algo totalmente distinto, todo estaba muy callado y eso no le daba buena espina, a lo lejos vio una pequeña luz, sabía que provenía de la alcoba de Anna así que se dirigió hacia allá, pero al deslizar la cortina vio a la chica acostada en su cama, con las mejillas rojas y los labios morados ademas  de que parecía estar sudando y daba respiraciones entre cortadas, aunque no abría los ojos.

Inmediatamente se puso de rodillas y comenzó a acariciar su mejilla  -Anna, Anna, ¿puedes oírme? Anna, por favor háblame- Llamaba el dios pero la chica no despertó, entonces el ruido de la cortina deslizándose lo alerto y volteo hacia la entrada, era la curandera del pueblo y en las manos tenía una especie de botella, atrás de ella venía otra chica con varios envases y algunos trapos, ambas hicieron una pequeña reverencia la verlo.

Rápidamente se puso de pie y preguntó -¿Qué tiene?- 

La anciana miró a la chica y luego al dios -Tranquilo K'uk'ulkan, tu ch'upul ahau, estará bien, simplemente tiene un resfriado, se pondrá bien con un poco de cuidado- dijo mientras se acercaba a la chica para tomar uno de los trapos meterlo en lo que parecía agua y colocarlo en la frente de Anna, entonces Namor aprecio como aquella cara que la chica tenía de dolor se relajaba un poco, así estuvieron durante varias horas, pronto la anciana lo miró y como supuso el seguía en la misma esquina mirándola fijamente.

-Señor, le recomiendo que vaya a descansar, ella estará bien- pero Namor se puso de pie  -No, mejor dígame como y yo la cuidare, le quitare y le pondré cada que sea necesario los paños ademas puedo administrarle el remedio- La anciana sonrió y asintió -Muy bien mi señor, lo que usted desee- 

Y así se hizo, la anciana le había mostrado como se debía de hacerlo y cada cuándo cambiarlo, además de mostrarle la cantidad exacta que debía de darle de aquella infusión, el dios jamas había puesto mas atención en su vida como en aquel momento, al termina la explicación, la anciana tenia una sonrisa en el rostro -Me alegra mucho que por fin comience a ver por su bien mi señor, la chica es extraordinaria y sera buena para el pueblo, ademas es muy linda se que le dará herederos muy bellos- dijo para después hacer una corta reverencia y salir de la habitación. 

 Namor estaba algo confundido pero pronto entendió lo que la anciana quería decir, ella había pensado que Anna era su, cómo podría decirlo.. su novia, el rio por un momento eso no era posible ella debía regresar pronto con su familia, lo había decidido, la dejaría ir y sabía que ella no regresaría a él, pero eso no le importaba mientras ella estuviera aquí él la cuidaría, pronto noto que el paño ya estaba seco, así que tomó uno nuevo y lo colocó en el agua , después lo exprimió quitando el exceso, se acercó al rostro de la chica y con su mano acarició su mejilla la cual se sentía caliente en contraste con su mano fría -Lo siento tanto- dijo mientras cambiaba el paño. 

La noche siguió y Anna aún no despertaba y aunque la anciana le había dicho que ella estaría bien, él no podía dejar de preocuparse, tomó asiento junto a su cama y tomó su mano -Anna yo lo siento, debía de cuidarte y no lo hice, se que no soy digno pero si supieras todo lo que siento por ti jamas te irías de mi lado, sé mi reina por favor, se que es muy cobarde de mi parte decirte esto mientras estás dormida pero no me atrevo a decírtelo de frente, se que tu no me miras como yo a ti y que tu jamas podrás amarme, pero despierta y te prometo que te llevaré de vuelta a tu mundo, solo no me dejes- dijo mientras recargaba su cabeza sobre la cama, siguió así hasta que el sueño lo venció.

Nota: Este es uno de mis capítulos favoritos, se que es algo corto en comparación con los demás pero les prometo que el próximo sera mas largo en compensación  :)

Un flechazo en el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora