—Has cambiado mucho Katerine.
—Claro que no madre. Sigo siendo la misma.
—No. Mírate, hasta ahora tienes ocho años de por dios —suspiró —¿Como te está llendo en la escuela?
—Bien, como siempre. Soy la mejor —respondí con seguridad.
—Bueno, no bajes tus notas, tienen que estar perfectas Katerine. No me salga con algo debajo de cuatro. El máximo de las notas es cinco. Necesito que esas notas siempre estén arriba.
—Si madre—dije dándome la vuelta y volteando los ojos.
—Bueno. Ahora muestreme los cuadernos. ¿Que tareas le dejaron?
—¡Ya hiba hacer eso!—contesté gritándole y de mala gana.
—¿Usted cómo me está contestando Katerine Marcel? —dijo mi madre levantando la voz.
—Lo lamento. Que ya iba para eso. Perdón —dije pasándole los cuadernos para mirar las tareas.
—Bueno hija. Tenemos... —Levantó un cuaderno— Este es de matemáticas y tienes tarea, este de lenguaje y no tienes, religión y... —Se detuvo
—¿Que pasa?—dije.
—Marcel. ¿Que es esto? — dijo señalando el cuaderno de religión en varias de sus hojas.
Cuando mi madre dice Marcel, algo no está bien.
—Ay, madre... Yo...
—Explique. ¿Que tiene para decir?—empezó a mostrarme más el cuaderno.
—Pues eso lo hizo Lara en el colegio. No hay nada de malo mamá. No seas dramática. Por eso yo soy así, salí igual a mi propia madre. Lo que me faltaba—rodeé los ojos.
—¡Repita lo que dijo Marcel!—dijo dejando la libreta en la mesa para luego alzarme la mano— Ahí si no dice nada, usted me respeta niña. No se le olvide que soy su mamá.
—Lo sé madre pero es que... —Suspiré — ¡No le veo nada de malo unos pequeños dibujos detrás del cuaderno en las últimas veinte hojas. Las clases son aburridas así que yo dibujo ahí junto con mis amigas!—señalé la libreta—Mira, son bonitos. Son corazones, calaveras, y líneas.
—Rayones—repitió ella.
—Que no madre—repetí—Me iré hacer tareas y después me iré a encontrar con Emily, Lara y Lima—concluí apartandome de donde ella estaba.
—¿Y a usted quién le dio permiso Katerine? Yo que sepa usted no se manda sola. A penas tiene ocho años y yo decido por ti. No se crea tan grandesita.
—¡Me iré y ya mamá. Chao!
—¡Katerine, usted no me vuelve a contestar así! —Dijo levantando su mano para luego darme una cachetada.
—¡Auu!—dije sobandome el cachete—¡Mamá!
—¡No me vuelve a faltar el respeto y menos a contestar señorita. Esas malas amistades le hicieron daño!
—¡Pues son mis únicas amigas y no pienso quedarme sola! Que pena.
—Es mejor sola y que no mal acompañada—suspiró—Donde sepa Katerine que sigue juntándose con ellas, le irá mal.
—Bueno mamá. Si, está bien.
+++
—¡Exactamente!—fruncí el seño—Mi mamá ya se está pasando.
—Tu mamá es muy protectora Katerine. La mía me deja salir a todo lado y hacer lo que quiera—dijo Emily.
—Exacto—acertó Lara—La mía igual. Hasta me dejó pintarme el cabello de rosa y miren—dijo soltandose el moño que tenía para mostrar su cabello— ¿cómo quedó?
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Una historia sin final (En Edición)
RandomKaterine, una chica algo peculiar, tuvo que pasar en su niñez y adolescencia varias cosas que marcaron su vida y las recordara siempre. Lo que no sabe es que mas cosas pueden llegar a suceder, buenas y malas. Su familia estará en el mismo recorrido...