Capítulo 2

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Delante de mí, en verdad está más a un lado que delante, se encuentra Alan, la persona con la que más he hablado estos meses durante horas sin ponerle cara.

Nunca lo imaginé así, el hombre ante mí es alto y joven, no llegará a los 29 años, tiene el pelo castaño y unos ojos del mismo gris que tienen las nubes cuando hay tormenta.

-Buenos días- dijo con una voz grave.

Estoy en blanco.

Salí de mi ensimismamiento cuándo oí la voz de Caterina.

-Siéntante Rory- caminé unos pasos cuando Alan apartó una silla del escritorio que con un movimiento de ojos me ofreció.

Acepté, quién soy yo para negarme a ese hombre que además también es mi jefe, y me senté.

Él tomó asiento a mi lado.

Me centro en la mujer que tengo enfrente, tratando de olvidar a la persona que tengo a mi derecha.

Las correcciones ya no van a ser lo mismo.

Ya lo sé.

-Te preguntarás por qué te hemos llamado y pedido que vengas tan de repente.- empezó diciendo Caterina- durante una reunión con el grupo editorial se ha tomado una decisión sobre tu novela.

El corazón me va a mil, creo que quiero llorar en este momento.

-La sinopsis fue lanzada hace una semana y ha sido muy bien acogida, y como la fecha de publicación no ha sido revelada...- hizo una pausa y miró a Alan como si temiese cual sería su reacción, yo también le miré- han decidido adelantar la fecha, solo tenéis dos meses para terminar las correcciones.

>>Y la historia de Julieth también. Quieren sacarlo a la vez.

- Imposible, la única forma de que eso saliese adelante sería a base de noo dormir y estar todo el día pegados al ordenador- la voz de Alan hacía denotar su disconformidad con esa decisión, y mientras él decía eso yo sentía como la sangre se me iba del cuerpo.

A tomar vientos el sueño de nuestra yo de 13 años.

- No puedo hacer nada por mucho que no estés de acuerdo, la decisión no es mía, así que o lo termináis en dos meses o la historia no verá la luz.

Él la miró y después me miró a mí, suspiró.

- Bien, lo haremos.- no me di cuenta de que estaba manteniendo la respiración hasta que solté todo el aire que había en mis pulmones tras esas palabras.

-Pues sin más de que hablar os podéis ir.-  dijo echándonos cortésmente.

Ambos salimos de la sala y delante de la puerta Alan se gira hacia mí y me sujeta por los hombros.

- No te voy a mentir, va a ser jodido y ya he pasado bastante tiempo hablando contigo como para saber que ahora mismo te estás comiendo la cabeza, pero no te preocupes. Vamos a hacerlo así, todos los días nos llamaremos a una hora en la que ambos podamos corregir, y una vez a la semana vendrás a mi despacho.

Asentí, aceptando sus órdenes.

- Tu eliges la hora y el día, lo que mejor se adapte a tus horarios.

- Va-vale- mucha información de sopetón para mi pequeño cerebro.- Yo tengo que irme, ya me he saltado una clase para venir.

- Bien entonces, ya hablaremos más tarde.

-Bien, adiós.

En la vida un hombre te había puesto tan nerviosa.

Me giré para irme y cuando entré al ascensor, para llegar al hall principal e irme, le vi antes de que se cerrasen las puertas, hablando por teléfono pero con la mirada aún puesta en mi.

Una vez abajo salí tratando de aparentar calma del edificio y caminé a paso lento hasta la universidad, asimilando que en dos meses debía terminar todo.

Dos Meses Juntos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora