𝗢𝟯𝗢

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🥀 ⚽️ # 𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐇𝐈𝐑𝐓𝐘¡!
«𝘕𝘶𝘦𝘷𝘢 𝘤𝘢𝘴𝘢»

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LA FAMILIA MARTINEZ se dirigían tranquilamente hacia sus asientos, los cuales estaban hasta casi adelante de todo

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LA FAMILIA MARTINEZ se dirigían tranquilamente hacia sus asientos, los cuales estaban hasta casi adelante de todo. Rocío tenía a Ava en brazos, mientras que Emiliano tenía a Facundo.

En un momento, Rocío notó a Pilar y Alexia haciendo gestos raros hacia una parte del avión, por lo que volteó con el ceño fruncido. Dos chicas estaban grabandolas para nada disimuladas sus celulares, lo que hizo que sonría divertida.

La mujer saludó con pequeño movimiento de mano, para después continuar su camino. Cuando finalmente llegaron a sus asientos, Mariana se sentó junto con Santi, mientras que las dos niñas se sentaban juntas delante de sus padres.

Rocío y Emiliano se sentaron en los asientos en medio de sus hijos, colocando a los dos bebés en sus faldas. Luego de que todos se pusieran el cinturón, Martinez empezó a tomar mates con su mujer.

Hasta que en un momento, el arquero notó como los ojos de Rocío se cerraban lentamente. Miró a sus hijos y los vio a todos profundamente dormidos, algo que hizo que sonría con ternura.

Pidió un par de cobijas, para seguido tapar a los niños con ellas y besar la frente de cada uno. Después volvió a su asiento para tapar a su mujer y los bebés, quiénes estaban abrazados a Rocío.

Cuando todos estuvieron bien tapados, Emiliano agarró suavemente a Facundo y lo recostó en su pecho, para acto seguido apoyar su cabeza en el hombro de Rocío.

Y así en cuestión de segundos, el arquero terminó cayendo en brazos de morfeo.

Emiliano abrió la puerta de aquella enorme casa con una sonrisa, para después dejar pasar a su familia primero. Tanto la mujer como sus hijas veían con asombro todo a su alrededor, Rocío sonrió con ternura cuando vio algunos cuadros de fotos de sus hijas y de ella sobre una repisa.

— ¿De dónde sacaste estas fotos? —Preguntó.

Las mejillas de Emiliano se enrojecieron con fuerza, rascó su nuca con nerviosismo a la vez que una sonrisa vergonzosa aparecía en su rostro.

𝗗𝗘𝗟𝗜𝗖𝗔𝗧𝗘 | 𝘌𝘮𝘪𝘭𝘪𝘢𝘯𝘰 𝘔𝘢𝘳𝘵𝘪𝘯𝘦𝘻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora