Capítulo 16

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Vinitos, les pido que se abstengan de dejar cualquier comentario que contenga spoilers en esta historia. De lo contrario, me veré obligada a cancelar su publicación. He notado que nuevos lectores están respondiendo a comentarios que, sin duda alguna, contienen spoilers, arruinando así la experiencia de aquellos que la están leyendo por primera vez. Les recuerdo además que muy pronto se publicará "Nuestra última melodía", y lamentablemente también he observado que se han revelado tanto el comienzo como el final de esa historia en los comentarios. Es crucial preservar la experiencia de los nuevos lectores. Sin más que agregar, les deseo una grata lectura.

Con los odiosos rayos de sol, golpeando con fuerza los inmensos ventanales, Hyunjin escuchaba la dulce melodía del piano, y envuelto en aquel sentimiento de paz, giró su rostro hacia el pelinegro que tocaba el instrumento con una radiante sonrisa ...

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Con los odiosos rayos de sol, golpeando con fuerza los inmensos ventanales, Hyunjin escuchaba la dulce melodía del piano, y envuelto en aquel sentimiento de paz, giró su rostro hacia el pelinegro que tocaba el instrumento con una radiante sonrisa en su rostro.

Dando cortos pasos para acercarse, Hyunjin observó las manos del desconocido pianista, que iban cubiertas por unos guantes de cuero.

Logré terminarla y le puse como nombre: Nuestra última melodía...

Se escuchó la misma voz, esa que abrazaba su corazón y erizaba su piel.

El pelinegro dejó de tocar y Hyunjin alzó la vista hacia su rostro, notando cómo los ojos del contrario estaban clavados en él, robándole el aliento.

¿Felix?

Sobresaltado, Hyunjin despertó nervioso, llevando una mano a su frente.

—¿Estás bien? —preguntó Amelia a su lado—. Preguntabas por Felix.

Hyunjin observó todo a su alrededor, notando que se encontraba en la parte trasera de un carro, estacionado frente a una inmensa casa.

—Maldita sea, Amelia... —masculló, frotándose los ojos—. ¿Qué me has dado?

La rubia separó los labios con perplejidad, claramente ofendida, y lo fulminó con la mirada.

—Te inyecté para que pudieras dormir sin dolor  —siseó, al momento que salía del carro—. ¡Eres un ingrato! —exclamó antes de cerrar con un portazo.

Al verla alejarse, Hyunjin puso los ojos en blanco y recogió su cabello como pudo. Sus mechones eran un desastre.

—Tu madre está esperando para despedirse —dijo Minho, frente al volante.

—Esa mujer me volverá loco —masculló el rubio, encontrándose con los ojos de Minho por el espejo retrovisor.

—Será mejor que bajemos —el castaño salió del carro y abrió la puerta trasera, invitando a Hyunjin a bajar.

Con los brazos cruzados y una seria mirada, Misuk observaba desde la entrada de la casa a su hijo mayor caminar con lentitud, captando las pocas ganas que tenía de llegar a ella.

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⏰ Última actualización: May 21 ⏰

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Eterna melodía | Hyunlix | 2do Libro De NUM |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora