Capítulo 18: Dolor, entumecimiento y paz.

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Liläk miró impotente cómo los soldados cogían a Tsireya, Tuk y Lo'ak y los ataban a la barandilla del barco. Quaritch seguía agachado frente a ella, mirándolos desde su posición. Luego miró a Liläk una vez más.

-Esta vez quiero dejar las cosas muy claras.-Su voz la puso enferma, ni siquiera encontró fuerzas para sisearle, porque no tenía forma de escapar, de hacerle daño y salir viva de aquello. Se limitó a escuchar, mirando a sus hermanos y a Tsireya con ojos desesperados.

-Mírame.

La orden le hirvió la sangre y así, tan rápido como se fue la fuerza para sisearle, volvieron. Ella le siseó, con fuego en los ojos, pero Quaritch no parecía muy impresionado... sin ninguna de esas desagradables flechas alrededor se sentía tranquilo y Liläk había llegado al barco sin ningún arco en ella. Despreocupadamente sacó su arma y se la puso en la cabeza.

-¡Liläk! -gritó Tuk. Pero estaba demasiado lejos para susurrarle palabras de consuelo. Liläk se obligó a mirarle a los ojos, no iba a darle la satisfacción de parecer asustada, aunque el corazón le latía tan fuerte que le dolía.

-Si intentas algo, y me refiero a cualquier cosa: romper las ataduras de alguna manera, coger un cuchillo de cualquier sitio y blandirlo para hacer daño a alguien de mi tripulación, crear cualquier plan o hacer algo para no cooperar, cogeré esta pistola y dispararé a tu hermano en la cabeza... porque sé que si te amenazo de muerte a ti, puede que no te importe. No dudaré, así que te sugiero que no me pongas a prueba.

El miedo de Liläk alcanzó un nivel que ella desconocía. Ahora no sólo no había nada que hacer, sino que literalmente no podía hacer nada. Quaritch había encontrado su punto débil, igual que ella había encontrado el suyo hacía todos esos días en el bosque, pero no tenía forma de luchar contra él sin sólo enfurecerlo más.

-¿Ha quedado claro?-se oyó de nuevo su voz. Ella mantuvo la mirada, pero no dijo nada. Con la mano libre, Quaritch cogió un cuchillo y se lo acercó al cuello, haciéndole un pequeño corte.

-Te he hecho una pregunta.-dijo, ejerciendo presión sobre el cuchillo. Liläk jadeó un poco ante el repentino filo que le apretó la garganta. Pudo oír a Tuk gritar su nombre con más fuerza, mientras Lo'ak pedía a gritos que la dejaran en paz. Tsireya también suplicaba.

-Sí.-consiguió soltar, la presión del cuchillo le dificultaba la respiración.

-No te he oído.-dijo él, con una sonrisa en la cara, sin bajar aún la presión sobre su cuello. Ella gruñó por la rabia y el odio que sentía hacia él.

-¡Sí, imbécil!-dijo Liläk exasperada, tan alto como pudo, deseando que le quitaran el cuchillo de la garganta.

Quaritch se levantó, guardándose el cuchillo en el cinturón. Liläk se quedó respirando agitadamente, todavía obligada a arrodillarse. El soldado que estaba detrás de ella le puso una esposas en una de las manos.

-Me alegro de que ahora nos entendamos mutuamente. Ponla con los demás -ordenó al soldado, que ya la estaba haciendo levantarse para ir a atarla a la barandilla. Ella no se contuvo, temiendo que si lo hacía, Quaritch dispararía a Lo'ak, tal y como había dicho.

La pusieron junto a su hermano. Ella le miró con urgencia.

-¿Estás bien? -le preguntó Lo'ak, intentando acercarse a ella pero sin conseguirlo debido a que estaban atrapados.

-No te preocupes. Estoy bien -le dijo Liläk, con la voz aún entrecortada por el cuchillo.

Lo'ak asintió y endureció el rostro.

-Sean valientes -les dijo a Tsireya y Tuk. Liläk suspiró mientras levantaba la vista, intentando pensar con claridad, era un poco difícil ser valiente en esas condiciones.

Los Sully somos uno ⤝Avatar el Camino del Agua⤞⤝Avatar The Way of Water⤞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora