Capitulo VI

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Puede que todo para ese entonces estuvo bien, las ideas y pensamientos matutinos me hacían ser feliz cada día, me gustaba mucho Jake, mucho. Le quería dar regalos, papeles, peluches y todo lo que yo pudiera, pero no tenía plata con solo tener nueve años.

La vida urbana era poco consolidada; cosas de la vida que para los mayores suelen ser estúpidos. ¿Era posible que te gustara alguien hasta el punto de gritar por mi ventana su nombre y espantar a todos los pájaros que se posaban en el pantanal? Si, a con tan poca edad, no.

La felicidad como siempre dura poco... y si, en realidad no todo salió para bien.

A los pocos días, luego de estar bien con Jake y seguirnos coqueteando como tontos, me enteré que no era la única a la que le gustaba. Que se podía esperar de un gusto de niños pequeños inmaduros e inocentes. Él no sabía el daño que me generaba, al igual que yo no sabia que pensar, lo único que sabía era que me tenía que alejar de él.

 Siempre me ha gustado la exclusividad y él no era lo que necesitaba. No quería que fuera él mi amor infantil.

Aunque estábamos en el mismo salón, poco a poco me fui alejando de él hasta el punto que me dejó de gustar. Pensé que iba a ser mas difícil olvidarme de él pero no, fue mas fácil de lo que pensé. Mis amigas me seguían molestando con él y aunque yo les decía que dejaran el tema, nunca me hacían caso. Morgan y Layla siempre me apoyaron en esa decisión. Mas que todo Layla ya que ella fue la que me escuchó gritar el nombre de Jake por la ventana, odio recordar esos momentos tan vergonzosos.

Pasaron varias semanas en las que estuve completamente alejada de él, no fue tan fácil pero se logró.

Al año siguiente todo se volvió muy rutinario, era mi ultimo año de primaria y ya había dejado de lado varios muñecos que amaba de chiquita y varias cosas en mi empezaron a cambiar, como mis pensamientos. Comencé a dejar de lado el "amor" y dedicarme sola y fríamente a mi, por lo que lo vi muy necesario y prudente.

En ese año todo empezó a transcurrir con mucha normalidad, entraron mas niños nuevos y todo comenzó a ir bien hasta cierto tiempo que una niña, la típica "pick me" llamada Vannesa comenzó a destrozarme la vida. Vannesa era como Emily cuando era mas pequeña, la diferencia es que esta buscaba mas atención de parte de los hombres, se juntaba mas con ellos, trataba mal a varias de las mujeres y temas así, a parte que siempre quería llamar la atención para ser la mejor con los profesores, cosa que fue cierta ya que uno de ellos (el profesor de educación física) la empezó a mirar mas como su alumna. 

Ese profesor como todo viejo verde tenia unos 22 años, era el hijo de la dueña del colegio y al parecer le gustaban las niñas en desarrollo o que se vea que estaban pasando de la niñez a la adolescencia. Él tenía su novia de su misma edad que también era profesora en el colegio, ella era maestra de danza solo para las personas especificas encargadas de representar el colegio en toda la ciudad la cual era un tema importante para todos.

Yo quise inscribirme en las clases de esa profesora, desde pequeña siempre me gustó bailar. Recuerdo que a la edad de siete años en las reuniones familiares me ponían la canción: Pelo suelto de Gloria Trevi; adoraba esa canción por mi cabello largo y que mi familia siempre me decía la pequeña princesa Rapunzel. Amaba mucho a mi familia y adoraba que sea tan unida y los apodos con que me llamaban era lo mejor.

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—Bueno niños, vamos a empezar con su primera clase de danza para representar a el colegio en los premios Quetqurin—empezó dando una introducción la profesora.

—Ay, que bueno es esto, que felicidad—dijo Jake que también estaba ahí.

—Bueno, vamos a comenzar con un calentamiento sencillo pero antes, necesito que todos se presenten—dijo la profesora

Una historia sin final (En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora