Sonó el teléfono y supo que tenía que marcharse ya. Lo supo con tanta certeza que se quedó inmóvil con la cuchilla en alto, con los mechones del cabello pegado a la cara entre el vapor del agua caliente que goteaba de los azulejos y la condensación del espejo empañado.
Contenía el aliento como si la hubiesen inmovilizado. Estaba en la bañera, depilándose la ingle derecha, con el agua jabonosa todavía por la cintura y su piel desnuda se erizó igual que si acabara de reventar el grifo.
En el estéreo del dormitorio, Nathy Peluso cantaba historias de amor. Necesito medicamento y que estas ganas se me relajen, decía, a tu lado me desoriento, lo que siento es amor salvaje. Pasados unos minutos, el teléfono seguía sonando y sin preámbulos como si el destino lo hubiese decidido y no fuese cosa del azar, Nathy Peluso siguió en el estéreo de la habitación, llegando la música al baño. Sonaba esta vez, "puro veneno" por toda la planta:
<< Yo vine a contar la historia
de cómo ese hombre me envenenóMalos deseos, no hay esperanza
Cuchillos bailan en mi garganta
Quiero creer, mi hermana,
que este no es el fin
Todavía siento el corashe va' vivirEntre las ramas de tu cuerpo
Aquella noche, una serpiente me mordió
Y su veneno me ha aturdido
Tan adictivo que el placer ahora es dolorTú eres veneno, puro veneno
(que me duele)
Inevitable
(que me arde)
como tus besos
No tengo freno ni antídoto, papá
Así que márchate
que no tengo más piedad
¡Calambre, ah!¡Ay de mí!, ese hombre me envenenó
¡Qué sufrir!, la cordura me arrebató
¡Ay de mí!, ese hombre me envenenó
Que alguien me diga cómo puedo remediarlo...>>Siempre temió que tales canciones, por muy absurdas y pegadizas que sonasen, fueran presagios de una realidad cercana y oscura.
Odiaba enamorarse.
Pensó haberlo hecho una vez.Adrián.
Todavía dolía pronunciarlo a día de hoy. Y hasta el simple hecho de solo pensarlo, dolía y hacía al mismo tiempo que le saliese una sonrisa vacilante llena de amargura. Pero daba igual. Porque incluso aunque amase de nuevo, o creyera hacerlo. Sabía que sería un engaño para la otra persona y sobretodo para ella misma. Ahora vivía habituada a echar cerrojo a sus sentimientos. Jamás pretendió que murieran de amor por ella y mucho menos ella deseaba morir de amor por nadie.
Había algo excitante en el rechazo, e inconsciente de ello, fue sembrando algo parecido al temor por su duro carácter y creando todo un mito de su persona.
Nadie se atrevía a amar a Ámbar Ortega. Con apenas sus 18 años, en febrero haría los 19 seguiría siendo un enigma de mujer hasta con 90 años. Sin duda Ámbar era una cara de ángel con tendencias de hacer el idiota y toda una bomba de relojería que hacía tentación de explotar a cualquiera.El agua le caía del cuerpo, formando un charco a sus pies. Seguía sonando el teléfono y supo que no era necesario coger la llamada para saber que ya tendría que estar saliendo por la puerta vestida.
Aún así cogió el teléfono, oprimió el botón, escuchando la voz de su amiga y otras voces de coro desconocidas de fondo con música.— Ven ya coño, estamos esperándote todos. — Colgó.
ÁMBAR
Esto era una sorpresa, es que no hay nada mejor que dar sorpresas.
A mi me encantan.
<<Eso es mentira>>
Bueno tú te callas.
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𝐀 𝐌 𝐎 𝐑 𝐄. [PABLO GAVI]
FanfictionA ella, le enseñaron que amar es ser destruida. A él, que sólo él mismo va a estar a su lado siempre y, que por lo tanto, no necesita a ninguna mujer. Dos personalidades extremadamente semejantes. Feroces, desafiantes y amenazadores. Ante el caprich...