[Capítulo 20]

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El edor nauseabundo lo mareaba

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El edor nauseabundo lo mareaba. Las paredes agrietadas, la pintura descascarada y el foco que emitía una tenue luz de color amarillo le daban un aspecto tétrico a esa habitación de cuatro por cuatro de ancho y largo. No recordaba el momento exacto en que había sido traído. Lo único que hacía eco en su memoria era el momento en que a su sistema ingresó un aroma bastante abrumador y asfixiante.

Ahora que estaba despertando, pudo sentir el caliente aliento del alguien sobre su nuca. Manos recorriendo sus hombros y pasos acercándose cada vez más hacia donde estaba.

— Veo que ya despertaste -cantó esa odiosa voz-

— ¿Dónde estoy? -se limitó a preguntar-

— No tienes porque saber, querido ex cuñado -esbozó una sonrisa, en su rostro aún tenía marcas de la tortura a la que fue sometido hace una semana-

El hermano menor de Kinn miró a sus costados e intentó alejarse del agarre en sus hombros. ¿En que momento pasó?, él sólo regresaba a su departamento por algo para Chay, cuando de repente un pañuelo empapado con algo cubrió su nariz y boca. Si bien ahora no estaba atado, no podía simplemente luchar para salir de ahí. Quien sabe cuantas personas cuidaban la salida. Dentro de ese pequeño cuarto habían cuatro hombres, armados. Y él le había prometido al hermano de Porsche que, cuidaría con todas sus fuerzas al bebé y, que cuando Chay ingresara la universidad, hablarían sobre la relación que tenían. Así que debía salir ileso de ese lugar.

— Kim, tranquilízate, una vez te dije que, no lastimaba a la gente embarazada. Solo quiero tener de vuelta algo que me pertence.

— ¿Qué es lo que quieres?, ¿tener a Kinn para tí?, entonces dejame decirte que...

— Kinn no es a quien quiero, es a Vegas -se apresuró a decir- él te tiene mucho aprecio, vendrá corriendo en cuanto sepa que estás conmigo.

— Maldito loco, ¿piensas que después de todo lo que hiciste él querrá estar contigo?, pues te equivocas. Vegas también espera un bebé, y es de Pete -Tawan empujó su lengua contra su mejilla interna, sabía lo primero, pero lo segundo no- y ha estado enamorado de él desde que era un adolescente. No tienes oportunidad, no tiene espacio para tí en su corazón.

Todo lo que Kim dijo, fue con el afán de molestarlo, sin embargo, lo único que consiguió fue una caricia en el cabello. Se apartó bruscamente y le dio una mirada tétrica.

— No vuelvas a colocarme tus sucias manos encima -gruñó-

— Será mejor que te calmes, no querrás que el pequeño Porchay salga lastimado.

En cuanto el nombre del menor fue mencionado, los ojos de Kim se abrieron más, sus puños se apretaron contra su ropa y su mandíbula se tensó. ¿Cómo se atrevía a mencionar a Porchay, al papá de su bebé y con quien probablemente volvería en un par de meses?. La mano no le tembló al momento de lanzar un puñetazo en la cara del contrario. Estaba por lanzar otro, pero la bofetada en su mejilla derecha lo hizo retroceder. Una mujer alta, de cabellos burdeos, tez pálida y ojos afilados tenía la mirada puesta en él.

||𝐓𝐡𝐞 𝐌𝐚𝐟𝐢𝐚 𝐈𝐬 𝐏𝐫𝐞𝐠𝐧𝐚𝐧𝐭Donde viven las historias. Descúbrelo ahora