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En una pequeña tienda de libros con fachada azul, amarilla y roja, un hombre delgado, con cabello rubio y profundos ojos azules, preparaba una taza de té mientras esperaba a su joven "empleado".

Y decimos empleado entre comillas porqué el hombre no lo veía de esa manera.

Izuku era el hijo de una muy íntima amiga, así que el hombre prácticamente lo había visto crecer, y tenía recuerdos del pequeño Izuku de seis años sorprendido al ver al hombre que en sus mejores años, había interpretado el papel de su héroe favorito en las películas. Y cuando la mujer le hizo saber que el chico vendría a estudiar a este lado de la ciudad, Toshinori Yagi rápidamente se ofreció para acogerlo.

Durante los primeros meses Izuku se había quedado en su casa, y aunque el hombre nunca le pidió que lo hiciera, el joven insistió en ayudarle con las tareas domésticas, lo que poco a poco resultó en tener al greenette dando vueltas por la librería que se encontraba en la planta baja de la casa.

Toshinori solía sorprenderlo limpiando los estantes o moviendo pesadas cajas de libros desde la bodega en la parte de atrás hasta la vitrina de enfrente. En vista de qué el chico se negaba a dejar de hacerlo, alegando que quería pagarle por recibirlo en su casa, Toshinori decidió colocarle un sueldo.

Y cuando Izuku reunió el dinero suficiente para mudarse, Toshinori le ofreció seguir ayudando en la librería, así el hombre tendría ayuda con las labores de la tienda y una excusa perfecta para seguir ayudando económicamente a Izuku, pues el hombre le pagaba más que en cualquier empleo de medio tiempo, y no le pedía hacer demasiado... En el fondo ambos saben que principalmente lo hacen para no estar separados durante demasiado tiempo, pues habían desarrollado una hermosa relación paternal.

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Mientras tanto, a unas cuadras de allí, había un greenette molesto porque cierto rubio había hecho algo que no debía.

"¡NO PUEDO CREER QUE LO ROMPIERAS!". Gritaba el chico mientras caminaba en toalla por toda la casa.

"¡YA TE DIJE QUE NO FUE MI CULPA! ¿ACASO CREES QUE SOY TAN ESTÚPIDO COMO PARA ROMPERLO?". Se defendía el rubio, también enojado.

"Oh, no. Yo sé que no eres estúpido... Has estado tratando de destruirlo desde que llegaste aquí. ¡Sabías que era mi favorito!".

El rubio en la cocina recogía los pedazos de la cerámica que accidentalmente había dejado caer.
Encontró un pedazo increíblemente intacto en el que se encontraba el logo de All Might. Lo recogió y se lo extendió a un muy enojado Izuku.

"Mira, esta parte sobrevivió". Dijo Katsuki con una risita.

"¡NO TE RÍAS... NO TE RÍAS KATSUKI, SABES QUE AMABA ESE FRASCO DE GALLETAS!".

"¡DEJA DE GRITARME MALDITO NERD, YA TE DIJE QUE FUE TU CUL...". El rubio abrió sus ojos con asombro. "¿Me llamaste Katsuki?". Preguntó casi en un susurro.

"Es tu nombre, ¿No?". Respondió Izuku con fastidio. "Y no intentes decir que fue mi culpa, yo ni siquiera estaba en la cocina".

"Si, es mi nombre pero nunca lo habías usado". Katsuki estaba estupefacto, intentando mantener a raya la emoción que se formaba en su pecho. "Siempre usas insultos, o me llamás loco. Nunca dices mi nombre".

"Eso es porque estoy molesto".

"¿O sea que cuando me insultas no estás molesto?".

"Pues sí, pero es una molestia diferente".

Katsuki sintió ganas de reír, pero no lo hizo para no hacer que Izuku se volviera a alterar. En cambio solo dejó escapar su característica sonrisa arrogante.

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