Maestros de la vida

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En sus ojos pude ver dolor, pero sobretodo amor y compasión, bondad ante el mundo y miedo de no poder dar suficiente a quienes aún le quedaba por conocer. Me enseñó mediante su fe, su ejemplo y aún así no fui capaz de aprender lo suficiente, no era mi momento. Y ahora aquí estoy rememorando su recuerdo, su cariño, su mirada.
Queriendo decirle todo y nunca me sale nada, mi garganta se enmudece y no encuentro las palabras..
Tan solo decir que pude aprender a vivir, a apreciar el amor en el canto de las aves y en la mirada de un niño, aprendí a crecer a querer conocer, conocerme y querer, querer-me. Aprendí a querer ir mas allá de lo que siempre había conocido, a no acceptar mis miedos, aprendí la empatía y la importancia que tiene no caer en los extremos, aprendí que dar es vivir y mejor sin esperar recibir, aprendí que tengo que aprender muchas cosas entre ellas cultivar mi paciencia.. pero sobretodo aprendí a luchar y no temer a fallar.

Suspiros por el insomnioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora