El agua de la ducha caía tibia sobre su piel pecosa. El chico de ojos verdes se sentía como si un auto le hubiese pasado por encima... Y él conocía muy bien esa sensación.Buscó a tientas el shampoo que se encontraba en la repisa del otro lado de la cortina, para luego repetirlo con el acondicionador.
"¿Necesitas ayuda, nerd?". Bromeó la profunda voz detrás de la cortina.
"Claro". respondió Izuku indiferente. "Me ayudaría mucho si por fin te fueras".
El rubio sentado sobre la tapa del inodoro se echó a reír.
"Oh, vamos Deku. Pensé que ya habíamos establecido que eso no es una posibilidad".
"No, tú lo estableciste. Yo simplemente me resigné". Izuku terminó de enjuagar su cabello y cerró la ducha para buscar la toalla. "Pero sería agradable poder bañarme a solas".
Encontró dicho objeto y se envolvió la cintura con él, abriendo la cortina para salir de la tina/regadera (Bueno no esperen mucho, su presupuesto no le permitía pagar algo con un baño más grande).
"¿Y qué pasaría si por accidente resbalas y te golpeas la cabeza con el borde de la tina?". Katsuki lo miro divertido. "Eres propenso a los accidentes, nerd. Yo solo te estoy cuidando".
El greenette entrecerró los ojos mirando a Katsuki con frustración.
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Ya había pasado una semana desde que el rubio apareció en el apartamento de Izuku, y desde ese momento tomó la decisión de no volverse a ir.
Al principio eran encuentros más casuales, como aparecer frente a la ventana de su salón de clases o sentado en el sofá cuando Izuku se levantaba por un poco de agua en medio de la madrugada.
Pero luego se volvió desesperante.
Izuku podía encontrar al rubio dentro de su armario al momento de buscar ropa, recostado sobre la encimera de la cocina cuando intentaba preparar la cena o como ahora, invadiendo su privacidad mientras intentaba bañarse.Está demás decir que el greenette estaba por perder la cabeza.
Y si bien los primeros días Izuku se espantaba y corría o saltaba de la impresión, ahora era simplemente irritante y agotador.Pero Katsuki parecía divertirse mucho con la situación, pues según sus propias palabras, no planeaba dejar de hacerlo.
Así que aquí estamos ahora, con un cansado Izuku Midoriya que podría fácilmente estar sufriendo de los nervios o del corazón debido a tantos sustos.
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El greenette se paró frente al espejo del baño, ignorando por completo al rubio sentado a su lado, y comenzó a inspeccionar su rostro.
El pobre chico tenía ojeras casi tan marcadas como las de su mejor amigo, Shinsou. Y su pecosa carita que normalmente estaba llena de brillo y energía, parecía la de un borreguito exhausto.
"Creo que deberías usar una crema nocturna o algo por el estilo". soltó Katsuki de repente. "Te ves como si no hubieras dormido durante una jodida semana"
"Tal vez sea porqué no lo he hecho". Izuku volteo para mirarlo a los ojos. "Y eso es gracias a ti, oh poderosísimo Eros, Dios de los acosadores".
Katsuki no pudo evitar reírse de eso.
Cada intento de Izuku por ser malo lo hacía parecer un niño enojado."No duermes por que no quieres, Deku. Yo no te he impedido hacerlo".
"Lo siento, pero no puedo dormir si alguien invade mi cama durante la madrugada".
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»--Eros-->
FanfictionIzuku Midoriya se encontraba sentado, repasando mentalmente toda su vida para ver si podía descubrir el momento exacto en el que ofendió a Cupido, ya que había llegado a la conclusión de que este debía odiarlo.