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Capítulo 20: Mayor debilidad y mayor fortaleza.

El torrente la arrastraba violentamente mientras intentaba mantener la cabeza a flote. Siguió concentrándose en lo que Tsireya le había enseñado, pensando en casa o en cualquier cosa que hiciera que su corazón disminuyera su ritmo.

Podía ver las cabezas de su madre y Tuk un poco más adelante.

-¡Mamá!-La llamó.

-¡Liläk! ¿Qué haces aquí? -dijo Neytiri mientras se daba la vuelta y se agarraba al brazo de su otra hija, manteniendo a Tuktirey cerca de ella mientras se movían por el agua.

-No iba a dejarte sola. Vamos, tenemos que encontrar una forma de salir de aquí.-dijo Liläk mientras Tuk le cogía el brazo derecho, dejando libre su mano sana. Incluso con la mano herida era más hábil bajo el agua que Neytiri, así que agradeció que fuera a por ellos, pero su miedo creció al pensar en el hecho de que si estaban atrapados allí, Liläk podría haber estado más segura si se hubiera quedado arriba.

Tuk respiraba agitadamente detrás de ella, todavía agarrada con fuerza a su brazo. Tenían que seguir avanzando, porque al final encontrarían una salida, ¿no?

Llegaron a una escalera que Liläk subió mirando siempre hacia atrás para poder ayudar a Tuk a moverse lo más rápido posible.

-¡Sube! -le ordenó su madre a Tuk mientras seguía a Liläk, agarrándose a su brazo derecho.

-¡La tengo mamá, tenemos que seguir moviéndonos!-la apremió Liläk, la nave se movía y empezaba a girar sobre su costado, lo que hizo que Tuk se cayera nada más subir las escaleras. Neytiri la sujetó y empujó ligeramente a Liläk por la espalda.

Avanzaron por un pasillo, pero caminaban en parte por la pared y en parte por el suelo, ya que la nave seguía moviéndose de forma inestable sobre su propio eje.

Liläk seguía delante de ellas, por suerte, con toda la adrenalina no sentía realmente su mano, lo que le hacía moverse más rápido que las dos, si había una salida, tendría que ser ella quien la encontrara.

Tuk cayó con un grito detrás de ella, Liläk se tiró al suelo mientras intentaba mantenerse en pie, pero con el movimiento del barco era casi imposible no tambalear y caer. Apartó su miedo y cogió la mano de Tuktirey mientras su madre la hacía levantarse desde detrás de ella.

Llegaron a una puerta que estaba completamente de lado, lo que hizo que Liläk confirmara sus dudas de que el barco estaba realmente girando.

-¡Ábrela! -exclamó Tuktirey, sin poder controlar su ansiedad. Su madre empezó a tirar de la puerta con un gruñido.

-¡Tenemos que hacerlo juntas!-le dijo Liläk mientras se colocaba junto a Neytiri.

-¡Tu mano!-exclamó su madre mientras seguía tirando, cada segundo era valioso.

-Si no, nunca se abrirá.-Respondió mientras ponía las manos en el volante y tiraba con tanta fuerza que dejó escapar un gruñido de dolor y esfuerzo.

La puerta cedió casi cayendo encima de las dos, abriéndose paso para que pudieran seguir avanzando por la nave.

-¡Está abierto! ¡Está abierto!-Exclamó su madre mientras buscaba a Tuktirey por todas partes. Liläk no se lo pensó dos veces antes de lanzarse por la puerta, si había algún peligro en hacerlo, ella quería ser la primera.

Mientras abrían la puerta, se había acumulado mucha agua, por lo que al atravesarla fue lanzada por la fuerza del torrente. Ahora podía oír a Tuk atravesando la puerta, extendió los brazos, queriendo agarrarse a ella en el momento en que cayera al nivel del agua, pero también estaba siendo empujada hacia delante por la marea. Liläk se agarró a un asidero de la pared, enganchando su brazo en él para no tener que agarrarse con su mano herida, mientras mantenía el otro brazo extendido.