«Nos dueles» Haitani brothers

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|Nos dueles|

Uno de los mejores pasatiempos de los famosos hermanos de Bonten era vigilar a los lejos los pasos de aquella hermosa chica pelo azul. Su mirada y sus fracciones hacían que los Haitani se arrodillaran a ella, hacía que sus sentidos desaparecieran y solo quisieras agarrarla y jamás soltaran.

Harían lo que fuera por ella, incluso caminar bajo serpientes venenosas si la mujer lo desea.

Los dos se encontraban analizando una situación que pensaban desde hace mucho. Secuestrarla, al ser uno de los ejecutivos más grandes del todo el país, siendo los más temidos y buscados les hacía fácil y complicado a la vez, ya que una de las informaciones que había entregado Koko estaba que la hermosa chica era hija de uno de los policías más respetados de Tokyo, dando a entender que sería súper complicado.

-. Parecen ser los acosadores de esa chica -. Suspiro Koko -. Aunque ella ni caso les hace.

-. Come mierda -. Replicó Sanzu con una pastilla en la boca, esperando ser tragada.- se ve de buen ver, estoy seguro que serviría para todo lo que me imagino.- sonrió al imaginarlo.

-. Digo la verdad, drogadicto. -. Bufó Koko sentándose en una de las sillas de la oficina -. Además, va a ser difícil encontrar su paradero. Siempre se cambia de casa...

-. Para el amor no hay impedimento mi querido amigo -. Dijo Ran entrando a la oficina-. Yo quiero a esa chica.

-. Queremos-. Habló Rindou detrás de su hermano mayor -. Quisiera tenerla en mis manos ahora mismo.

-. Esa pelo azul seguro es una farsante -. Sanzu frunció el ceño, dejando caer la funda de pastillas.

-. No lo es Sanzu, Ran es la prueba de eso -. Comentó Koko para finalmente dejar los papeles e irse de el lugar.

Definitivamente aquellos hermanos harían lo que fuera para tener el amor de aquella pelo azul, aunque su captura fuera difícil ellos estaban dispuestos a dar todo solo para dormir con ella una noche.

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Ran se encontraba sentado en una de las sillas de su balcón, mirando las estrellas mientras tomaba una taza de vino. Le vino recuerdos, había pedido uno de uva, por lo cual este se encontraba con el líquido morado que le recordaba a ella.

Sonrío de lado, pues no podía parar de pensar en aquella sonrisa que mantenía, con esa aura de seguridad así misma y la ropa ajustada que le quedaba súper bien. Era perfecta ante los ojos de aquellos dos hermanos.

Abrió su teléfono ya que le habían enviado un mensaje, al entrar a la bandeja se dió cuenta de una sorpresa. Era Sanzu, quien le había mandado un vídeo sobre una mujer parecida a la pelo azul, solo que está llevaba lentes; se encontraba en una posición asombrosa, en dónde Ran no podía negar lo deliciosa que se veía. Los movimientos que hacía a la cámara hacía que un bulto creciera en los pantalones de Ran, logrando que su mano busque desesperado el cierre de su pantalón.

Al bajar su pantalón junto a sus boxers comenzó moviendo su mano suavemente por el glande de su gran polla, sobando la parte rosada de esta mientras que en su otra mano se encontraba su celular con aquel video erótico. Empezó ahora dando sobadas al tronco de su pene, sacando pequeños gemidos, dejando caer su cabeza hacía atrás por el placer que su mano le brindaba. Sin embargo, otro vídeo se hizo presente, el sin despegar su mano de su miembro abrió el otro, quien se encontraba con otro vídeo de la misma mujer pero ahora dándose amor propio.

Eso hizo que la mano de Ran comenzará a subir y a bajar con rapidez, sacando gemidos más graves y roncos, haciendo caer su celular para cerrar sus ojos con fuerza e imaginar a su crush saltando en su polla necesitada.

𝙾𝚗𝚎 𝚜𝚑𝚘𝚝 || 𝚃𝚘𝚔𝚢𝚘 𝚛𝚎𝚟𝚎𝚗𝚐𝚎𝚛𝚜 || Reescribiendo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora