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Capítulo 4: El campo de batalla.

Kiri, Lo'ak, Spider, Liläk y Tuk estaban saltando por las ramas que unían las montañas Aleluya, riendo entre ellos.

-¡Chicos! -gimió Tuk, empezando a quedarse atrás. -¡Esperen! -llamó ella.

Liläk se detuvo inmediatamente y esperó a su hermana. Se rió dulcemente de los saltos de Tuk. Le preocupaba que estuviera allí, pero Lo'ak había querido llevarla. Se estaban divirtiendo, así que olvidó la preocupación.

-Vamos 'evi.-dejó que se pusiera delante de ella y saltó detrás.

Ya en el suelo, siguieron corriendo entre los árboles, Tuk todavía detrás, disfrutando de las vistas de la naturaleza que no había podido explorar tanto como sus hermanos y hermanas. Se agachó para tocar una planta con pétalos tentaculares y se rió. Liläk seguía detrás del grupo, para asegurarse de que Tuk no se quedaba atrás.

-¡Tuk, sigue el ritmo!-dijo Lo'ak, exasperado por la lentitud de su hermana pequeña.

-Está bien. -respondió Tuk mientras se levantaba para correr una vez más.

-Bro, ¿por qué la has traído? -preguntó Spider.

-Es tan llorona...-Lo'ak se dio la vuelta para mirar a sus hermanos y a Spider.-Siempre dice: "No deben ir al campo de batalla",-se burló de Tuk.- "Le diré a mamá si no me dejan ir".

Tuk le enseñó la lengua mientras emitía un sonido burlón. Liläk se rió de ella.

-No la molestes. -dijo Kiri.

-¿Cómo convenciste a...-preguntó Spider a Lo'ak. A Liläk le ardió la sangre al ver que Spider se dirigía a ella como si no estuviera ahí junto a ellos.

-Están todos aquí con la condición de que me hagan caso, además, sólo les dejaré estar aquí 10 minutos...-levantó el reloj digital que su padre tenía guardado por ahí y que había traído para la ocasión.- Lo cronometraré.

-Sí, da igual -dijo Lo'ak, molesto por tener que seguir sus órdenes si se daba el caso, pero sabiendo que era la única forma de ir a explorar. Liläk había quedado a cargo de ellos por ese día, ya que sus padres y Neteyam estaban en una misión que a ella no le interesaba. A veces sus padres la trataban como a la segunda hija, aunque tuviera la misma edad que Neteyam. Podía entender a Lo'ak porque, muy a su pesar, se sentía parecida a él, teniendo que "competir" con Neteyam, aunque fuera inconscientemente.

Liläk solía seguir las órdenes de su padre y éste no la regañaba tanto, sin embargo, se había sentido un poco dolida cuando le pidieron a Neteyam que fuera con ellos y a ella la dejaron cuidando a sus hermanos, razón por la cual accedió a que fueran al campo de batalla... estaba tensa por ello, seguro, pero ¿qué es lo peor que podía pasar? Hacía siglos que no se producía un ataque al azar en el bosque.

Lo'ak estaba impresionado de que le hubiera dejado ir, cuando le dijeron que se quedarían con Liläk pensó que no había forma de convencerla de que fueran, y menos aún de convencerla de llevar a Tuk para que no le contara a su madre que irían, pero para su sorpresa los dejó ir. Es verdad que Liläk tenía sus condiciones, pero él no esperaba que simplemente los dejara ir así sin más.

Había un avión enredado en unas lianas.

-¡Vamos!-dijo Lo'ak mientras subía.

-¿Hay cadáveres ahí arriba? -preguntó Tuk desde el suelo, dónde Liläk permanecía con ella. Le pareció gracioso que una vocecita tan tierna como la de Tuk preguntara eso. Vio que Kiri empezaba a alejarse.

-¡Kiri!-La llamó.-No te alejes mucho, ¿de acuerdo?

El campo de batalla la inquietaba un poco... había visto atisbos de la guerra que habían ocurrido allí. Podía ver a Quaritch atacando a su madre, casi matando a su padre. La primera vez que su padre la llevó allí se sintió abrumada por todas las imágenes, sus pesadillas se hicieron realidad delante de sus ojos, pero ahora, siempre sentía que el lugar estaba en suspenso, como un lugar que siempre guardaría los fantasmas de un pasado que ella ni siquiera debía conocer.