Capitulo 16

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La semana siguiente Anna fue dada de alta, por fin podía regresar a casa, Clint ayudó a hacer las maletas y T'Challa les brindó una nave para que pudieran regresar, Namor había ido a visitarla por la mañana pero después del desayuno había desaparecido, ellos partirían por la noche por lo que Anna estaba preocupada de que Namor no fuera a despedirse de ella, y su padre pudo notarlo así que intentó distraerla del asunto. 

Durante el tiempo que les quedaba en Wakanda la chica lo paso con Shuri y Riri. Cuando la hora llego Anna de despidió de todos y agradeció especialmente a la Reina y a Shuri por haberla tratado tan bien, quería agradecerle a T'Challa pero al parecer había salido y aún no volvía, se dieron los últimos abrazos y la familia Barton subió a la nave, Clint la encendió y comenzó a dar las coordenadas, mientras de reojo miraba a su hija, la cual se veía algo triste y en definitiva era por aquel duende, y aunque deseaba asesinarlo decidió dejar a un lado esa faceta y pensar en el bien de su hija, por lo que retrasó un poco más el despegue, haciendo tiempo para que el llegara pero después de 10 minutos ni una sola señal apareció, era hora de irse así que comenzó las maniobras de despegue pero entonces otra nave se le metió de frente y Clint se vio obligado a hacerse hacia atrás y apagar la nave. Pronto escucharon una voz en el intercomunicador                -Creyeron que se irían sin despedirse de mí- Era T'Challa, todos se alegraron de su presencia así que descendieron de la nave y Anna corrió a abrazar al rey, quien la rodeo con sus brazos y la hizo girar en el aire, mientras ambos reían -Te tengo un regalo de despedida pequeño halcón- 

La chica sonrió -¿Y qué es? T'Challa se giró hacia su nave y con un solo botón hizo descender la compuerta, donde una silueta se hizo presente, era un hombre que poco a poco se acercaba, pronto Anna lo reconoció pues sin duda era él. Cuando Namor terminó de descender se acercó a Anna quien lo miraba algo confundida - ¿Te gusta? - preguntó él rey - la chica hizo un escaneo rápido, Namor estaba utilizando un saco, pantalones largos y unos huaraches que dejaban el espacio justo para que las alas de sus pies estuvieran cómodas - ¿por qué estás vestido así?- Namor se acercó a la chica y acarició su mejilla -Es que pensé que si iba a ir contigo necesitaba ropa más común- a Anna se le iluminaron los ojos -¿irás conmigo?- él asintió -Claro que sí, cómo podría dejarte ir sola, este bebé es de ambos y yo debo estar contigo, para protegerte o ayudarte en lo que necesites- La chica lo abrazo -¿Pero y tu pueblo? -

-No te preocupes por ellos, Namora se hará cargo un tiempo, aunque claro si algún asunto importante sucede yo iré a ayudarlos, aparte estaré haciendo visitas de manera constante, y todos estuvieron de acuerdo pues ahora tú también eres mi responsabilidad y debo estar contigo- Ambos se quedaron mirando, pero Clint los interrumpió -Me encantaría seguir viéndolos por horas pero debemos irnos- Laura rió -Oh vamos cariño, que no recuerdas cuando éramos jóvenes- El solo sonrió -De acuerdo, pero vamos que se hace tarde- Anna dio nuevamente un fuerte abrazo a T'Challa para después tomar la mano de Namor y juntos dirigirse hacía la nave. Partieron un poco más tarde, por lo que mientras Clint manejaba noto que Laura cerraba sus ojos debido al sueño, así que puso el piloto automático y miró a su bella esposa dándose cuenta de lo afortunado que era, la tomó entre sus brazos y la llevó a uno de los camarotes para que descansará, pero en el pasillo se encontró con una gran sorpresa, su hija se encontraba recargada sobre el hombro de Namor y su brazo la rodeaba, ambos estaban profundamente dormidos, una parte de él quería despertar a su niña y llevarla a la cama pero ella...ya no era más su niña, había crecido, aunque le costará aceptarlo era una mujer que comenzaba a abrir sus alas y emprender su vuelo, así que solo la miró un poco más y continuó su camino.

Al amanecer una alarma comenzó a sonar Clint se levantó y se dirigió a los controles, en su camino nuevamente se encontró con una escena, donde al parecer ambos se habían cansado de estar sentados y ahora dormían juntos y muy pero muy pegados el uno al otro, Clint rodó los ojos y siguió su camino, aterrizando la nave -¡Por fin en casa!- exclamó y fue a avisarle a los demás.

Al entrar y dejar sus cosas Laura comentó que iría a descansar a su habitación, mientras tanto Namor miraba a su alrededor, era una linda casa, aunque para él le hacía falta un poco más de humedad, pero podría acostumbrarse. Mientras tanto Anna se encontraba sentada en las escaleras mientras acariciaba suavemente el pasto a su alrededor y sentía la brisa, estaba en casa y eso nadie se lo podía arrebatar, pero estaba algo cansada por el vuelo así que decidió tomar una siesta. Entró a la casa y sonrió al encontrarse con su papá y Namor sentados en la sala mirándose fijamente -Pa, voy a subir a recostarme un momento, tú deberías hacer lo mismo, fue un viaje agotador- Clint asintió -Voy en un momento cariño-

-Bien, entonces vamos Namor- Pero Clint se sobresaltó ante aquel comentario -¿A dónde creen que van?- preguntó -Pues ya te dije Pa, a dormir- Clint negó con la cabeza -El duende puede dormir en la bañera o si no le gusta tenemos una habitación de invitados, no tienen porque compartir tu cama, es tan pequeña que de seguro dormirán incómodos- Pero Anna solo rió -No te preocupes, estaremos bien- dijo y Namor tomó su mano para subir junto a ella a su habitación, al llegar se sorprendió pues era algo pequeña pero llena de colores, entre póster y fotografías -

Se que tal vez sea más pequeña de lo que acostumbras pero...- Namor la interrumpió -Pero acogedora- comentó, la chica sonrió -Me alegro, porque si no te gustaba tendrías que ir a dormir a la bañera- dijo riendo -Bien, puedes dejar tus maletas aquí y te ayudare a desempacar más tarde porque ahora tengo muchísimas ganas de dormir- El mayor se acercó a la cama, era a su parecer muy suave y llena de almohadas, en el centro había un muñeco, así que lo tomó en sus manos, tenía ojos azules, y portaba un traje azul con una estrella en el pecho -¿Quién es?- preguntó, la chica al voltear a ver a que se refería se puso roja de la vergüenza -Pues es...mmm es él Capitán América, era un viejo amigo de mi padre, un superhéroe, el fue uno de mis primeros amigos cuando Clint me adoptó, fue un gran apoyo y a los 12 mi madre me regalo este muñeco hecho por ella, yo era la más feliz y durante la noche cuando las pesadillas asechaban yo solo tenía que abrazarlo para saber que todo estaría bien, se que es algo tonto pero el me ayudo mucho- Namor se acercó a la chica y acarició su mejilla    

-Bien, pues por fin dejaremos al Capitán descansar pues ahora podrás abrazarme a mi todas las noches y yo te ayudare a enfrentar tus miedos y luchare contra aquellas pesadillas que te atormenten- La chica lo rodeo con sus brazos -Gracias por haberme encontrado- el mayor se pego más a ella -Más bien gracias a ti, por haberme aceptado- Anna se acercó y le dio un tierno beso. Ambos se acomodaron en la cama que aunque era algo pequeña como dijo Clint, para ellos era perfecta pues les permitía estar juntos, Namor la rodeo con sus brazos y ella se aferró mas a él -Descansa mi pequeño halcón- 


Nota: he aquí un nuevo capitulo, se que me tarde mucho en actualizar por lo que pido disculpas, espero les agrade :)


Un flechazo en el marDonde viven las historias. Descúbrelo ahora