El Café Del Alfa

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Capítulo 2

Hoseok sonrió en aquel taxi pese a su ebriedad; no había reparado muy bien en la persona que lo había salvado, pero sus converse clásicas y su sonrisa que mostraban las encías, habían sido dos cosas que no olvidaría tan fácil.

—Demasiado tierno, murmuró para si mismo emocionado cuando por fin llegó a casa.
Con aquellos pensamientos se quedó dormido, sonriendo como no lo había hecho hacía mucho tiempo.

Min Yoongi se sentó en la orilla de su cama, observó sus nudillos limpios y cubiertos por una pequeña venda, el alfa suspiró sintiendo su aroma a cedro y mandarinas salir de su piel, después de haberse duchado.

 "Un omega" pensó riéndose de si mismo, "¿Cuándo fue la última vez que me emocioné de esta manera?"

Nunca, alfa tonto

Alejó sus pensamientos, sintiéndose avergonzado, callando a su lobo, pensando en dejar atrás el incidente, sonriendo de nuevo; haciendo una mueca de dolor por sus nudillos lastimados.

—Habría sido mejor si no hubiese golpeado la pared, murmuró al recordar como había golpeado a los alfas aquella noche.

Yoongi comenzó a dormitar, evocando recuerdos de su infancia, regresando a la memoria a su querido abuelo, quien lo había entrenado hasta alcanzar el círculo dorado del Kun fu.

Agradecía sus habilidades en aquel estilo de combate, sin el no habría sobrevivido su adolescencia, cuando era víctima de acoso, lleno de impulsividad y rebeldía.

Su vida había cambiado demasiado al vivir con sus abuelos; su abuela, una catedrática de literatura, le había heredado su amor y pasión por las letras, razón que lo había convertido en un escritor, pensador y un ser tranquilo lleno de dulzura y romanticismo, antes de culminar siquiera la secundaria.

Min se rió mientras recordaba aquello, estaba más dormido que despierto, pero se sintió feliz al pensar en las palabras de sus abuelos.

"Yoongi, eres una combinación perfecta de todos los extremos; eres un alfa que tiene un aroma dulce a mandarinas como si fueses un huerto de árboles en pleno corte de la fruta y un aroma fuerte al precioso cedro, fuerte y grande como ninguno; eres romántico y rebelde, eres rudo y eres tan gentil... un ser equilibrado como debe ser"...

La noche avanzó sin sentir remordimiento por ningún ser vivo, dando paso a la madrugada fría y la luz suave y cálida que se acercaba gracias al sol que salía en el horizonte.

Yoongi despertó, asustado descubrió que iba tarde.

Se duchó y se vistió informal como siempre, tomó su bolso y salió en su bicicleta, manejando lo más rápido que podía, suplicando a la bella luna que su cabello se secara con el viento.

El rostro del señor Jung pasó por su mente, recordando la reunión que había tenido el día anterior con él.

 "Señor Min, tengo una oferta que no puede rechazar; su columna "Pensamientos de café" tiene dos días de existir, pero ha incrementado las ventas del "Alphabetic" ampliando el tiraje del periódico al triple de lo normal. ¿No desea que se le de más realce?..."

—El señor Jung está mostrándome sus cartas demasiado rápido. Susurró con ironía, mientras esperaba en un semáforo con ansias por apresurarse, recordando sus palabras.

 "¿Realce? Sólo es una columna entre muchas señor Jung, ¿Cuál sería su finalidad? No le comprendo.
Señor Min, solamente busco que la población de distraiga un poco de las noticias tristes, necesitan un respiro, necesitan distraerse de la realidad, usted es perfecto, su columna es tan dulce y romántica; por eso atrae y vende"

¡Eros no sabe de Amor! Sope (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora