𝐓𝐌𝐈𝐏|
ɴᴜɴᴄᴀ sᴇ ɪᴍᴀɢɪɴᴀʀᴏɴ ǫᴜᴇ ᴜɴᴀ ɴᴏᴄʜᴇ ᴅᴇ ᴅᴇsᴇɴғʀᴇɴᴏ ᴛʀᴀᴇʀɪ́ᴀ ᴄᴏɴsᴇᴄᴜᴇɴᴄɪᴀs, ᴄᴏɴsᴇᴄᴜᴇɴᴄɪᴀs ǫᴜᴇ ᴅᴇsᴘᴜᴇ́s ᴅᴇ ᴜɴᴏs ᴍᴇsᴇs sᴇ ᴠᴏʟᴠᴇʀɪ́ᴀ ʟᴏ ᴍᴇᴊᴏʀ ǫᴜᴇ ʟᴇs ᴘᴜᴅᴏ ʜᴀʙᴇʀ ᴘᴀsᴀᴅᴏ.
ଓ No sé como resulte esto, no es la primera historia que escribo, pero aún as...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Con Kinn dándole su atención a Time, no se percató de que un grupo de intrusos noquearon a algunos de los guardias y se habían adentrado en las instalaciones de la casa, más específico, al sótano. Sacaron a un Tawan malherido, que apenas y podía mantenerse de pie y despierto. Cuando iban saliendo, Big se percató de ellos y de a quien se estaban llevando. Con un grito, los intrusos se dieron cuenta de su presencia, uno de ellos sacó un arma y mientras los demás se iban, jaló el gatillo. Big retrocedió cuando la bala cayó cerca de donde estaba parado, sin duda eran bastante malos. Lo único que le quedó fue sacar su arma y apuntar al cuerpo del hombre. Le disparó en ambas piernas. A propósito, claro. A paso rápido se acercó y lo llevó al sótano. Lo encadenó de la misma forma que a Tawan, y se aseguró de que no pudiera escapar.
Empezó a dudar, ¿le avisaba hoy a Kinn y a Khun que alguien se había llevado a Tawan? O ¿esperaba a que amaneciera para poder hacerles saber?, decidió mandarle un mensaje a Ken. Su novio le respondió casi al instante. Le contó lo que había ocurrido y Ken le dijo que debía ir a informarles de inmediato, no había tiempo que perder, ahora que Tawan estaba fuera de su alcance, ambas familias volvían a correr peligro. Sobre todo, los más jóvenes, la pequeña Annika, Porchay y Macao.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
☆彡彡 ✯ ミミ☆
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El ambiente en casa estaba un poco tenso, desde que volvimos. Pete ha estado un poco demasiado raro. Luego de cenar su encerró en su habitación y me ignoró por completo, quería hacer como que no me importaba, pero se sentía extraño. Tenerlo todo el día, encima de mí, asegurándose de que no estuviera lastimado o que no estuviera en peligro, se había vuelto rutinario. Y era incómodo, no tenerlo diciendo una y mil tonterías, contando anécdotas de cuando visitaba a sus abuelos o las estupideces que hacía con algunos guardias de la casa cuando tenían el día libre. Pensé en ignorar su comportamiento, pero no pude, sin darme cuenta ya estaba en el piso donde todos los guarespaldas dormían, frente a la puerta de su habitación, debatiendo entre si debía tocar o dejarlo así.
