Capítulo 19.

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Camila caminaba alegremente por los pasillos del colegio repleto de estudiantes. Tenía que ir a su casillero a buscar su cuaderno de literatura que había dejado sin querer el viernes pasado.

Masticó su chicle haciendo un ruido constante, se había pasado el fin de semana atendiendo su imagen con Dinah asique cada cierto tiempo se miraba las uñas pintadas de color rosa pastel.

Le gustaba arreglarse aunque fueran cosas mínimas que nadie notaría. Como cortarse las puntas del cabello, o hacerse las uñas, o hacer un tratamiento para su sedosa melena.

Inmersa en su mundo sintió que chocaba contra un cuerpo fuertemente, desequilibrándola de su órbita.

Alzó la mirada confundida, y cuándo el olor a vainilla invadió sus fosas nasales junto al choque de unos iris verdes carraspeó.

-Lo siento, Lauren. No estaba viendo-

Se movió dos pasos a la derecha, y sin esperar respuesta comenzó a caminar los últimos pasos que la separaban de su casillero.

-Espera-

Hizo caso omiso a la voz raposa que hablaba en su costado junto con los pasos siguiéndole de cerca.

-Camila, espera-

La morena frunció el seño mientras comenzaba a poner la contraseña del locker.

¿Desde cuándo Lauren la llamaba Camila?

-¿Que quieres?, estoy un poco apurada, sin ofender-

Lauren frunció el seño. Era tan característico de ella vivir con la cara fruncida.

-Yo, mh, ¿que haces en la tarde?-

Carraspeó al terminar de hablar. Camila alzó su ceja derecha en confusión.

-¿En la tarde? ¿por qué?-

-Vamos a tomar un café. A las seis. En bulevard-

-¿Que?-

-Lo que oíste. Bulevard, a las seis-

Camila alzó sus dos cejas, en una mezcla de confusión e incredulidad. ¿Quizás todavía seguía durmiendo y por eso estaba frente a Lauren en aquella situación?

-Mira, Lauren, no estoy con ganas de tus bromas. Ya te deje en paz. ¿Que más quieres de mi?-

No es como si la invitación hubiese sido una invitación, mas bien fue como una orden.

-Que aceptes un café conmigo. Eso quiero-

Camila se giró el pelo al costado, buscando con la mirada a alguno de sus amigos para ver que aquello no era un sueño o una broma.

-Acepto tu extraña invitación, pero no me gusta el café-

Lauren bufó en desagrado, era cómo si el mundo estuviese en su contra.

Rosa [camren].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora