Cuando la vida parece querer conducirte por el camino del odio y la venganza pero un conjunto de emociones y sentimientos ponen a prueba tu convicción y te hacen dudar de lo que siempre creíste verdadero, llegas a la eterna confusión, en la que tu m...
Contemplando su reflejo en el espejo, Jisung procedía con lentitud a abotonar los delicados pliegues de su camisa blanca. Cargaba en su gesto el peso del agotamiento acumulado durante los días de exposición constante al peligro inminente.
—¿Por qué tanta ropa? —cuestionó Minho desde la cama, con su mirada anclada en el despliegue del menor.
—¿Demasiado atuendo a tu criterio? —se mofó Jisung con un atisbo de sonrisa juguetona, volviendo el rostro hacia él.
—Indudablemente, a mi parecer —articuló Minho, con una media sonrisa.
Una carcajada brotó fugazmente de Jisung, antes de retomar su tarea con los botones de la camisa, pero Minho, levantándose de la cama, se aproximó con paso seguro al menor que parecía tener el don de atraerlo con meras risas.
Una vez detrás de él , el mayor inclinó sus labios hacia su cuello, evocando una respuesta eléctrica que erizó la piel de Jisung ante el susurro del aliento de Minho.
—Libérate de esas prendas —susurró el mayor, al momento que sus ojos se encontraban con los del contrario a través del espejo.
—¿Por qué no me liberas tú? —replicó Jisung con una sonrisa pícara, resistiéndose a apartar su mirada de la de Minho, pero unos impertinentes golpes suaves en la puerta interrumpieron abruptamente el momento que se desarrollaba entre ambos, provocando que se separaran sobresaltados.
Chris entró a la habitación sin siquiera ser invitado, captando la incomodidad entre ambos, lo que dibujó en su semblante un gesto burlón.
—¿Qué pasa con ustedes? —preguntó, alzando una ceja con suficiencia.
Jisung dirigió una mirada desconcertada a Chris y sacudió su cabeza, fingiendo serenidad.
—Nada en absoluto. ¿Qué te trae por aquí? —se apresuró a preguntar Minho, buscando desviar la atención del momento que había quedado suspendido en el aire.
Chris, con una mirada fugaz hacia ellos, centró sus ojos en Jisung.
—Hyunjin nos espera en el comedor —respondió.
—Enseguida nos uniremos —aseveró Minho, infundiendo un matiz juguetón a su mirada antes de que Chris abandonara la habitación con una sonrisa audaz.
—Qué idiota —resopló Jisung entre risas, sacudiendo su cabeza en señal de asombro.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En el comedor, Hyunjin ocupaba el lugar principal ante una mesa que cedía bajo la opulencia de platos y cubiertos. Pasando una mano por su cabello, detalló a todos a su alrededor: Changbin y Jeongin saboreaban sus comidas con deleite, mientras Chris observaba con una expresión pícara a Jisung y Minho, quienes parecían incómodos por su atención.
—Buen día —saludó Amelia, apareciendo en el umbral de la puerta— ¿Requerías mi presencia?
Hyunjin clavó sus ojos inertes en ella y asintió con serenidad.
