Capitulo 15

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Una de aquellas noches mientras Namor acariciaba su cabello, comenzó a cantar, pues no sabía que más hacer para llamar su atención y lograr que su chica despertará 

-Yo daré mi vida entera, por sacarte de las penumbras, romperé con tu condena, en este mundo que se derrumba...dame un poco más de tiempo que mi último aliento yo lo daré para mostrarte el cielo entero, en las nubes contigo me recostaré... Y nos colamos con la brisaaa y navegamos con el viento, tenía la intensidad de tus ojos, quema más que el fuego y se refleja en vidrios rotos, prometo que un día abrirás los ojos y apreciarás los tonos más rojos que ofrece el cielo-

 Terminó con aquella estrofa y beso la mano de su chica, miró hacia la luna y rogó a los dioses que por favor no la apartaran de su lado jamás. Al día siguiente mientras Laura estaba en su turno de guardia y se encargaba del aseo de la chica pudo notar una leve reacción a la presión, siguió así y pronto se le ocurrió que tal vez si algo le producía más dolor podría despertar, así que la pellizco y enseguida noto a la chica fruncir la mirada y dar un quejido por lo que de inmediato Laura llamó a Shuri -Ella...está reaccionando, yo la pellizque y se movió, ¡ven pronto!- A lo que la morena quedó más que sorprendida, dejando a un lado sus inventos para correr a ver a Anna y mientras corría llamó a varios de los mejores doctores en Wakanda.  Al llegar a la habitación Shuri pudo ver como Laura estaba de espaldas y podía escuchar como sollozaba, no podía ser que aquello solo fuera una reacción antes de partir, ella no podía morir, pero al acercarse un poco más casi se desmaya pues ahí estaba, Anna con los ojos entreabiertos y sosteniendo la mano de su madre, al notar su presencia le sonrió -Shuri, me alegra tanto que estés aquí- dijo Anna con una voz entrecortada y pausada, Shuri no lo pudo evitar y comenzó a llorar, mientras se acercaba más -Porfin regresate con nosotros, ahora te prometo que te recuperarás- Pero la chica solo sonrió. 

Los doctores llegaron poco después y tanto Laura como Shuri salieron para dejarlos hacer su trabajo, Laura de inmediato comenzó a llamar a Clint para avisarle y Shuri llamó a su hermano pues debían contactar al equipo. El primero en llegar fue Clint quien al ver a su esposa corrió a sus brazos y Laura no espero para ponerlo al día de todo lo sucedido, mientras tanto Shuri miraba por la ventana a su amiga que en ese momento era sometida a diversas pruebas para analizar su estado, pero pronto recordó ¿cómo iban a decirle sobre el embarazo?, volteo a ver a Clint y Laura, y supo que ese era el momento de hablarlo, así que se acercó a ellos -Disculpen la interrupción, pero como vamos a decirle sobre su embarazo, supongo que en cuanto adquiera mayor conciencia ella lo notará- Ambos la miraron preocupados, pero Clint hablo -Yo se lo diré, soy su padre, ella confía en mí- pero Laura lo interrumpió -Cariño...creo en este caso la mejor opción es que él se lo diga, de una forma o otra, ellos ahora serán una familia y es momento de que él tome su lugar dentro de esa familia- Clint al principio dudaba, pues no creía que hubiera hombre capaz de cuidar a su niña como él, pero debía dar crédito a su esposa pues sabía que ella tenía un poco de razón -Bien, pero nosotros pasaremos a verla primero, ya después que venga el duende y le de la noticia, pero si él lo arruina yo lo mato- Tanto Shuri como Laura sonrieron. Pronto los doctores salieron e informaron a la familia el grandioso estado de la chica, pues se había recuperado casi por completo y el bebé se encontraba en grandiosas condiciones, por lo que recomendaban unas semanas más aquí para observación y después sería libre de ir a casa, todos agradecieron a los doctores. Clint y Laura no lo resistieron más y pasaron a saludar a su hija, la cual al verlos ahí no pudo evitar sentirse como una pequeña niña de nuevo y algunas lágrimas comenzaron a correr por su rostro, Clint se acercó y la abrazo -Mi niña, gracias a Dios estas bien, no sabes cuanta falta nos hiciste, todos estaban tan preocupados, pero ya estás aquí con nosotros- La chica lo abrazo mas fuerte pues el estar entre los brazos de su padre era como un refugio, se sentía protegida y deseaba jamás tener que salir de ahí. Estuvieron un buen rato los tres juntos entre lágrimas y muestras de cariño, aunque pronto la chica hizo un comentario que los preocupó a ambos -Saben estar en cama tanto tiempo si que me hizo subir de peso, me siento algo...- pero no pudo terminar su oración pues un fuerte ataque de náuseas la invadió- Clint le acercó un envase y agarro su pelo, esto sería algo difícil de procesar. 

Por la tarde varios de los integrantes del equipo llegaron con globos y regalos para Anna, todos estaba tan felices de ver que la pequeña halcón estaba recuperándose, por lo que pasaron todo el tiempo posible contando historias y haciendo reír a la chica, aunque cada vez que tenía nauseas, todos se miraban preocupados pues tenían miedo de su reacción. Al anochecer la enfermera a cargo se encargó de correr a todos pues Anna debía descansar, todos se despidieron y desearon buenas noches a la chica. 

Al salir todos y después de tomar sus medicamentos, miró hacia la luna y se preguntó dónde estaba él. Pero aquel hombre que acechaba sus pensamientos no se apareció ahí el segundo día, ni el tercero o el cuarto, lo cual provocó una pequeña depresión en la muchacha, y una frustración enorme en su padre pues no podía soportarlo más, él mismo se encargaría de decirle, pues al parecer aquel duende resultó ser muy poco hombre. Aquella noche Anna no podía dormir adecuadamente, millones de pensamientos azotaban su mente, estaba preocupada, algo dentro de ella no se sentía bien...pero mientras era consumida por sus pensamientos, escuchó la puerta abrirse y luego cerrarse, alguien había entrado así que cerró sus ojos pues no deseaba que alguno de los doctores en turno la regañara o le diera medicamentos para "ayudarle" a dormir pues estaba harta de estar dormida, pero en cuanto escuchó que aquel que había entrado se sentó a su lado, comenzó a preocuparse, hasta que sintió unos labios sobre su frente, ¿acaso era él? -Querida, ya estoy aquí, sé que debí venir antes, pero estaba en una misión por lo que hasta que regrese a Talokan me enteré de lo sucedido y no sabes lo agradecido que estaba de que volvieras a mi, T'Challa me llamó y me comentó que habían decidido que fuera yo quien te diera la noticia, pero supongo que ya será mañana, pues he llegado demasiado tarde- Pero entonces la chica abrió sus ojos y miró a Namor, quien se sorprendió al verla nuevamente y al ver sus ojos abiertos de par en par, sonrió -Mi rayo de sol- pronunció y después tomó sus mejillas, la chica le sonrió -Puedes decirme ahora, estoy despierta y la verdad no tengo planeado dormir aún, la luna me mantiene despierta- 

El moreno sonrió -No creo que sea el momento adecuado- pero la chica insistió -Vamos debes decirme, desde que desperté siento que todos me ocultan algo, y yo me he sentido tan extraña estos días, pero nadie me da respuestas- Namor tomó la mano de la chica -Bien...te lo diré, pero por favor intenta tomarlo con calma- A lo que la chica asintió -La verdad no se como decir esto pero...vamos a ser papás- La chica lo miro confundida -¿A que te refieres con eso?- Namor apretó mas su agarré -Anna, estás embarazada- Anna soltó la mano del moreno y se levantó de la cama, pero el moreno la siguió -¡Vamos Anna, regresa, no debes andar por ahí aún estas algo débil!- La chica corrió al baño y se miró al espejo, y aunque aún era poco perceptible, pudo notar varios cambios en su cuerpo, pues no solo había subido de peso, si no que al tocar su vientre se sentía algo duro, en definitiva su reflejo había cambiado y todo esto mientras ella dormía, se sentó en el piso y comenzó a respirar forzadamente, ¿como fue que no se dio cuenta antes? Desde aquellos días en la torre donde su apetito había aumentado y tenía náuseas continuas, esos eran signos, como no lo había notado. 

Namor llegó y se sentó a su lado, rodeándola con sus brazos -Se que esto puede ser difícil, pero debo decirte que entenderé si aún no estás lista y que si quieres yo podría...- Pero Anna no lo dejo terminar pues se puso de pie y nuevamente se miró al espejo -Voy a ser mamá...¡Voy a ser mamá!- dijo y pronto volteo a ver a Namor con una sonrisa en la cara -¡Seremos una familia!- se acercó al moreno y lo abrazo -¡Vamos a tener un bebé!- Todo esto confundió mucho al Dios pues él pensaba que ella estaba devastada por la noticia pero al parecer estaba más que feliz, pero pronto su cara cambió drásticamente, parecía preocupada -¿Qué pasa?- preguntó, la chica lo miró con tristeza -¿Tú quieres esto? Realmente entenderé si no quieres formar parte de todo esto, yo no quiero obligarte o presionarte, porque pues todo fue sorpresivo y definitivamente tal vez tu no quieras- Pero Namor le sonrió -Querida, no te preocupes por eso, yo estoy más que feliz y estoy dispuesto a ser su padre, a que seamos una familia, digo de todas formas ya estábamos comprometidos, en algún momento tendríamos a nuestro bebé, así que simplemente nos estamos adelantando- Pero la chica lo miro confundida -¿Comprometidos, desde cuando?- Namor rió -Desde que te di aquel brazalete y tu el anillo, para mi significó una promesa, aunque claro que entenderé si tu no quieres- Pero la chica lo miro y paso su mano por el borde de su barba -Claro que quiero, me haría tan feliz ser tu esposa- Y ambos sellaron aquella promesa con un tierno beso. 

Un flechazo en el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora