Alba y Ro

10

Estaba aburriendome mortalmente haciendo unos ejercicios de francés en la biblioteca cuando vi a Ro pasar. No habia hablado con él desde hacía dos dias, ese sábado de mi cumpleaños. Cuando había pasado todo.

Ro se detuvo en una estanteria y empezó a buscar algún libro. Fui a escribirle. Pero no porque me apeteciese hablar con él ni nada. Solo porque no queria seguir haciendo francés.

Te veo.

Vi como sacaba el movil del bolsillo y al leer mi mensaje miraba a su alredededor, confundido. Hasta que me encontró sentada en una de las mesas. Le saludé con la mano y él me escribió.

¿Me acosas?

Puede
Vaya vaya
Tú con gafas

Aja

No te quedan mal, la verdad

Desde cuando me echas piropos?

Desde hoy🥰

No lo hagas🥰

Amargado

Pesada

Oye, desde cuando te gusta leer?

No me gusta. Tengo que coger un libro para un trabajo de clase.

Como que no te gusta?!?!?!

😐

A mi si

Ah

Oye, no seas tan seco.
Te voy a dejar algunos de mis libros de romance

No por favor

Y te voy a obligar a leerlos

No pienso leerlos

Si que lo vas a hacer
🤨

🙄

***

Esa tarde Sofi vino a mi casa para que le ayudase con la sintaxis, ya que no entendía nada.

—Me siento como un complemento indirecto —dijo dramáticamente— porque siempre realizan acciones sobre mi.

—Eso ni siquiera tiene sentdo, Sofi. Además, si yo tuviese que ser algo, elegiria ser el sujeto.

—Yo un complemento de regimen, porque sin mi, el verbo no es nada.

—Lo que no elegiria nunca es un nexo.

—Buf, no.

—¿Que os habeis tomado? —habló una voz a nuestras espaldas

Me giré sobresaltada y vi a Ro mirandonos como si estuviesemos locas.

—Bromas linguisitcas que nunca entenderias —le espetó Sofi— ¿que quieres?

—Papá dice que vuelvas ya ha casa.

—¿Y por que no me has mandado un mensaje, como una persona normal?

—¿Quieres coger ya las cosass o no? —resopló sin responderle

—Ag —puso los ojos en blanco— las tengo arriba, espera.

—Como no.

Sofi subió corriendo las escaleras y yo me levanté del sofa y me quedé frente a Ro.

—¿Y tus gafas, Ro?

—Solo me las pongo para leer, y no me llames Ro.

—Pero me gusta llamarte Ro. —sonreí

Él no respondió por un momento, cuando Sofi bajó a toda velocidad con su mochila y su abirgo.

—Venga va, pesado —le espetó

Se dirigieron a la puerta y les seguí.

—¡Adiós, Albita! —me gritó Sofi

—Ves yendo, que ahora voy —le dijo Ro

Ella le miro enarcando una ceja.

—Como quieras, rarito.

Nos quedamos los dos solos en el porche, en silencio. No sabia que decir. Ni siquiera sabía por que no se había ido con Sofi.

Entonces Ro metió la mano en el bolsillo de su chaqueta y cuando la sacó, llevaba una cajita en la mano. Me la tendió. Yo la miré un momento sin saber que hacer, asi que me cogió la mano y me puso la cajita.

—¿Que es esto? —pregunté

—Se me olvidó dartelo el otro día por tu cumpleaños.

Abrí la tapa.

—Te gustaba la nieve, ¿no?

Miré la bola de nieve sin poder creerlo. Sin poder creer que me hubiese prestado atención y supiese eso de mi. Que me hubiese comprado un regalo y que fuese tan perfecto. Que en la bola de nieve hubiese montañas nevadas de Alaska, mi lugar favorito del mundo al que queria ir algún día. No podía creerme nada.

—Gracias —dije sin saber que otra cosa podia decir— Me encanta.

Él se encogio de hombros, restándole importancia.

Pero yo no podia apartar los ojos de la bola de nieve.

Ni de él.

No sabia que me estaba pasando, ni como frenar la atracción que empezaba a crecer en mi interior hacia él.