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"¿Tu?".

Izuku estaba atónito. El rubio frente a él lucía completamente seguro de sus palabras, con una sonrisa arrogante que solo lograba que la sangre del greenette hirviera a fuego lento.

"Yo". confirmo Katsuki aún frente a Izuku.  El greenette estaba apunto de explotar, y eso le parecía sumamente divertido.

"Ni siquiera te conozco... Tu no me conoces, ¿cómo podrías ser tú?".

"Oh, que tú no me conozcas no quiere decir que yo no te conozca a ti. Llevo mucho tiempo cerca, sé mucho más de lo que cualquier imbécil se tomaría la tarea de saber".  Katsuki tomó la mano de Izuku, rozando suavemente con sus dedos la cicatriz que atravesaba desde la palma hasta el dorso de ella. "Por ejemplo, aquí... Te la hiciste cuando tenías 16. Te defendías de un bastardo que te molestaba por ser gay, y caíste sobre el pico de una botella rota".

Izuku observó los movimientos del hombre, completamente sin palabras, casi hipnotizado por su suave toque.

"O está...". Continuó Katsuki, está vez acariciando el brazo de Izuku, en donde una gran cicatriz adornaba su bíceps. "Fue casi un año después de romperte todos los dedos peleando contra los malditos que intentaron golpearte por defender a esa chica de primer año.  "El rubio sonrió sin perder el contacto visual con el sorprendido pecoso. "Y es resultado de creerte All Might, saltando frente a un auto para evitar que atropellaran a un niño que corría tras su pelota. Ese día saliste disparado por la carretera. Te rompiste tres costillas y terminaste una semana en el maldito hospital... Pero, el mocoso salió ileso, ¿No es así?".

Izuku sentía que debía estar asustado, pero eso podía saberlo cualquier persona que hubiese asistido a la misma secundaria que él. Y el accidente con el auto salió en el periódico, así que no eran secretos.

"Sé lo que piensas, Deku".  Esta vez Katsuki se acercó un poco más, quedando a centímetros del chico más bajo. Tomó la barbilla de Izuku entre sus dedos y levantó el rostro pecoso para que no pudiera dejar de mirarlo. "Sé lo difícil que fue para ti la secundaria. Vivías lleno de vendajes y moretones, siempre creyendote un héroe cuando alguien te necesitaba, pero nunca hubo uno cuando lo necesitaste tu". Katsuki tomó un rizo de Izuku y lo acomodo detrás de su oreja. "Sé cuántas noches lloraste hasta dormir; sé cuántas veces te condenaste a ti mismo por no ser suficiente, cuando la realidad es que tú no eres el problema, el problema son todos aquellos que no podrían igualar el valor en tu corazón, y la forma tan pura en la que amas sin límites... Nadie podría amarte como mereces ser amado, porqué nadie es tan bueno como tú".

Izuku, aún perdido en la mirada del hombre frente a él, sintió como sus piernas temblaban por un momento.
La voz de Katsuki era ronca, pero tan suave, tan llena de sentimientos... Izuku no estaba seguro de en qué momento pasó de la ira a la calma pero su cerebro estaba disparando señales de alarma debido a eso.

El rubio frente a él era un completo extraño hablándole de cosas de su propia vida, como si hubiese sido parte de ellas... Cómo si hubiese estado ahí.

Entonces, ¿Por qué Izuku no estaba espantado? En cualquier otra circunstancia habría intentado huir como lo había hecho al principio de la noche.

Katsuki continuó...

"No quiero que pienses que te odio, cuando lo único que he hecho es cuidarte. Desde la primera vez que te ví, supe que eras diferente, Izuku.

Tenías solo catorce años, y ya tenías el corazón más puro que he visto... Y estabas interesado en este niño... Él no era como tú, su corazón estaba lleno de malicia, de arrogancia y de egoísmo, mientras que tú siempre piensas en todos antes que en ti. No podía simplemente flecharte con él, y que en unos meses te rompiera de una forma irreparable".

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