Omega de Rosa Roja

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Capítulo 3

Hoseok se vio así mismo temblando, ensimismado y lleno de miedo al ver un alfa lanzar una patada al rostro de uno de los que le acosaban y robaban; lo vio desplomarse en un sonido sordo sobre el pavimento.

 "Si ese alfa intenta hacerme algo malo, no tendré fuerzas para defenderme"

Hoseok sentía morir de miedo, por su mente pasaron oscuros pensamientos sobre lo que aquel alfa le haría, su borrachera lo había hecho tambalearse hasta caer al suelo.

—¿Estás bien? ¿Puedes caminar?

 "¿Qué? ¿Está ayudándome? ¿Por qué?"

 Sus pensamientos y sus dudas se esfumaron al encontrarse con la sonrisa más tierna que había visto, mostraba sus encías con sinceridad, y su aura de paz le invadía aunque no sintiera su aroma.

Su vista de dirigió a sus pies, "¿Cómo pudo pelear con esas anticuadas converse? ¡Nadie me había salvado así! De hecho, nadie me ayuda jamás..."

El omega sintió ser sacudido suavemente en su sueño escuchando la voz de su salvador, llamándolo por su nombre... 

"Hoseok, despierta"

Jung Hoseok sintió morir, su corazón martilleaba en su pecho, sintiendo que el espacio era pequeño, empezando a sentir que el aire no entraba a sus pulmones; había recordado el rostro de la persona que había salvado su vida, eso lo había sorprendido y emocionado.

Abrió los ojos llenándose de pánico, pensando que aún no había despertado, el alfa que había ocupado sus sueños se hallaba a centímetros de su rostro, observándolo con intensidad y curiosidad; llenando sus pulmones con su aroma a cedro y mandarinas.

—¡Fuiste tú! ¡Tú me salvaste anoche! Susurró tomando con fuerza las muñecas del alfa.

—¡Si joven Jung! Es decir, Jung. ¿Puedo llamarte así, no?

El Omega asintió, el susurro del alfa lo hizo temblar un poco al hallarse tan cerca.

—¿Puedes alejarte? No tolero tener a nadie cerca, dijo en tono aparentemente hastiado, volteando la cara con nerviosismo.

—Si me sueltas, con gusto me iré.

Hoseok olvidó que tenía sus manos en las muñecas del alfa, soltando de inmediato su agarre.

Se puso de pie y caminó por su oficina, irguiendose de forma altanera e indiferente.

—Por cierto, ¿A qué has venido a mi oficina? ¿a despertarme? Murmuró sin dar la cara, buscando nada en un libro para concentrarse, después de la vergüenza que había pasado, intentando calmar su agitado interior.

El alfa suspiró, Jung solía mostrarse vulnerable un segundo y después volverse cerrado y tosco con la misma rapidez.

—Tu padre me ha enviado, quiere que hagas lo que está estipulado en este documento, después de eso puedes irte.

—¡Deja el documento ahí! Es tarde, vete.

Yoongi dejó la carpeta, dándose cuenta del desorden de la oficina por el exceso de documentación que había usado el Omega aquel día; salió sin decir nada, observando toda el área de administración desolada y silenciosa.

 "Incluso el señor Jung se ha ido" pensó al recordar al triste Omega vestido de negro y sin aroma, muy diferente a la mañana.

—¡Me largo a casa! Dijo en voz alta, sintiendo en su interior que no era lo correcto.

Hoseok suspiró dejándose caer en su sillón, se sentía abrumado por el exceso de trabajo al cual lo había sometido su padre como castigo, ¿Su culpa y error? Vestir de colores alegres y dejar libre su aroma en el trabajo. Había llorado de nuevo al cambiarse a un traje negro y dejar de sentir su fresco olor.

¡Eros no sabe de Amor! Sope (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora