El Señor Jung

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Capítulo 10

Hoseok apretó su mandíbula poniendo tenso su cuerpo, aquello debía ser una jodida broma; cansado de todo colgó, volteando a ver a Yoongi quien lo veía expectante, esperando a que el omega dijera algo.

—¿Todo está bien? Preguntó el alfa, notando el rostro crispado de Hoseok.

—Sí, respondió, soltando la mano del alfa para buscar algo en el bolso que llevaba y así evitar enfrentar la situación.

—¿Dónde vives? Preguntó el omega sin verlo a la cara, —Me ha surgido un imprevisto; deberías ir a casa, yo debo ir a otra parte.

Yoongi se sintió confuso, aún así dio su dirección al piloto, tomando el camino a su edificio, esperando que todo estuviera bien.

Hoseok no volvió a decir nada, aferró sus manos a su pequeño bolso y se limitó a observar la noche que apenas comenzaba, por la ventanilla del auto.

 "Si te digo lo que pasa, querrás quedarte, odiaría ver que te compadeces de mi"

El auto de detuvo frente al lujoso edificio, —Bueno, llegamos, aquí vivo yo.

Min bajó y recibió su equipaje, observando al omega dentro del taxi, quien se había acercado a la ventanilla para ver el precioso lugar.

—Mañana hablaremos en la oficina, gracias por todo lo de estos días, ten una buena noche.

—Gracias a ti, susurró el alfa, con mil preguntas en su cabeza.

Yoongi sonrió al decir adiós observando al taxi alejarse; su rostro se mostró sombrío, Hoseok había sido más que serio, había sido tan distante que le asustó; llenando de angustia su pecho sin razón alguna.

Nos necesita 

Su lobo comenzó a inquietarse y suplicar por el omega que se había ido.

—¡Ya basta! Dijo el alfa en voz alta,
—Él siempre será inalcanzable para nosotros, por más que lo intente. ¡Sonríe y es amable un minuto y luego se cierra de nuevo al siguiente.

Yoongi entró a su apartamento, dejó su equipaje y se recostó, sin entender la angustia que tenía su pecho y las absurdas quejas de su lobo, empezando a desesperarse.

Quiero ver al omega...

El taxi avanzó por la carretera, acercándose a la mansión Jung; Hoseok alzó la vista con incertidumbre y duda, aún no asimilaba la llamada que había recibido.

"Se suicidó, es mentira"

Las características luces azules y rojas de las patrullas, iluminaban la calle, la tarde de acercaba a su fin, dejando que los últimos matices de la luz diurna iluminaran la mansión, dándole un toque sepulcral.

Hoseok se veía un poco aturdido, aún así no demostraba dolor alguno; bajó del auto dirigiéndose a la cinta amarilla que marcaba el límite de precaución.

—Aléjese, no queremos aglomeraciones aquí. Dijo un policía molesto que se hallaba cuidando aquella zona.

Jung no dijo nada, se quedó parado con la cabeza en alto, viendo al policía como un bicho sin importancia; buscaba con la mirada a la secretaria de su padre, sin éxito alguno.

—¿Puedes dejarme pasar? Soy Jung Hoseok, tengo derecho a avanzar. Dijo al policía, viéndolo de pies a cabeza.

 —Lo lamento, dijo el policía haciendo una reverencia cuando hubo comprobado su identificación, —pase por favor, lo llevaré con el investigador.

¡Eros no sabe de Amor! Sope (Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora