Amore Mio

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Bosque de Kuoh – Iglesia abandonada.

-Podría haber sido un poco más delicada, Ophis-sama...- se quejó Issei levantándose del suelo una vez más, pues el poder de su Deidad lo habría atraído con fuerza. Sentía todo su cuerpo temblar y un dolor muy intenso en su mano derecha que no se comparaba con el resto de dolor que sentía en su cuerpo. Asumía que esto era por la nueva habilidad que había adquirido.

-Estabas por derrumbarte... y una vez que declaraste que no estabas peleando como uno de ellos, sino como un Dragón no puedo permitirte mostrar una faceta débil- Ophis acallo las quejas del castaño mostrando un tono firme en su voz.

-Porque ella también, Ophis?- pregunto el Hakuryuukou quien dejaba a Reynare lentamente en el suelo. Issei también se preguntaba esto mientras observaba a la joven inconsciente con melancolía. Lentamente se acercó y curo sus heridas restantes.

-Inconscientemente o no, ella le causó un gran daño y provoco el efecto en cadena que finalmente hizo que el portador del Sekiryuuttei se volviera un Dragón Maligno... y debe pagar por ello- al escuchar esto, Issei levanto la mirada para ver a Ophis con sorpresa. No esperaba esa clase de respuesta por parte de su Deidad.

-Y tú, serás quien le dará ese castigo- ordeno Ophis viendo como la mirada del castaño bajo para mirar a Reynare quien seguía inconsciente.

-No... no merece un castigo. No la castigare- respondió firme Issei parándose enfrente de Ophis totalmente seguro de su respuesta. Los ojos de Ophis soltaron un destello momentáneo antes de que Issei fuera empujado fuertemente hacia una pared del lugar, rompiéndola y aterrizando fuera de este.

-He tolerado suficientes desacatos de tu parte niño!- el cuerpo de Issei temblaba y dudaba demasiado en volver a levantarse mientras sentía como la Deidad se acercaba levitando lentamente.

-No quiero castigarla, Ophis-sama... no lo merece. Suficiente castigo tuvo bajo aquel control... lastimo a personas a las que quería, fue mantenida fuera del alcance de su familia y herida por la persona que prometió protegerla- se explicaba Issei refiriéndose en esta última frase a sí mismo. Vio que sus palabras le estaban funcionando pues había logrado que el andar de Ophis cesara.

-No me obligue por favor... a castigar a una de las personas que ame- pidió Issei totalmente erguido mirando a Ophis a los ojos con las ultimas fuerzas que tenía. Después de todo, su cuerpo ya había comenzado a pasarle factura por toda la energía gastada y a resentirse por la presión a la que fue sometido.

-Yo quisiera pedirle lo mismo Ophis-sama... ella prácticamente es como mi hermana menor y no quiero que padezca más de lo que ya lo ha hecho- sorprendiendo incluso a Red, Vali hablo en defensa de Reynare. Esto era algo lógico, al haber sido criado por Azazel no es nada raro que en cierta parte se haya relacionado con Reynare. Ophis miro a Red con sus ojos bien iluminados dándole a entender que se retire junto a Vali que estaba bajo su cargo.

-Ya déjalos Ophis... yo responderé por Vali si llega a equivocarse en dejar con vida a esa pichón de cuervo- ante lo escuchado volteo de nuevo a ver al Sekiryuuttei quien, a sus ojos, caía lentamente al suelo ya desmayado. Inconscientemente se acercó rápidamente a él para detener su caída logrando hacerlo sujetándolo por la camiseta.

-Bien... cambiando de tema, he escuchado información algo interesante- dijo la Deidad Infinita dejando a Issei suavemente junto a Reynare.

-Los líderes de la facción cristiana ahora planean aliarse. Se reunirán dentro de siete días... el veinticinco de diciembre y allí, nos presentaremos nosotros- respondió Ophis sabiendo que debía anunciarse públicamente el resurgimiento de su facción, para que los dragones por el mundo tengan un lugar al que acudir.

The Love a Fallen DragonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora