𝙾𝚗𝚎 𝚜𝚑𝚘𝚝 || 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚛𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜 || Reescribiendo

Kokonoi Hajime

||Amor apasionado||

Kakonoi era de las personas más egoístas cuándo se trataba te prestar dinero, aunque haría cualquier cosa para hacerlo sonreír el jamás soltaría sus millones. Dándome cuenta que lo único que le importa es el estándar de dinero.

—Asi que no vas a prestar nada—. Comenté al verlo contando sus millones—. Ni aunque un familiar se esté muriendo.

—. No hay que dar dinero por ningún motivo—. Replicó con amargura—. Deja de hacer tanto drama.

—Te dan miles y miles de yenes por semana Kokonoi—. Lo mire de mala gana—. Solo estás pensando en ti mismo...

—. Mira pequeña—. Caminó hacía a mi para agarrar mi mandíbula con fuerza—. Si quiero dar dinero lo haría sin ningún problema—. Hablo con un tono serio—. Pero ahora prefiero gastar mi dinero en putas.

Su comentario hizo que mi sangre hirviera por completo, no respetaba ninguna relación y siempre hablaba cosas cómo esa, no era la primera vez que lo decía.

—. Deja de joderme si no te interesa nuestra relación—. Dicho eso aparte la mano del hombre con fuerza para caminar por la casa—. Si te quieres largar a tener sexo con cualquier perra—. Hablé.

—. Lo haré, créeme que lo haré—. Sonrió con vanidad para luego retirarse del lugar.

La puerta fue abierta y cerrada fuertemente, dándome a entender la amargura que se llevaría junto a él. Por un momento mi corazón estalló en una soledad extrema, odiaba que el fuera de esa manera y no sea respetuoso conmigo, aunque sea su prometida el jamás cambiaría...

Agarre mi celular y me dirigí a la planta de arriba mientras que mis ganas de tirar todo aumentaban al acordarme en aquel comentario estúpido. Al subir por completo me dirigí hacía el balcón y me quedé un reto observando la noche, mientras que un café me acompañaba en está noche solitaria.

Una llamada fue interrumpida en mi momento de pensar las cosas, cosa que me molestó pero me agarro la curiosidad de contestar.

—¿Hola?—. Hablé.

—¿Aoi?—. Una voz conocido hablo, dándome cuenta que se trataba de una persona que había conocido.

—Una disculpa, necesito saber quién eres—. Comenté al sentirme insegura de aquella llamada.

—Mi nombre es Juriko—. Hablo con algo de inseguridad.

—No recuerdo tu nombre—.

—No lo recuerdas...—. la mujer suspiro con frustración para luego responder—. Se que a pasado tiempo desde que hablamos.

Mi curiosidad aumentaba aún más cuándo me decía aquellas cosas, sentía que era alguien cercano pero que simplemente no recordaba bien.

—Nos conocimos en el café de Shibuya, pero te fuiste al saber sobre el engaño de Kokonoi—. Explicó algo asustada por mi reacción.

—Entiendo...—. Pude recordar un poco sobre aquel tiempo en dónde el nombrado era un mujeriego.

—Te había llamado demasiadas veces pero nunca contestaste—. Replicó con un tubo bajo y triste.