Son las 11:38 AM cuando me paro en la entrada de la residencia Sano. Las puertas estan abiertas de par en par, dejando pasar una suave ventisca.
Me paro a pensar en si debería tocar o entrar directamente cuando veo a Mikey corriendo con unas sillas dobladas en mano, esta haciendo unas señas a un par de personas que lo siguen, y sin plantearmelo dos veces me adentro y los sigo.
—¡Mikey-kun!
El detiene sus pasos, tres cabezas giran a mi dirección y me asombro al descubrir que Baji y Kazutora no han cambiado mucho en estos diez años.
—¡Hola Takemicchi! —saca una deslumbrante sonrisa.
Troto hasta llegar a su lado, por el rabillo del ojo veo las miradas curiosas de ellos dos, pero tengo la ligera impresión de que Baji tiene una extraña atención hacia mi.
—Eh... —los ojos de Mikey me escanean de los pies a la cabeza, a pesar de la impasibilidad que reflejan, siento que analiza a detalle cada rincón de mi cuerpo— el gris te favorece mucho.
Sorprendido por su declaración, desvio la mirada lo mas disimuladamente que puedo, esperando que el calor que siento en el cuello no sea muy notorio. Usualmente visto ropa formal, sin embargo, el traje que estoy usando ademas de ser nuevo, fue elegido por Saotome-chan para esta ocasión.
Recordar el pequeño desacuerdo que pase con ella en la semana, y ahora que me halaguen por esta vestimenta, solo hace que tenga sentido sus palabras.
Es cambio de clase, espero afuera del aula a que salga el Profesor anterior para luego ingresar, poder acomodarme, y dar inicio a la clase.
Pero apenas Saotome me vio, me pregunto mis medidas de camiseta y pantalón. Admito que tarde en reaccionar para preguntar por el interés de esa información. Ella gira a mi con una simple sonrisa, y mis pelos se pusieron de punta.
Evidentemente mi rostro debió mostrar confusión por qué después oculto su pequeña risa detras de sus delgadas manos.
Eso solo me puso mas nervioso.
Ya fuera un acto de compasión suyo o que ya tuvo suficiente entretenimiento de mi parte, me aclara el motivo.
—¿No es obvio? Voy a comprarte un traje.
—Ah... —dejo salir un suspiro de alivio justo despues de escuchar sus palabras.
Por un momento creí que haría una tontería como usarme de maniqui para regalarle una camiseta a Tanaka como cuando eran novi... Aguarda, ¿Qué dijo?
—¿Cómo?
—Que te regalare un traje... Bueno, yo y Tanaka, claro esta, para el sábado.
—¿Por qué? No lo necesito. Usaré algo del trabajo...
—Oh no, no lo haras. Pareces retrato llevando las mismas prendas. Tanaka y yo queremos comprarte uno como regalo de cumpleaños atrasado. Así que no hay nada que discutir.
—Pero...
—¡Hanagaki! ¡Vas a una boda! Tienes que verte conforme al evento. Además, esto también es una oportunidad. —Apila su libro de texto, agenda, carpeta y lapicera en el escritorio cuando vuelve a declarar— Y por cierto, ya hable con mi hermana. Ira a tu casa temprano para peinarte el sábado. Mas te vale estar aseado a las nueve en punto. ¡Los hombres también se arreglan Hanagaki!
—¿Qué soy, el novio? Estas exagerando, puedo arreglarme por mi cuenta.
—Jovenes, y señoritas —como si lo que dijera no tuviese valía alguna, ella gira hacia los alumnos, creí que se despediría del grupo, pero no, hizo eso— El señor Hanagaki asistira a la boda de unos viejos amigos que no ha visto en mucho tiempo. ¿No estarán de acuerdo conmigo y nuestro amigos, en que el señor Hanagaki tiene que verse bien para el momento? Ademas, ¿Quién sabe? ¿Podría conocer a su alma gemela?
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¿Quién es Takemichi?
Fiksi PenggemarTakemichi Hanagaki tiene una vida satisfactoria, todos los días se presenta a su trabajo, paga sus facturas a tiempo y está vez, procura mantener su casa lo más ordenada posible. Comparado a su vida original, le va mejor... Si, definitivamente le v...