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Izuku Midoriya se encontraba sentado en la mesa de un bonito restaurante, repasando mentalmente toda su vida para ver si podía descubrir el momento exacto en el que ofendió a Cupido, ya que había llegado a la conclusión de que este debía odiarlo.

Verán, Izuku tenía el peor historial amoroso que se puedan imaginar. Cada vez que se enamoraba, si no era unilateral, era por algún motivo, imposible. El punto es que el chico estaba acostumbrado a que cualquier interacción romántica que tuviera, terminara en desgracia.

Y claro que su cita para el día de San Valentín no sería la excepción.

Izuku había pasado cuatro horas arreglándose y buscando un atuendo perfecto para lucir bonito pero no exageradamente producido. Había encontrado la forma de que sus indomables rizos quedaran moderadamente decentes. Había resaltado sus verdes ojos con un bonito pero muy sutil delineado (consejo de su mejor amiga, Ochako). Incluso pintó sus uñas de un verde menta muy suave que combinaba perfecto con el verde más oscuro de su cabello.

¿Y todo para qué?. Para que el chico con quién saldría le enviase un mensaje de último minuto diciendo "tal vez sea mejor dejarlo así".

Izuku estaba furioso con el chico que lo plantó. Estaba furioso con el mesero que no disimulo ni un poco su mirado cuando el greenette se retiró sin comer nada, treinta minutos después de llegar...
Y definitivamente estaba furioso con cupido.

Así que mirando al cielo, en medio de la calle vacía y oscura que lo dirigía a su apartamento, Izuku comenzó a gritarle a la nada.

"¡DIME QUE TE HICE! ¿POR QUE ME ODIAS TANTO?. ¿¡ES UN PECADO QUERER TENER UNA BONITA HISTORIA DE AMOR COMO EN LOS LIBROS!?. ESPERO QUE SE TE CAIGAN TODAS LAS PLUMAS, ¿¡ME ESCUCHAS!?"

Entonces su diatriba fue interrumpida por una risa ronca que provenía de la banca al otro lado de la calle.

Izuku miró furioso al chico que se burlaba, preguntándose internamente si estaba ahí hace un minuto.

Caminó hasta estar lo suficientemente cerca como para distinguir un par de ojos muy rojos que parecían brillar en medio de la oscuridad solo interrumpida por un farol de tono bajo, y cuando se dispuso a hablar, el otro lo interrumpió de nuevo.

"¿Quien sabe?, Tal vez no te odia. Dicen que cupido es un ser lleno de amor"

Izuku miró atónito al hombre, pues no recordaba en ningún momento haber mencionado contra quién era su acusación.

El hombre continuó. "Tal vez solo considera que ningún mortal es digno de tu belleza". Se levantó de la banca en donde había permanecido sentado y se acercó un poco más, hasta quedar a solo unos pasos de Izuku.

"¿Disculpa?" Comenzó el greenette. "No recuerdo haber pedido la opinión de un extraño. ¿Qué te hace creer que la quiero?".

."Bueno, no lo sé,". El desconocido se encogió de hombros. "solo parecía que estabas muy molesto, y pensé que un halago ayudaría".

Desde la corta distancia a la que se encontraban, Izuku pudo distinguir la sonrisa arrogante que se dibujaba en el rostro del hombre frente a él, y nunca en sus 23 años de vida, Izuku Midoriya había conocido a un hombre tan hermoso.

Tenía cabello rubio cenizo que se armaba en picos desprolijos y sedosos, ojos afilados pintados con el más bello tono carmesí; una mandíbula fuerte y rasgos angulosos que parecían esculpidos a mano; era alto, quizás una cabeza más que Izuku, lo que lo hacía lucir intimidante pero extrañamente atractivo.

Sin duda, el desconocido había sido bendecido por Afrodita.

"Pues gracias por la intención". Escupió Izuku, claramente sarcástico. "Pero creo que no te enseñaron a no meter la nariz en donde no te han llamado".

El extraño sonrió de forma cínica y metió sus manos en los bolsillos del pantalón. "Umm... Tal vez, pero a ti no te enseñaron que no debes ir por la calle gritando como loco a altas horas de la noche. Podrías atraer atención indeseada".

Bueno, si antes Izuku estaba desconcertado, ahora estaba claramente aterrado. ¿Debía tomar eso como una amenaza?. No lo sabía pero su cerebro le gritaba que debía salir de allí.

"Para empezar, son las nueve de la noche, ni siquiera es tan tarde. Y estoy cerca de casa, así que adiós".

"¿Así que primero me gritas y luego te vas? Eso no es muy educado de tu parte, Izuku".

El chico más bajo palideció. "¿Cómo sabes mi nombre? ¿Esto es una especie de broma de mal gusto?. Hoy no he tenido un buen día así que te recomiendo que me dejes en paz".

"Pero si fuiste tú quien comenzó. Gritando y armando toda esa perorata sobre que te odio y algo sobre mis... ¿Qué? ¿Plumas?". El rubio torció un poco más la sonrisa y cerró su corta distancia para pararse justo frente a Izuku. "No te odio, Deku. Ese es el punto".

Y por un segundo, solo por un segundo, Izuku se permitió perderse en los profundos rubíes que se alzaban frente a él, sintiendo que toda la sangre se drenaba de su cuerpo.

Solo por un segundo, permitió que un escalofrío fugas erizara toda su piel e hiciera que sus dedos temblaran. Solo por un segundo y luego reaccionó...

"Es-espera... ¿que yo te grité?".

                                    •••








Hola personitas,  finalmente comencé a editar y estaré actualizando un cap por día hasta llegar al tiempo actual de la historia.

La verdad es que volver a leer Eros desde el principio se siente muy bonito, hay cosas aquí que no recordaba haber escrito e incluso me eh llegado a reír de mis propias escenas.

Espero poder ponerme al día rápido, pues las ideas ya comenzaron a surgir, y se que ustedes están tan curiosos como yo por saber que pasará con nuestro hermoso dios griego y su amor eterno. 🖤✨

ℍ𝕚𝕝𝕝𝕤 ✞︎

»--Eros-->Donde viven las historias. Descúbrelo ahora