Prólogo

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Estaba terminando de preparar la masa para las galletas de chocolate que tanto les gustan a mis amigas, cuando siento una presencia en el marco de la cocina.

Sabía que era Alan así que ni me molesté en girarme cuando él ya se estaba acercando a mi.

Sentí que colocaba una de sus grandes manos, comparadas con las mías, en mi cintura y la otra en mi muslo al darme un beso en el cuello.

-Buenos días- su voz ronca me hacía notar que estaba recién despierto- ¿Algún problema para dormir como para estar despierta tan temprano?

Mientras decía eso su mano derecha se colaba por debajo de la camiseta de mi pijama y la izquierda apretaba mi muslo.

-Buenos días a ti también- dejó varios besos más y me acercó a él, haciéndome notar que no solo él estaba despierto- Y tanto que buenos días, ¿no?

Me restregué un poco contra Alan, tentándole mientras que yo seguía haciendo las galletas, y este soltó un suspiro.

-Por favor Rory no juegues conmigo- la mano que estaba en mi muslo subió rápidamente a mi cintura, me giró quedando enfrentados y me besó apasionadamente pero siempre manteniendo la dulzura con la  que me trata- ayúdame con esto.

Me acerqué más a él pasando los brazos alrededor de su cuello. Claro que le iba a ayudar, no necesitaba pedirlo dos veces, y es que quién se iba a negarle nada a un hombre de pelo castaño, ojos grises y carita de ángel, yo claramente no.

Pero quería jugar un poco, al igual que Alan lo había hecho anoche con ella.

-¿Y qué ganaría yo a cambio?- le pregunté a lo que respondió acercándome a él lo máximo posible.

-Seguir con la celebración por tu éxito.

En este punto estaba tan excitada, al igual que él, que temía que lo notase a través del pantalón.

Me agarro de los muslos alzándome mientras me besaba con pasión y me colocó sobre la encimera tras apartar el cuenco con la masa.

-Las vuelta a la cama, todavía es muy temprano y hace frío como para no estar dentro de ella- ante la terrible excusa asentí y sin más me llevo a nuestra habitación, dónde sabía que no retomaríamos el sueño.

Dos Meses Juntos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora