Shinichiro Sano

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|Doloroso adiós|

arrador omnisciente:

¿Haz escuchado hablar sobre el amor a primera vista? Si lo haz hecho déjame decirte que es lo mas verdadero que existe en el amor. Un amor al que solo mirar sus ojos te enamoras de inmediato.

Shinichiro jamás fue el chico que le importaban los sentimientos de las mujeres, el era un pandillero de un buen corazón, su mente se encontraba lleno de problemas así que su único lugar seguro eran las pandillas.

El jamás fue bueno peleando, de hecho todos se preguntaban porque era fundador de una de las pandillas más peligrosas de todo Shibuya.

— ¿Nueva pelea? — Pregunto Shinichiro, mirando a su mejor amigo quien asintió rápidamente. — ¿Que han hecho?

— Provocaron a nuestros hombres — Comento Wakasa, quien tomo asiento adelante de su líder.

— Pero...— El pelinegro miro el piso algo confundido. ¿No se podían llevar bien?, ¿Era bueno pelear hasta morir?

Esos pensamientos se esfumaron cuándo Benkei entro con los ojos llenos de lágrimas, era la primera vez que aquel gorila lloraba.

— Shinichiro...— Benkei hablo con un ligero susurro, botando varios documentos de la pandilla enemiga.

El nombrado lo miro algo dudoso, pero finalmente agarró aquellos papeles para ver porque tanta tristeza. Al abrirlos se dió cuenta que eran varios expedientes de mujeres que habían fallecido a manos de aquellos horribles hombres, algunas eran torturadas hasta la muerte, mientras que otras eran disparadas al no cumplir sus deseos sexuales.

— Maldita sea...— Shinichiro se quedó atónito al ver aquellas horribles fotos que habían tomado los forenses en las escenas del crimen.

— Hay que matarlos — Comento Wakasa, levantándose del asiento dispuesto a matar a aquellas malditas escorias.

— Waka...— Shinichiro agarró el brazo del nombrado. — Yo...

—¿Tu qué? — Pregunto Imaushi. — No me digas que vas a tener misericordia con aquellos hijos de puta.

Shinichiro se quedó callado, suspiro profundamente y se levantó.

— Iremos hoy en la noche, quiero que todos mis hombres estén preparados. — La voz del líder se escuchaba demandante, cosa que jamás había pasado.

Ambos hombres que se encontraba con el asintieron, saliendo de la oficina y dejando solo a Shinichiro, quien de inmediato se tapo la cara con angustia.

— Mierda...— El susurro.

La pelea no fue fácil para los black dragons, ellos luchaban con todas su fuerzas, pues aquellos hombres tenían más edad que todos los que se encontraba en aquel lugar.

— ¡Shinichiro! — Grito Wakasa, corriendo hacia dónde se encontraba su líder.

El nombrado se encontraba siendo golpeado fuertemente por el jefe de la pandilla, le daba patadas en su estómago mientras se reía como un jodido loco.

— ¡Anda hijo de puta, levántate! — Grito aquel hombre, aún pateando q Shinichiro.

Wakasa se inmediato le dió un fuerte golpe en su cabeza dejándolo inconsciente, Shinichiro se levantó débilmente pero fue agarrado por su amigo.

Al ver a su jefe caído los de la pandillas enemiga detuvieron la pelea, black dragons noto aquella interrupción y decidieron atacar, Pero la fuerte voz de Shinichiro detuvo a todos.

— ¡Basta de peleas! — El exclamó, aún lastimado por los golpes — ¡Ganamos!

Todos se quedaron atónitos, incluso su amigo quien lo miro sorprendido. Shinichiro cerro los ojos y fue llevado por su mejor amigo afuera del lugar.

𝙾𝚗𝚎 𝚜𝚑𝚘𝚝 || 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚛𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜 || Reescribiendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora