Aquel día llegué a quererte tanto como llegué a querer mi destrucción, mi cielo, mi muerte. Aquel día desee dejar de sentir la lluvia corriendo por mi espalda, la arena en mi cuello y tus manos en mi piel. Supliqué e imploré a Dios y a los 7 mares que un suspiro acabara con aquella sensación.
Mas de 36 meses secuestrada, día tras día drogada, no sabía donde estaba, no había nada.. Había olvidado como era el Sol, la Luna y el precioso mar lleno de tanta libertad, no sabía ya mi nombre y mi idioma me resultaba extraño, confuso, como si incluso fuera inventado, pensaba que estaba loca, ¿Cómo podía detenerme a pensar en algo así? Estaba encerrada, esclavizada, totalmente absorta por tus ideas, tus pensamientos. ¿Puede que fuera Amor? ...
Llegabas y me mirabas, cada día ese ritual, una mirada, un insulto y tus mentiras, mentiras que llenaban mi cabeza de sueños, de amor de libertad.. Y luego un pinchazo, oscuridad, no había miedo, no había nada.
Paso el tiempo y con él fue cambiando tu actitud, me hablabas de cambios, de nuevas personas, hablabas sin sentido ni coherencia, almenos para mi, estabas mas irritable y eras menos cuidadoso.
Recuerdo que después de un tiempo y acostumbrarme a ti nunca sentí el miedo a tu lado, hasta ese día, era verano me dijiste, saliste sonriendo, alegre, sin mirarme ni una vez.. Pensé que querrías dejarme libre, que te habías cansado de tener una persona con quien jugar. Pero volvíste, volviste y me dijiste -vamos a pasear, hay algo que te quiero mostrar - que bien pensé voy a poder caminar, salir de esta jaula y volar.. Ey que es eso? Otro pinchazo, esta vez me vino el miedo, noté como me tapabas los ojos y me atabas las manos.. Caminamos creo que durante 10minutos, efectivamente era verano, 'en una lavandería entre el calor de las máquinas siempre hacía la misma temperatura' - pensé y sonreí al escuchar los pájaros por primera vez en años. Llegamos y me dijiste muy bajito, apenas inaudible -hoy es un gran día-. Y sí, lo era, era tu día, todos eran tus días. Me desataste y me apuntaste con un arma, al quitarme la venda observé la situación, estabamos tu, yo y una niña, una niña que pensé ocuparía mi lugar. Tuve miedo y la miré, nos miramos en silencio y percibí como sus ojos temblaban de pavor.
Cogí valor y quise dar mi último aliento en luchar por la libertad.. Un segundo y un disparo, sangre, llantos y mi mano señalando la salida a esa niña, me miró, la miraste y corrió, corrió tanto como el miedo le dejo.. Sonreí y me miraste desde lo lejos.. ya no hay nada que temer. Ya no hay dolor y esa bala ya no quema.
Silencio, paz, por fin puedo ver mi libertad, ya no hay miedo solo paz.

ESTÁS LEYENDO
Suspiros por el insomnio
Short StoryTe invito a un viaje en primera fila al centro del alma en forma de prosa poética. Escribo todo lo que se me pasa por la cabeza, no todo es bonito, abróchate las emociones.