Desperté... Desperté imaginándome estar todavía en La Nueva Vida; quería que todo fuera un sueño y pensar que todavía seguía siendo una niña pequeña... No quería crecer tan rápido, no quería tener más problemas y empezar a tomarme las cosas enserio.,
Quería volver a tener tiempo para jugar, gritar, andar con mis juguetes a todo lado y no estar preocupándome por el bienestar de los demás y mis problemas mentales.
Pasaron las semanas y luego de haber salido de la institución estaba comenzando hallarme en un mundo disfuncional, en donde se veía más el ejemplo de la sociedad y sus maneras de pensar, actuar y reaccionar.
Durante todo ese tiempo de replanteamiento, Blake me escribía todos los días.
Consiguió el número de celular de mi mamá ya que yo no tenía teléfono y a cada momento me escribía.
Yo veía sus mensajes pero no podía responderle, a cada rato me andaba mandando stikers y me preguntaba cómo estaba; me decía los buenos días y buenas noches y me contaba su día sin ni siquiera yo contestarle un "hola".
No era porque yo no quería, era porque no podía.
Que arrepentimiento.
Mi madre al ser una persona sobreprotectora, veía todo lo que hacía en su celular: Con quién hablaba, los juegos en los que me dirigía, absolutamente todo. Por eso tuve un miedo constante de hablar con Blake y a parte responderle los mensajes para que luego ella me preguntara quien era ese niño.
Preferí no hablarle para que mi mamá no me preguntara por mis círculos sociales.
Pasaron los días y llegó el momento donde no aguanté más y le respondí, al fin y al cabo era el niño que me gustaba y ya habían pasado más de dos semanas en las que no tenía ningún tipo de contacto con él.
Mensaje por chat, llega al celular:
—Hola Kate, sé que no me vas a responder de nuevo, ya llevo dos semanas escribiéndote y me estoy rindiendo. Parece que no quieres hablar conmigo y te comprendo.
—Hola Blake.
—Katee.
—Lo siento, no era que no te quería contestar es que mi madre no me deja responder.
En ese momento justo que envié el mensaje, mi madre se acercó a mirar que estaba haciendo y rápidamente cambié la página a una de juegos.
Para seguir hablando con Blake, le dije a mi madre que iba a ir al baño y me escondí el celular en el bolsillo de mi pantalón.
—Volví—escribí.
—Katerine, necesito tu ayuda.
—Si dime ¿Qué pasa?
Mensaje de voz llega al celular:
No puedo escucharlo, mi madre sabrá que estoy encerrada en el baño usando su celular...
—Oye Blake, perdóname pero no lo puedo escuchar—escribí.
—Katerine, enserio necesito tu ayuda. Lo que te dije en el audio es que tengo miedo y no se que hacer.
Esto no puede ser posible... pero no sé como ayudarlo.
—Me tengo que ir.
—Katerine no, por favor.
Después de ese corto mensaje de Blake no pude volver a contestarle.
Salí del baño y me encontré a mi madre en la puerta con cara de decepción pero también de enojo. Ya sabia lo que se me venía.
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Una historia sin final (En Edición)
RandomKaterine, una chica algo peculiar, tuvo que pasar en su niñez y adolescencia varias cosas que marcaron su vida y las recordara siempre. Lo que no sabe es que mas cosas pueden llegar a suceder, buenas y malas. Su familia estará en el mismo recorrido...