Capítulo 9

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Estuve dos semanas sin ver a Alan, al final las videollamadas no fueron posibles por el cambio horario por lo que únicamente hablamos por llamadas y mensajes, y solo quedaba una semana para entregar la novela.

Era miércoles y salí de la universidad agotada, solo quería meterme en la cama e invernar por mucho que tenga que hacer, cuando un pelotón de gente, a los que pude reconocer como estudiantes de literatura, se amontonaban alrededor de algo y no me dejaban salir.

Odio aquí.

Yo también.

Me puse de puntillas y estiré el cuello para ver si podía ver alguna salida. Casi me caigo de culo.

Creo que estás alucinando y ya le ves hasta en la calle.

Movía su cabeza como si buscase algo o alguien hasta que su mirada se cruzó con la mía, y ahí la dejó. Empezó a caminar en mi dirección y en menos de cinco segundos Alan ya estaba frente a mi por lo que levanté la cabeza para seguir mirándole a los ojos.

No tardó en besarme y después apoyar su frente sobre la mía.

-Estoy de vuelta.

-Bienvenido.- dije mientras le pasaba los brazos sobre los hombros y abrazarle. Le besé yo esta vez.

-Vamos te invito a comer y después terminamos lo que nos falta.

Asentí y el me llevó hasta su coche cogidos de la mano, me abrió la puerta y le dejé que me llevase a dónde el quisiera.

✒✒✒✒✒

Pasamos la comida poniéndonos al día y más tardé nos fuimos hasta su casa para terminar de corregir las dos últimas partes restantes.

Estamos sentados uno frente al orto en el escritorio de su despacho, cada uno con la cabeza metida en su ordenador, concentrados en nuestro trabajo.

Solo me faltaba una escena y terminaría todo, dejaría la novela en manos de la editorial para que montasen el libro en físico, pero al darme cuenta de que era lo que pasaba en ese punto no pude evitar acalorarme y sonrojarme. Alan debió notar mi pausa, al no escuchar el sonido de las teclas al ser pulsadas, porque levantó la cabeza y me miró.

-¿Qué ocurre Rory?

-No sé... no sé si quiero terminar esto- le mentí.

-Tu y yo sabemos que no es eso lo que te pasa, venga dime la verdad.

-Yo...emm... ¿y si dejo esto para cuando esté en casa?

-¿Por qué?¿Qué es lo que queda?- decía mientras daba la vuelta al escritorio, situándose detrás de la silla dónde estaba sentada.-¡Oh! pero si has dejado lo mejor para el final. ¿Qué problema tienes con esto?

-No sé que pretendes que haga al decirme de hacerlo más real.

Puso su cara a la misma altura que la mía, nuestras narices se rozaban y él me miraba a los ojos.

-Todo lo que ocurre en esta escena, ¿lo has sacado de tu propia experiencia o un de tus fantasías es que te toquen mientras haces algo importante?

Me sonrojé al instante y bajé la mirada avergonzada, él esbozo una sonrisa.

-Voy a creer que es lo segundo. Rory mírame a los ojos cundo te hablo- le hice caso- Vamos a solucionar eso. Borra lo que tienes.

Seguí sus órdenes hasta que de repente sentí como sus labios dejaban besos húmedos en mi cuello.

-Continua cariño- me susurró sobre mi piel sensible- Si en algún momento sientes que no puedes más me avisas y pararé.

-Sí- susurré tan bajo que no se ni cómo me escuchó. El volvió a atacar mi cuello, dejando húmedos besos y alguna leve mordida, y con sus manos empezó a acariciarme los muslos.

Su mano derecha comenzó a subir hasta llegar al cierre de mi pantalón, el cual desabrochó rápidamente, para introducir su mano y tocarme sobre la tela de mis bragas.

Para ese punto yo solo podía gemir y suspirar.

-Mira a la pantalla y escribe lo que sientes- me susurró al lado de mi oreja para después lamerla y morder el lóbulo.

Si mano izquierda mantenía mi cabeza en una posición que le dejaba acceso a mi cuello pero que me dejaba ver la pantalla.

Comencé a escribir cuando sentí como sus dedos apartaban la tela de mi ropa interior y comenzaban a acariciar mi clítoris, haciendo que se me escapa se un gemido.

- Concentrate en las sensaciones y plasmarlas ahí, haz que Lyra sienta lo mismo que tú en este momento.

-Alan... por favor...- le rogué mientras comenzaba a mover mis caderas, necesitaba más.

-¿Quieres más?- asentí como pude y dos de sus dedos se adentraron en mi interior, no tardó en penetrarme con ellos.- Pero no hagas tanto ruido, alguien podría oírte.

Siguió besándome, acariciándome y bombeando con sus dedos mientras yo escribía hasta que sentí una sensación de tirón en mi vientre y no pude evitar dejar escapar un gemido alto, me había corrido.

-Dios... Alan, joder.- dije mientras trataba de que mi respiración fuese normal, había terminado la escena, la cual no podría leer sin recordar lo que acababa de pasar y volver a excitarme.

-¿Qué ha pasado Rory?- dijo con una leve sonrisa en mi oído mientras sacaba su mano de mi pantalón para llevar sus dedos a la boca. Ese gesto me hizo acalorarme y volver a sonrojarme.-Lo has terminado, y muy bien diría yo. Enhorabuena, acabas de terminar tu libro.

No me di cuanta de sus palabras hasta segundos más tarde, cuando él ya me había vuelto a abrochar el pantalón y se había alejado un poco de mi, pero cuando lo hice no pude evitar saltar sobre él, no tardó en agarrarme por los muslos y yo rodeé mis piernas en torno a su cintura, y le besé.

-Creo que es motivo de celebración,- le dije cuando nos separamos del beso- te invito a mi casa a beber champán y comer pizza.

-Encantado, pero antes de irnos deberías bajar de mi o no seré capaz de sacarte de aquí sin haberte hecho el amor.- No tardé en bajarme con cuidado, él puso sus manos en mi cintura- Recojo en cinco segundos y nos vamos.

Y así lo hizo, no tardamos ni diez minutos en llegar a su coche, y no pasaron cinco cuando entramos en mi casa y ya nos estamos besando, aunque paramos para cenar. Y así estuvimos toda la noche, besándonos tirados en mi cama y en ropa interior.

Dos Meses Juntos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora