4- Muñeca de Cristal

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Esa personalidad coqueta, que ya estaba tan acostumbrada a ser rechazada, pero aún así continuaba coqueteando, se le hacía tan familiar.

--¿Te encuentras bien, (T/N)-chan?-- Le hablaba con suavidad, era graciosa la forma en la que se sentía cómoda con él a pesar de apenas conocerle.

Asintió, respondiendo su pregunta.

--Me sentiría mal si vas de regreso solo.-- Murmuró para convencerle a que se quedase, aunque no hacia falta ya que con tan solo pedirlo sabía que el rubio aceptaría.

--¡(T/N)-chan, no tienes que preocuparte por mi!-- Exclamó con su rostro sonrojado y haciendo un baile extraño. --Si tanto insistes...

En cuestión de segundos, ambos jóvenes se encontraban en la sala de estar, sin vergüenza alguna, la de ojos (c/o) rodeó el cuello del varón con sus brazos. Era una tarea algo complicada debido a la diferencia de estaturas, pero lo único que necesitaba era verle a los ojos y analizar su cara.

--Eres demasiado atractivo, Sanji...-- Balbuceó con lentitud, como si quisiera asegurarse que él le escuchara. --Si tan solo tuvieses el cabello negro...

El joven abrió los ojos, sorprendido, aunque su mente quedó en blanco cuando sintió los suaves labios de la chica sobre los suyos.

Como si fuese una reacción instantánea, él posó sus manos sobre su cintura y dejó que ella cayera encima del sofá, se puso encima de ella, encargándose de que su peso no le aplastase.

--Espera, ¿qu-quieres ésto?

Sanji ni siquiera había notado que su abdomen se encontraba descubierto, su camiseta estaba en el piso y sus pantalones desabrochados. Posó su mirada en la fémina, su rostro ruborizada, sus ojos le veían de forma sumisa, el vestido corto se encontraba levemente alzado, dejando ver más de lo debido.

El bulto en los boxers del rubio pedía a súplicas que lo liberasen, verla a su merced hacia que su cerebro explotase. Ni siquiera sabía como había llegado tan lejos sin tener un derrame nasal.

--Lo quiero...-- Apenas logró decir, pues su pecho subía y bajaba de forma rápida. Su traviesa mano trató de bajarles los pantalones, pero fue detenida por el chico. --¿Tú no quieres?

--Mierda.

Sin responder a su pregunta, besó sus labios de manera intensa, sin dejarle respirar, sus dedos acariciaban las mejillas de la joven, quién se deshizo de su vestido con la ayuda del rubio.

Sanji llevó sus manos para descubrir más a fondo a la peli-(c/c), jugando con la tela de sus bragas mientras le comía la boca con pasión.

Ella, sin quedarse atrás empezó a tocar sin vergüenza alguna el bulto del rubio, jugando con su imaginación pensando en la forma, el tamaño y la textura.

Se mordió el labio con tan solo pensarlo.

El chico tan solo la molestó, jugaba con la yema de sus dedos acariciando zonas que le provocaban mariposas traviesas en el estómago.

Era tan gentil, la forma en la que le tocaba con suavidad y un diminuto miedo de hacerle daño, como si él pensase que era una muñeca de cristal. Su caballerosidad se le hacía tan atractiva y sensual que se humedecía cada vez más y más.

--Sa-Sanji...

Escuchar la forma en la que pronunció su nombre, tan suplicante, tan a su merced, hacia que su ereccion se endureciese más.

El rubio sintió como una gota de sangre caía por su nariz y limpió ésta lo más rápido que pudo, no quería que la diosa más perfecta que había visto jamás pensase que era un pervertido.

Lo era.

Pero era una pervertido respetuoso.

--(T/N)-chan, ¿estás segura de ésto? Creo que estás un poco pasada de copas...-- Volvió a asegurarse el rubio, un tono preocupado fue usado para preguntar aquello y acarició su rostro mientras besaba su cuello.

--P-Por favor...-- Los ojos, sus bellos ojos de color (c/o) le miraban sumisamente, el sonrojo en sus mejillas hacían que la imagen del precioso rostro de la chica fuese como ver el cielo.

Tiernas caricias eran repartidas por su espalda al mismo tiempo en el cual el varón le desnudaba por completo, ella le cooperaba deshaciéndose de las prendas restantes en el cuerpo del ceja rizada.

La chica sintió cuando él posó la cabeza de su miembro en su entrada.

Oh.

¿Cuanto había pasado desde la última vez que tuvo sexo?

Cerró los ojos, tal vez de esa manera se olvidaría de que la persona que estaba a punto de follarle no era quien tenía en su mente.

Era difícil pensar que no era él quien pasaba su lengua por sus pezones una y otra vez, causándole un placer que no había recibido hace mucho tiempo, jugaba con su excitado clítoris, rozandolo con la punta de su miembro, mientras apretaba sus glúteos con sus manos.

Oh.

¿Qué era aquello que se deslizaba por sus mejillas?

--L-Lo siento, (T/N)-chan, seré gentil.-- Susurró Sanji en su oído, besando su mejilla, después limpió sus lágrimas con su pulgar con suavidad.

Era adorable, era tan bueno.

No dolía, aquello no era la razón de su silencioso llanto. Su herida no iba a sanar con tan solo ocultarla.

<< Lo lamento... >>

Puso sus brazos alrededor del cuello del rubio y escondió su cara en su hombro.

Él comenzó con su vaivén de caderas, metiendo y sacando su miembro, el cual desaparecía en su interior y volvía a ser visible una vez lo sacase, brillaba debido a la humedad de la chica y la penetraba con delicadeza.

Ella no contenía sus gemidos, pues estaba muy segura que Sanji los disfrutaba, había notado como un poco de sangre caía por la nariz del joven y sonrió, limpió la sangre con su pulgar y enredó sus dedos en sus cabellos dorados.

Escuchó como la respiración del ceja rizada se agitaba, sus movimientos empezaban a convertirse en más rápidos e impacientes.

La de cabellos (c/c) arqueó la espalda e inconscientemente tapó su boca con su mano, aunque el rubio tomó ésta y entrelazó sus dedos.

Mantuvieron el contacto visual hasta que ambos llegaron al clímax, casi en el mismo segundo.

CONTINUARÁ...

Bajo La Luna (Sanji x Lectora x Zoro)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora